La IAAF (Federación Internacional de Atletismo) establece unas etiquetas (oro, plata y bronce) que clasifican a los maratones que se disputan a lo ancho del planeta; es fácil deducir que oro es el máximo galardón y que si no tienes ni siquiera la etiqueta de bronce, el evento no atesora los criterios correspondientes para considerarse un "maratón de calidad". Afortunadamente tengo ideas propias y curiosamente mis criterios distan bastante de los que manejan los sesudos burócratas de la la IAAF, de manera que cuando me decidí a correr en Tel Aviv, era consciente que no tenía ninguna de las tres etiquetas y sin embargo todo indicaba que la prueba estaba bien organizada y en esta ocasión, mis previsiones eran acertadas.
Eso no quiere decir que la organización sea perfecta pues hay bastantes cosas que limar, pero lo que me ha sorprendido es el acierto en los los detalles que más interesan a los verdaderos protagonistas, los corredores y no es sólo una sensación, porque os voy a explicar el. porqué.
Empezamos por la web de diseño atractivo, que se puede consultar en hebreo y en inglés y que da toda la información precisa y actualizada para el corredor; el registro es sencillo e intuitivo, peor hay algunos fallos, como un mapa del maratón no descargable y poca información para los aficionados.
Sin duda el maratón es un acontecimiento importante en esta animada ciudad costera y se nota en cuanto se aterriza en el aeropuerto, pues los anuncios de la carrera son innumerables y en lugares emblemáticos de la ciudad; la recogida de dorsales se ubica en un céntrico mall, pero no es muy atractivo que sólo se instalen unos stands para la ágil recogida del dorsal y nada más, creo que se puede hacer mejor; la recogida de la camiseta se ubica en el mismo mall pero en la tienda oficial Nike, que patrocina el evento y la camiseta, bastante bonita por cierto y de color negro, distinto al de las pruebas de media y 10 Km.
Como ya he dicho, ignoro si la feria del corredor que se ubica en la salida estaba instalada desde antes del viernes en el que se celebra la prueba, supongo que si, porque si los expositores quieren vender algo, es difícil hacerlo minutos antes de empezar a competir; mi opinión es que es una feria correcta, con todos los. stands dedicados a los corredores pero con la pega de ubicarse muy lejos del centro, aunque el parque sea una cita obligada en la visita de la ciudad.
Pero las sorpresas, buenas, aparecen el día de la prueba que se inicia en una enorme explanada con zonas verdes a un lado y espacio suficiente para que los 40.000 participantes se prepararan sin agobios; se ofrece gratis café y agua a los participantes y no acompañantes, los baños son numerosos y la recogida de bolsas trabaja con agilidad. Todo funciona a la perfección en los minutos previos a la primera carrera, la media, que comienza 30 minutos antes que el maratón para mayor comodidad de los competidores; muchos maratones deberían tomar nota. Luego llega el la hora para los maratonianos, nos llaman para que nos incoproremos a la recta de salida en orden y una vez todos colocados y cumplimentados los discursos se comienza por una avenida que permite correr sin rozarse con nadie.
Una vez se sale del parque, se hace un recorrido por los alrededores y enseguida se llega al tramo que recorre las playas de la ciudad de norte a sur, unos 14 km de recorrido con vistas al mar y a las espectaculares playas de Tel Aviv; al final nos espera Jaffo, la ciudad vieja donde se ubica uno de los puertos más antiguos del mundo que se recorre por un tramo adoquinado y un parque en el que se da la vuelta para alcanzar la media maratón y volver de nuevo al centro de la ciudad tras otro pequeño tramo disfrutando de la costa. La carrera se interna entonces en la parte más emblemática de la urbe, como la plaza Rabin o calles tan emblemáticas como Allenby y el espectacular Bulevar Rostchild, un auténtico museo de la arquitectura Bauhaus.
Se sale otra vez y la carrera se dirige ya a su ramo final, cuyo recorrido coincide con el de los 10Km que han comenzado antes y que aún están disputando los corredores más lentos; aún recuerdo que en Hong Kong y en Marrakech tuve que compartir los últimos kilómetros con los corredores lentos de otras carreras, pro en Tel AVi no es así porque habilitan un carril separado sólo para los maratonianos de modo que los participantes en la distancia larga puedan superar su "uro" con comodidad a pesar de algún que otro corredor insolidario del 10Km. Este desdoblamiento dura unos 8 km, es decir, hasta la meta a la que se llega por una ruta separada del resto y a una recta y un arco exclusivo para el maratón, sin necesidad de irse a derecha o izquierda siguiendo la flecha correspondiente.
