martes, 16 de abril de 2013

Boston

Hace cuatro años tuve el privilegio de correr el maratón más antiguo del mundo y a mi entender, el de mejor ambiente atlético de los que he corrido hasta ahora. La ciudad de Boston se vuelca en un maratón lleno en el acontecimiento más importante del año en un día tan señalado como el Patriot´s day. Correr en Boston es una experiencia que ningún runner debería dejar pasar, si está dentro de sus posibilidades.
Ayer se corría la edición 2013 de esta mítica prueba y cuando encendí el ordenador para consultar las clasificaciones de algunos amigos que lo corría, me topé con la increíble noticia del atentado que se perpetró contra la carrera de las carreras, contra la prueba más querida por un maratoniano, contra el corazón del atletismo.
Mientras consultaba horrorizado los periódicos digitales, pensé en los afectados, en todos los kilómetros de entrenamiento realizados para llegar a punto a la carrera, en las en los nervios del día previo a la prueba, en la ilusión que cada uno de ellos tenía por cruzar la línea de meta, en definitiva, en ese cúmulo de sensaciones que cada corredor vive al competir en un acontecimiento como este. Un canalla, por no emplear otro calificativo, rompió con una explosión la ilusión de todas esas personas a base de miedo, heridas, mutilaciones y lo que es peor, la muerte. 
Nunca podré entender el ataque frío y premeditado del terrorismo, nunca entenderé sus "teóricas" razones para cometer una barbarie de este calibre; ¿que crimen han cometido los 30.000 participantes de una carrera tan solidaria como un maratón? ¿acaso se puede dormir después de ejecutar a un niño de ocho años que estaba esperando a su padre para darle un abrazo en la meta?
Sé que, desgraciadamente, hay muchos actos terroristas en el mundo y casi a diario, pero este en particular me ha afectado bastante pues corrí esa prueba en 2009 y reconozco perfectamente el escenario de la tragedia, pero además, como maratoniano, también me han atacado a mi y todos los que compartimos el amor a este deporte y a esta prueba. 
No pretendo ser un valiente, ni desafiar a nadie, pero en 2009 me dije que algún día volvería a Boston y hoy lo ratifico, como ratifico mi intención de seguir corriendo y acudiendo año tras año a las citas maratonianas que me faltan por conocer y os aseguro que son muchas. Ahora tengo una razón más para correr y es homenajear a mi manera, a las víctimas de esta barbarie sin sentido. Descansen
en paz.

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