He pasado el puente de todos los Santos en Italia, visitando Venecia y Florencia y como pasa en todos mis viajes, fui cargado con mis zapatillas para salir a entrenar, pues las vacaciones no implican que haya que hacer un parón en los entrenamientos.
Mi primera parada fue Venecia, peor me alojé en la isla del Lido, famosa por su playa y sus casinos y obviamente más propicia para correr que el centro de la ciudad de los canales. Madrugué para hacer un rodaje de 40 minutos y aunque inicialmente mi intención era correr paralelo a la playa, mi sentido de la orientación no funcionó y acabé corriendo por una carretera que cruzaba la población, sin ningún atractivo más que alguna construcción peculiar y algún que otro parque al lado del mar.
Mucho más agradables fueron las salidas que realicé días después en Florencia, una ciudad en la que se respira arte por todos sus rincones, la ciudad en la que residió el gran Miguel Ángel y donde se puede admirar su obra cumbre: el David. Pero como este no es el lugar adecuado para hablar de estos temas, voy a centrarme en la ruta que realicé esas mañanas, saliendo de mi hotel, en pleno centro de la urbe y tras callejear alcanzar la ribera del río Arno, que seguía en dirección al parque de La Cascine, a las afueras del núcleo urbano. En mi recorrido, podía admirar los puentes que cruzan este río toscano, con especial mención al famoso Puente Veccio, tras el cual, aún restaban unos dos kilómetros para llegar a la entrada del parque que he mencionado, un auténtico pulmón de la ciudad y un lugar muy adecuado para la práctica del running. No en vano, me crucé con varios corredores que hacían el recorrido de ida o de vuelta al pulmón verde de Florencia, dentro del cual me encontré con muchos más, a pesar de lo temprano de la hora. El parque es muy adecuado para correr, con caminos amplios, asfaltados o compactados, llanos y con una longitud adecuada para realizar un buen entreno.
En definitiva, si vais a Venecia y os quedais en el Lido podéis correr sin problema, porque imagino que en la ciudad no hay espacios adecuados para hacerlo; en cuanto a Florencia, la experiencia de correr por sus calles es realmente irrepetible y aconsejo que todo corredor que pase unos días en la ciudad toscana, se lleve las zapatillas para disfrutar del arte... corriendo.
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