Como ya sabéis, la preparación específica para el maratón de NYC empezó tras el trofeo de San Lorenzo, o sea, el lunes pasado. La primera semana no parecía muy fuerte sobre el papel, pero el rodaje con Depa y las series de 2.000 de día siguiente cambiaron el panorama. Pero la semana que hoy termina, ya prometía desde el principio, pues aparte de dos días de pesas y un rodaje cómodo de 50 minutos, he tenido dos días de series, uno con 6 miles y ayer un tresmil y dos dosmiles; para rematar, esta mañana he hecho un rodaje de 90 minutos por Alcazarén a buen ritmo y eso que he subido al páramo que lleva a Megeces a fin de practicar cuestas para la cita de Siete Aguas.
Obviamente estoy cansado, pero espero recuperar bien para afrontar la tercera semana, en la cual volveré a disputar el Gran Fondo de Siete Aguas. A primera vista, el plan de Depa va a ser bastante más duro de lo que hacía con Javier, por eso en esta ocasión voy a poner más empeño en descansar bien, recuperar y no fundirme antes de tiempo.
Hasta ahora, parece que todo va viento en popa, pues mi ritmo de rodaje es cada vez más cómodo y más rápido, las series me están saliendo bastante bien y los ritmos en competición han sido buenos hasta ahora; pero claro, quedan muchos días, muchos entrenamientos y sin duda, lo más duro de la preparación. Esta sábado llega un test en el que espero que todo salga bien y me ayude a seguir entrenando con la misma motivación. Pero tengo que ser cauto, Siete Aguas puede ser una buen test, pero su dureza me puede llevar al fracaso. La solución, en unos días.
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