Ha comenzado la nNavidad; el sorteo de lotería celebrado ayer ha dado el pistoletazo de salida a unas fiestas entrañables, odiadas por algunos, pero en general muy esperadas por todos, incluso en los momentos duros que está viviendo parte de la población española.

En estas fechas deseamos felicidad a todas las personas con las que hablamos; da igual que sea el cajero del super, o el vendedor de periódicos o el vecino de enfrente. Son días en los que también pensamos en nuestros deseos, esos que nos gustaría que se cumplieran en el año que va a comenzar en breve; algunos desean que les toque la lotería, otros encontrar trabajo e incluso en encontrar la pareja ideal, pero en general, lo que todos buscamos es la felicidad.
La felicidad es un concepto global, pues no deja de ser la suma de pequeñas cosas que día a día nos hacen seguir adelante; para un corredor, parte de esa felicidad viene dada por las satisfacciones que cosecha realizando este maravilloso deporte. Correr es una parte importante de mi vida, pues todos los días dedico parte de mi tiempo para entrenar y no sólo porque persigo unos objetivos, sino porque correr me hace sentirme bien y me divierte. Pero obviamente, lograr mis metas me genera una dosis de felicidad considerable.
En el año que termina, he rebajado mi marca de maratón en dos ocasiones y aunque me sigo estrellando con el muro de los 40 minutos en los 10 kilómetros, creo que ha sido una buena temporada, porque he puesto las bases para superar todos mis registros en 2013. Por eso, dentro de mi lista de deseos de Navidad, están incluidos romper la barrera de los 40 minutos en un diez mil, hacer una media por debajo de 1h27' y por supuesto, hacer un maratón en menos de 3 horas.
Muchos de los que leéis mi blog no habéis experimentado la satisfacción de cruzar la línea de meta de un maratón o batir una marca personal y os aseguro que es un momento de felicidad plena; eso no significa que haya que correr para conseguir la felicidad, pero lo que si es cierto es que es necesario luchar para conseguir cualquier objetivo que tengamos en la vida. Yo, como corredor, voy a tener que entrenar duro, con frío, con lluvia, cansado o sin ganas, voy a tener que cuidar mis hábitos y mi dieta y todo para conseguir bajar unos minutos de mi marca personal; parece que no compensa, pero cuando lo logras te das cuenta que el sacrificio ha valido la pena y además... te sientes de puta madre.
No olvideis pelear por vuestros sueños; desde este humilde blog, os deseo que todos ellos se cumplan y que paséis una Feliz Navidad.
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