viernes, 17 de mayo de 2024

Maratona da Europa (1) - El ambiente

Siempre he pensado que hay demasiadas "venecias" esparcidas por el mundo; la fuerte influencia de la capital del Véneto, ha provocado que se denominen de esa manera otras ciudades que poseen canales, de hecho podríamos hablar varias "venecias del norte", pues así denominan algunos a Amsterdam, San Petesburgo, Estocolmo... pero también hay una "venecia" en China (Suzhou), en  EE.UU (Fort Lauderlaude) e incluso en España se considera así a El Masnou. No es extraño, por tanto, encontrar otra "venecia" en Portugal, concretamente  Aveiro, una pequeña y coqueta ciudad que alberga unos cuantos canales que le han otorgado esa denominación. Para mi, el encanto de esta ciudad del norte portugués no reside sólo en esos canales, Aveiro tiene muchos atractivos llamativos como sus edificios Art Noveau, su pescado y su marisco, sus ovos moles y su espíritu deportivo, pues esta pequeña ciudad ha albergado eventos tan importantes como el Europeo de Fútbol y año tras año su Maratona da Europa, que atrae a corredores de todo el continente y en general de todo el mundo.

Al llegar por carretera a nuestro destino, pudimos admirar el bonito estadio construido para la Eurocopa, que no se encuentra actualmente en un buen estado de conservación, pero  no pasa lo mismo con la ciudad, pues tras registrarnos en el hotel y pasear hasta la feria, pudimos observar una ciudad muy cuidada y muy limpia. La feria se ubica en una carpa al lado de la ría, junto  al hotel oficial de la carrera, el Meliá. Es una feria pequeña, bien organizada y con mucho ambiente, pues desde que entras hay cosas que hacer y posibilidades de hacer buenas fotos/recuerdo, esas que tanto nos gustan a los corredores.
El lluvioso fin de semana no impidió que los participantes en la carrera se dejaran ver por las calles de la ciudad, en monumentos, tiendas, restaurantes... eran fácilmente identificables las zapatillas, camisetas o bolsas con referencia al maratón. Hacía tiempo que no corría una carrera tan "casera" y volví a disfrutar de este tipo de detalles que generan un ambiente especial al evento.
La carrera en si también tiene un sabor especial, aunque teniendo en cuenta que es una ciudad pequeña y que el circuito se completa en una sola vuelta, es fácil adivinar que hay muchísimos kilómetros con ausencia total de animación; como es habitual, mucha gente en la salida y el primer kilómetro y después en puntos importantes de la ruta, tanto en Aveiro como en la zona de la playa y el faro, donde también se podía disfrutar de público animando a los sufridos atletas. Los últimos kilómetros por la zona universitaria también son un poco sosos, pero se compensa con una espectacular llegada por una alfombra azul y muchísimo público dando esos ánimos finales que tanto se necesitan.

Obviamente mi afición siempre merece un capítulo aparte, pero más aún en esta ocasión en la que iba a cumplir mi quincuagésimo maratón terminado;  esta vez, prepararon de manera especial la animación para arroparme aún más, con camisetas conmemorativas, sombreros y un regalo especial que me dieron al acabar. Carlos, Myriam, Encho, Toli, Magüy, Camilo y Rafa, dirigidos por Marisa, volvieron a ser los mejores, como siempre, pero se van superando día a día. Correr con el apoyo de tus amigos es mucho más importante que cualquier marca o cualquier reto, ellos tienen mucha culpa de que haya llegado a este número de carreras terminadas y espero que sigan animándome por le mundo muchas más ocasiones. Un diez, matrícula de honor, cum laude... da igual la nota que les ponga, siempre dan lo máximo.
La Maratona de Europa es una carrera bonita, de esas en las que disfrutas de los pequeños detalles que hacen una carrera grande: buen trato al corredor, numerosos voluntarios dispuestos a ayudar, una ciudad volcada en su evento... Un maratón que hay que correr.


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