viernes, 20 de mayo de 2022

Maratón de Salzburgo(1)- El ambiente

Salzburgo es mundialmente conocida por  ser el lugar de nacimiento de Amadaeus Mozart,  también por haber sido el lugar donde se rodó la película "The Sound of Music" (Sonrisas y Lágrimas) y obviamente por la belleza de su centro histórico, su fortaleza o las montañas que la rodean; es más, los amantes del deporte también la conocen por ser la sede de Red Bull o simplemente porque el su equipo de fútbol ha llegado a octavos en Champions. Sin embargo, la trascendencia de del "Runnig Festival in Mozart City" que se celebra anualmente, es escasa, no sólo para los turistas que invaden la ciudad, sino para los propios habitantes de esta ciudad austriaca.

Por suerte para esta carrera, aún queda mos "frikis" en esto del atletismo que buscan eventos menos masificados y bien organizados para enfrentarse la distancia de Filípedes, como es mi caso y el de algún que otro maratoniano foráneo proveniente fundamentalmente, de países limítrofes a Austria como Alemania o Italia. Os cuento esto, para dejar claro desde el principio, que este "festival" del atletismo cuenta con el tirón justo y fundamentalmente dirigido a los hombres, mujeres y niños locales, pues hay competiciones para todos los gustos y edades.

Llegué el viernes a la ciudad y aproveché para visitar la feria ese mismo día; es una feria pequeña con una afluencia de público no muy elevado, pero con cierto ambiente; se ubica no muy lejos del centro, pero una vez fuera de ella, es complicado distinguir si hay corredores entre los turistas que deambulan por las principales puntos de interés de la ciudad. Pero como las diversas competiciones se reparten durante el fin de semana, te puedes topar con uno de los eventos aún sin querer, como me pasó el sábado por la mañana en los jardines del Palacio Mirabel, por donde pasaba la "Breakfast Run", con escasa afluencia, por cierto.

El tiempo acompañaba el domingo al inicio de la carrera, acompañaba a los curiosos, no las corredores, pero la afluencia de público no era muy grande, como tampoco lo era la participación; el caso es que los esforzados atletas pudimos disfrutar de los merecidos aplausos a la salida, no masivos pero si entusiastas; a partir de entonces, la animación empieza a decaer en el recorrido, fundamentalmente porque enseguida se sale de la ciudad camino al precioso palacio de Shongrun y desde ahí se continúa por el campo para volver a entra en Salzburgo a falta de unos 10Km para le media; es evidente que en ese espacio de tiempo no hay atisbo de animación, aunque vuelve a haberla en las afueras de la ciudad donde los vecinos salen a la calle a animar a los atletas mientras se desperezan, pues es temprano y domingo.

Las calles del centro de la ciudad están más animadas, sobre todo en cruces importantes donde la gente anima, con poco entusiasmo, verdad, pero es mucho mejor que las miradas de indiferencia de los turistas.   La animación ación dura hasta que se llega al ecuador de la prueba, después se inicia la segunda vuelta   y la animación se reduce de nuevo al salir de la ciudad; cuando se vuelve a entrar a la ciudad en el tramo final de la prueba, apenas queda animación pues la participación en la carrera reina es pequeña y la mayoría del público se enfocaba en los participantes de la media. En cualquier caso, siempre se agradecen los ánimos, aunque sean escasos, en esos último sufridos kilómetros en los que se llega entre aplausos de reconocimiento.

Para terminar, es obligatorio volver a calificar a mis aficionados particulares, que volvieron a tener un comportamiento sobresaliente animando en momentos clave para mi, sobre todo a falta de cuatro kilómetros, cuando mis fuerzas eran ya muy escasas; ataviados con sus camisetas exclusivas del evento, volvieron a demostrar que compartir la experiencia maratoniana con tus amigos es mucho más divertido que sufrir la soledad del corredor de fondo.  Como me dijo una atleta una vez, ese tipo de "geles de recuperación" no se pueden comprar en las tiendas.


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