miércoles, 15 de julio de 2015

A tres meses vista: calor

No me gusta correr con calor, bien lo saben todos los que siguen este blog, pero si quieres preparar un maratón que se disputa en octubre, no tienes más remedio que entrenar fuerte en pleno verano, como llevo haciendo varias semanas. Las sucesivas olas de calor que azotan España, han condicionado mis entrenamientos desde hace días, pues siempre busco las mejores condiciones posibles para salir a  correr y las mejores no son equivalentes a óptimas.
En definitiva, que no hay manera, porque si madrugas mucho, el cuerpo está inactivo y cuesta bastante ponerse a punto justo después de levantarse y más aún si no se ha descansado mucho por culpa del calor; si salgo a correr al atardecer, la temperatura no suele bajar de los 30º y hasta me ha tocado hacer unas series de 1000 metros a 35º, con el sol escondiéndose en el horizonte, pero con un calor intenso. Personalmente prefiero madrugar, porque la temperatura es siempre más baja y el cuerpo se refrigera un poco, al menos.
En estas condiciones, sigo preparando el maratón de Chicago, donde estaré el próximo 11 de octubre a las 9 de la mañana. Falta lo más duro, pues quedan tres meses por delante en los que me esperan series a ritmos altos, ritmos controlados y tiradas largas, es decir, muchos kilómetros por recorrer y si es posible, deprisa; no me asusta el reto, ya tengo experiencia en el tema, pero me resulta incómodo salir a entrenar pensando en que lo voy a pasar mal por culpa del calor. A mi me gusta entrenar, disfruto cada rodaje, cada serie, cada sesión de gimnasio... pero en verano las cosas cambian y a veces es un suplicio correr mientras el sol te aplana sin piedad alguna y el sudor empapa la camiseta evitando una refrigeración adecuada del cuerpo, lo que puede incluso provocar un golpe de calor.
Los expertos aconsejan reducir el ritmo en los entrenamientos que se realizan con tanto calor, pero no les hace falta que me lo aconsejen, porque mi ritmo se resiente con las altas temperaturas y por eso, después de entrenar con calor, no sé si estoy bien, mal o regular, ya que se supone que en otras condiciones los tiempos hubieran sido mejores, pero ¿como de mejores?
De hecho, estoy entrenando bien, haciendo rodajes a buen ritmo y series cortas muy rápidas, pero no puedo valorar si serían más rápidas en otras condiciones. A día de hoy, creo que mi preparación va bien y espero afrontar las 26,2 millas de Chicago con ambición, en busca de una buena marca, obviamente un sub3h si soy capaz o al menos acercarme mucho; no quiero tirar la toalla antes del kilómetro diez, aunque si lo hiciera, tampoco sería una gran decepción. Sin embargo, mi estado de forma es una incógnita y me temo que tendré que esperar para comprobar como estoy de forma, cuando las temperaturas den una tregua.
Hasta entonces, seguiré luchando contra el calor, hidratándome bien y conservando intacta la ilusión que siempre supone una preparación maratoniana. En Chicago me espera mi sexto y último major y espero que, por fin, venga con sorpresa.

martes, 16 de junio de 2015

Legua de Titulcia

Mi segundo test de pretemporada volvía a ser una legua, esta vez en Titulcia, un pueblo enclavado en las vegas madrileñas, donde me desplacé en busca de un recorrido llano que a la postre, no lo era. Había entrenado bien las últimas semanas, poco kilometraje, pero haciendo buenas series cortas, por lo que tenía  esperanza en conseguir un buen crono.
El caso es que llegué con tiempo suficiente para recoger mi dorsal, tomarme un café y calentar un rato por los caminos aledaños; tras calentar las piernas, unos progresivos y a la salida, a tiempo y bien colocado.
No quería fundirme en el primer kilómetro, así que no salí demasiado rápido al principio, aunque por debajo de 4 min/km. El recorrido no era plano, sino que se recorría una calle picando hacia abajo hasta salir del pueblo e internarse por un camino en buen estado y con suficiente amplitud. Pero si mi primer kilómetro fue esperanzador (3'46''), en el segundo ya me fui por encima de 4 min/km (4'04'') y a partir de ahí se me fue la carrera, pues tras girar para volver al pueblo y completar la primera vuelta, el recorrido picaba hacia arriba, el viento soplaba de cara y mis piernas no respondía, así que se acabaron mis posibilidades de hacer una buena marca al irme por encima de 4'15''.
Consciente de mis limitaciones, cambié el objetivo para intentar estar por debajo de 24' en meta, un objetivo modesto que pude lograr, pues aunque fui ligeramente más lento, no sufrí tanto como en la primera vuelta y pude acabar en 23'48'', una marca discreta, pero mejor que la de Valverde.
No estoy satisfecho, pues esperaba más, pero ni se me dan bien las distancias cortas, ni estoy bien preparado; en realidad no es necesario, mi objetivo está aún mi lejos, el 11 de octubre en Chicago y hay que ser paciente e ir dando los pasos con seguridad y sin venirse abajo. Es cierto que podía estar mejor, pero no estoy tan mal y estoy recuperando esa chispa que había perdido después de tanto maratón; eso lo noto en los entrenamientos día a día, aunque no quedara reflejado en esta prueba.
En definitiva, hay que mirar hacia adelante y seguir entrenando, disfrutando de este deporte sin perder la esperanza. Yo no me he rendido, ni lo voy a hacer.


