El maratón de Miami cumplía 20 ediciones en 2022 y por esa razón, la organización puso todo su empeño en ofrecer un buen servicio a los participantes en el evento; para ello, comenzó por motivar a los posibles candidatos con una página web muy bien diseñada, con buenas fotos y fácil navegación para conseguir que los atletas tuvieran toda la información necesaria; el proceso de de registro es fácil, en varios idiomas y el pago se realiza por varios medios, todo muy práctico. Desde la inscripción hasta que llega el fin de semana de la carrera, la organización envía correos electrónicos con información útil y sin caer en el agobio para el receptor.
El día de la carrera empieza muy pronto, a las 4 de la mañana empiezan a partir los autobuses que te llevan a la salida por 20 dólares ida y vuelta; no es barato, pero tampoco descabellado porque el servicio funciona con corrección; la salida está muy bien organizada, baños suficientes, muchos cajones a los que se entra sin agobios y una vez listos, la salida es escalonada, cada 5 minutos para evitar problemas relacionados con el Covid; personalmente me pareció modélica.
Después de la salida, el recorrido es bueno, bastante plano salvo por los numerosos puentes que se cruzan que rompen bastante el ritmo; se corre por avenidas amplias en general, la señalización es buena y los avituallamientos numerosos, más o menos cada dos millas, lo que es bastante útil en una carrera con tanto calor y humedad. Además, los voluntarios son muy eficientes, te dan el vaso en la mano a la altura correcta y siempre con una sonrisa. La animación de la organización es bastante escasa en e, aunque lo compensan algunos aficionados que ponen la música a tope desde sus casas, automóviles e incluso desde un coche de policía o de bomberos.La llegada está vallada, muy animada y tras cruzar la línea de meta, te asisten los simpáticos voluntarios, te ponen la medalla en el cuello y te ofrecen agua, Gatorade, plátano y una pasta vegetariana infumable que ni quise probar. Luego te hacen la fotos de rigor y sales a una zona de encuentro con familiares amplía y anexa a ella una zona de carpas donde puedes volver a comprar merchandising, tomarte una cerveza gratis o comer algo; bastante bien. Y cuando acabas, los buses que te llevan de nuevo al punto de partida están cerca y funcionan con regularidad.
Miami es un buen maratón, es verdad que no es masivo y que la mayoría de los participantes corren la media, pero eso no supone una merma en los méritos organizativos. En mi opinión, se trata bien al corredor, que es lo importante y es que cuando se usa el sentido común para facilitar las cosas a los verdaderos protagonistas, los corredores, el resultado siempre es positivo. Mi experiencia ha sido buena en este retorno al maratón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario