jueves, 10 de septiembre de 2009

Alcazarén, pinos, monte y cereal


Alcazarén es el lugar donde mi familia y yo pasamos los veranos y una buena parte de los fines de semana del resto del año. Por esa razón, los caminos de este pequeño pueblo de Valladolid se convierten en mi lugar de entrenamiento en muchas ocasiones a lo largo de la temporada. Caminos y carreteras secundarias componen las rutas que suelo recorrer; una de ellas discurre por un camino entre pinos y tierras de labor que desemboca en una carretera muy poco transitada por la que suelo continuar hasta llegar a una cuesta que subo cuando los entrenamientos son largos, acabando en un páramo donde inicio el regreso; la opción alternativa comienza también por un camino que conduce a una carretera forestal que cruza un pinar y que llega hasta Viana de Cega; ésta la suelo utilizar cuando no quiero subir cuestas o cuando llueve, pues el terreno es más compacto.
En cualquiera de los casos, Alcazarén es un sitio ideal para entrenar en cualquier época, a pesar del intenso frío en invierno y el agobiante calor del verano. He corrido allí con viento, lluvia, frío y este verano con mucho calor, pero con o sin condiciones adversas correr admirando el paisaje castellano, que tanto me gusta, en sus diversos estados dependiendo de la estación, es un lujo que experimento en cada salida.
Buena parte de mi preparación para Berlín ha discurrido en mi pueblo. En unos días lo que trabajé en Castilla me servirá para triunfar en Alemania. Al menos eso espero.

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