jueves, 4 de junio de 2015

La legua de Valverde del Majano

Elegí la Legua de Valverde del Majano para volver a la competición tras el Maratón de Viena; había que empezar sin forzar demasiado y una legua es una distancia ideal para evitar sufrir más de lo necesario. Además, los entrenamientos que me ha estado programando Depa, no han sido demasiado fuertes, con poco volumen de kilometraje, cuestas y velocidad. En cualquier caso, nada específico para competir. El objetivo era volver a tener contacto con la competición y correr lo más rápido que se pudiera y se cumplió, en parte.
Debido a la celebración de las elecciones municipales el domingo, la legua se disputó  el sábado, en la jornada de reflexión. Acudí en familia a la provincia de Segovia y es que en Valverde volvimos a correr en varias categorías, pues Marisa y mis sobrina Esther corrieron la general conmigo y mis sobrinos Hugo y Mauro, las carreras para más pequeños; todos dejamos el pabellón bien alto.
Calenté bastante por las calles de este coqueto pueblo segoviano, pues quería tener los músculos a punto antes de iniciar una carrera rápida y corta; hacía calor, viento y la inspección previa del circuito, una sucesión de tramos hacia arriba y hacia abajo en tres vueltas, presagiaba una carrera dura.
Éramos poco y me coloqué muy bien, así que la salida fue muy rápida, a la estela de atletas mucho más rápidos que yo. El nivel era alto y obviamente no estoy a ese nivel, menos aún, después de no haber preparado específicamente la prueba, así que después de mantener bien el tipo los tres primeros kilómetros, corriendo por debajo de 4 min/km, el viento, las cuestas y mis piernas me devolvieron a la realidad y me quedé casi clavado hasta que conseguí cruzar la línea de meta en 23'58''.
El tiempo no es muy bueno, pero teniendo en cuenta los factores que se daban, sobre todo el poco entrenamiento, es para estar satisfecho. Queda mucho camino por delante antes de empezar a preparar específicamente Chicago, el calor aprieta cada día más y los entrenamientos empiezan a restringirse a horarios tempranos o nocturnos, el resto del día es imposible. Toca volver a sufrir los rigores estivales, pero convencido que estoy en el buen camino y recuperando esa chispa que había perdido en los último doce meses.


domingo, 17 de mayo de 2015

Sin renunciar a nada

Con el de Viena, he dado por finalizada una serie de seis maratones en doce meses: Coruña, Praga, Quebec, Atenas, Marrakech y Viena. Se puede considerar un poco excesivo el esfuerzo realizado, pero no me arrepiento de ninguna de mis participaciones en esas carreras y no puedo decir si repetiré o no experiencia, simplemente, esas carreras ya forman parte de mi lista de maratones terminados.
Aparte de descansar, estas últimas semanas me han servido para reflexionar y plantear mis retos atléticos futuros. No tengo claro ni el número ni los maratones que voy a correr el año que viene y tampoco tengo prisa por decidirlo; por el momento, quiero preparar bien mi participación en el Maratón de Chicago, con el que completaré los seis majors: Berlín, Londres, Nueva York, Boston, Chicago y Tokio.
Aunque aún queda mucho tiempo hasta octubre, he comenzado ya a entrenar, aunque con la vista puesta en objetivos más cercanos; Depa me está programando sesiones cortas, con trabajo de fuerza (cuestas y gimnasio) varias veces a la semana, pero sin desgastarme demasiado. Se trata de intentar mejorar esa velocidad que me falta en las carreras cortas y que me puede venir muy bien a la hora de afrontar la parte final de un maratón. Y para ver como está funcionando el plan, ya me he inscrito a una competición, una legua que correré en Valverde del Majano (Segovia) el próximo sábado.
Como he dicho al principio, he abierto una etapa de reflexión, con el objetivo de evitar tomar decisiones precipitadas; el objetivo del sub3h sigue estando sobre la mesa, pero es complicado saber si aún soy capaz de correr tan deprisa o si mis piernas ya no dan más de si y es que la edad no perdona. Creo que el entrenamiento y el posterior Maratón de Chicago, me va a servir para calibrar mis posibilidades, pues en esta ocasión voy a poder planificar bien el entrenamiento y eso supone llegar a la cita en el mejor estado de forma posible.
No me preocupa que mi sexto major salga por encima de las 3 horas, porque lo voy a seguir intentando, pero espero que mis sensaciones me transmitan si el objetivo soñado es aún factible o empieza a ser utopía. No sería un drama el darme cuenta que mis objetivos tienen que empezar a ser más modestos, pues mi pretensión es que mi idilio con el maratón dure muchos años más, independientemente del tiempo que consiga. No puedo negar que siempre entreno para conseguir la mejor marca posible, pero para si para un atleta profesional el objetivo debe ser siempre la mejora de su marca, el objetivo de un popular como yo, debe ser siempre disfrutar del maratón y de las sensaciones que producen momentos que no son susceptibles de medición, pero que aportan igual o superior satisfacción que una buena marca; me estoy refiriendo al agradable cosquilleo antes de la salida, a los aplausos del público durante el recorrido, al paso por lugares emblemáticos de las ciudades por donde gasto zapatillas, a los gritos de ánimo de mis inseparables seguidores en las carreras y por supuesto, a la sensación difícilmente explicable que me produce volver a cruzar una línea de meta y detrás de ella, siempre encontrar el abrazo de Marisa y de mis hijos. 
Espero lograr superar  mis 3h 01' 35'' en los próximos meses o años, pero lo consiga o no, seguiré corriendo maratones, porque tengo suficientes motivos para seguir amando esta carrera.