Sin duda es una gran idea esto de la meta exclusiva, pero aún vamos más allá, tras cruzar la línea de meta, a los maratonianos se les cuelga su medalla y se dirigen a una carpa exclusiva para maratonianos, sin gobios, con avituallamiento líquido y sólido, masajes y una manta térmica; está tan bien pensado, que debe haber sido idea de un corredor la de cuidar a los protagonistas de la prueba, es decir, los corredores.
No me quiero olvidar de otros detalles importantes, como la señalización de los hitos kilométricos en un lateral y con una pegatina en el suelo, para que se puedan ver con facilidad; avituallamientos correctos, sólo a un lado de la calle, el agua en botella y el isotónico en vaso. También hay avituallamiento sólido y dos puntos en los que se ofrecen geles, alrededor de los kilómetros 20 y 30 ofrecidos por animosos y numerosos voluntarios que evitan que alguien se quede sin su vitualla. También hay baños distribuidos por el recorrido así como unos ocho puntos de animación de la organización con música y alguna actuación en directo. En definitiva, podría calificar la organización de la carrera en si con un nueve muy alto, rozando el 10. Por cierto y esto le va a interesar mucho a mi amiga Pili, la medalla es muy bonita.
En resumen, en Tel Aviv no solo se puede disfrutar de unas magníficas playas, admirar su arquitectura Bauhaus, recorrer sus mercados y saborear su "street food", "desayunar" a las 10 pm en el Benedict o disfrutar de la noche en sus bares y discotecas, en esta apasionante ciudad se puede disputar uno de los maratones mejor organizados que conozco, con una temperatura agradable y un recorrido muy interesante. Obviamente recomiendo este maratón, modesto, con solo 2.500 maratonianos, pero vale mucho la pena.
Se sale otra vez y la carrera se dirige ya a su ramo final, cuyo recorrido coincide con el de los 10Km que han comenzado antes y que aún están disputando los corredores más lentos; aún recuerdo que en Hong Kong y en Marrakech tuve que compartir los últimos kilómetros con los corredores lentos de otras carreras, pro en Tel AVi no es así porque habilitan un carril separado sólo para los maratonianos de modo que los participantes en la distancia larga puedan superar su "uro" con comodidad a pesar de algún que otro corredor insolidario del 10Km. Este desdoblamiento dura unos 8 km, es decir, hasta la meta a la que se llega por una ruta separada del resto y a una recta y un arco exclusivo para el maratón, sin necesidad de irse a derecha o izquierda siguiendo la flecha correspondiente.
Sin duda es una gran idea esto de la meta exclusiva, pero aún vamos más allá, tras cruzar la línea de meta, a los maratonianos se les cuelga su medalla y se dirigen a una carpa exclusiva para maratonianos, sin gobios, con avituallamiento líquido y sólido, masajes y una manta térmica; está tan bien pensado, que debe haber sido idea de un corredor la de cuidar a los protagonistas de la prueba, es decir, los corredores.
No me quiero olvidar de otros detalles importantes, como la señalización de los hitos kilométricos en un lateral y con una pegatina en el suelo, para que se puedan ver con facilidad; avituallamientos correctos, sólo a un lado de la calle, el agua en botella y el isotónico en vaso. También hay avituallamiento sólido y dos puntos en los que se ofrecen geles, alrededor de los kilómetros 20 y 30 ofrecidos por animosos y numerosos voluntarios que evitan que alguien se quede sin su vitualla. También hay baños distribuidos por el recorrido así como unos ocho puntos de animación de la organización con música y alguna actuación en directo. En definitiva, podría calificar la organización de la carrera en si con un nueve muy alto, rozando el 10. Por cierto y esto le va a interesar mucho a mi amiga Pili, la medalla es muy bonita.
En resumen, en Tel Aviv no solo se puede disfrutar de unas magníficas playas, admirar su arquitectura Bauhaus, recorrer sus mercados y saborear su "street food", "desayunar" a las 10 pm en el Benedict o disfrutar de la noche en sus bares y discotecas, en esta apasionante ciudad se puede disputar uno de los maratones mejor organizados que conozco, con una temperatura agradable y un recorrido muy interesante. Obviamente recomiendo este maratón, modesto, con solo 2.500 maratonianos, pero vale mucho la pena.
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