martes, 16 de enero de 2018

San Silvestre y Paris

Un año más he vuelto a finalizar el año de la mejora manera posible, corriendo  la San Silvestre Vallecana acompañado de mi familia, esta vez disputando la prueba popular, pues mis registros no me permitían optar a la prueba internacional en la que he corrido en los últimos años. La popular es una prueba muy bonita, aconsejable para todos aquellos que quieran disfrutar de un gran ambiente y de un espectacular recorrido por el centro de Madrid, pero tras unos años de ausencia, volví a constatar que los problemas que afectan a esta carrera permanecen con los años y que a pesar de los esfuerzos de la organización, sigue habiendo mucha gente, que no corredores, que se coloca de manera incorrecta en los cajones de salida y lo que es peor, se cuela en la prueba sin dorsal provocando situaciones peligrosas para ellos mismos y para el resto de participantes. Es un tema recurrente y que ya he comentado en anteriores ocasiones, pero no viene mal recordar que salir a un ritmo inadecuado no solamente es una falta de respeto para el resto de participantes, sino que puede provocar accidentes, aún más , cuando lo que se cuelan son niños o incluso personas de la tercera edad cuyo ritmo es muy lento; la solución es muy sencilla, salir un poco después y correr con los que van a tu ritmo; mucho más fácil y divertido.
Yo estaba ubicado en el cajón sub42 donde me coloqué con tiempo suficiente junto a mi hermano Viry; allí coincidí también con Alex y estuvimos charlando relajadamente hasta que comenzó la cuenta atrás, momento en el cual comenzó a llover copiosamente; tenía la intención de empezar la carrera más tranquilo en la primera subida, para luego intentar poner un ritmo fuerte bajando Serrano, pero al final, el ritmo iba a ser aún mucho más tranquilo debido a la gran cantidad de atletas lentos que se habían colado por delante de mi y otra buena cantidad de "sin dorsal" que molestaban bastante más; el resultado es que el primer kilómetro se me fue a 4'22'' y que debido a los constantes adelantamientos, a la gran cantidad de atletas y a lo resbaladizo que se había puesto el  asfalto a causa de la lluvia, el segundo tampoco cumplió con mis expectativas, a pesar de hacerlo a 3'57''. Era evidente que iba a ser difícil conseguir una buena marca, pero seguí a lo mío, haciendo todos los kilómetros por debajo de 4 km/min hasta el km 7, donde el recorrido empieza a ir hacia arriba, ya en Vallecas.
Siempre he dicho que la avenida de la Albufera es una cuesta menos dura que las calles que se recorren en la prueba internacional y no perdí demasiado tiempo, en la subida pero evidentemente fui acumulando segundos en los últimos kilómetros en los que me adelantó, otra carrera más, Dani, al que seguí hasta cruzar la meta en 41'32'', un tiempo que hubiera sido bastante mejor de no ser por los problemas iniciales. Aún así, no acabé descontento pues la progresión desde fianles de noviembre ha sido buena, aunque evidentemente, mejorable.
Idéntico análisis puedo hacer de mi participación en el tradicional Trofeo Paris, una bonita carrera que discurre íntegramente por el Parque Lineal del Manzanares,  en el que solo había participado en una ocasión, allá por 2009. El Paris es de esas carreras con un gran ambiente atlético, donde suelen correr muchos amigos y cuya organización sigue siendo de las que cuidan al corredor convenientemente; el recorrido es bonito pero no demasiado rápido y menos aún con barro y charcos en el recorrido que provocaron las ansiadas lluvias de las últimas semanas.
En esta ocasión, tenía un objetivo claro y era hacer sub41', pues los últimos entrenamientos habían sido buenos y me veía con capacidad suficiente para lograrlo; en la salida, coincidí con varios amigos, entre ellos Alex y Abel, que podían ser una buena rueda que seguir y así lo hice en cuanto se dio la salida; me puse a unos 5 metros por detrás de Abel y prácticamente iba a seguir su estela durante toda la carrera, salvo ligeras variaciones. Mi ritmo fue bastante constante, ligeramente  por encima de los 4 min/km, que me permitían rodar con  cierta comodidad. Sin embargo, los pequeños repechos y las zonas de barro afectaron mi paso y al final fui perdiendo segundos hasta despedirme de mi objetivo. El tiempo final fue de 41'18'' un  tiempo que puedo calificar de manera muy similar al realizado en la San Silvestre; satisfecho por la progresión, pero mejorable, lo cual indica que la preparación discurre de manera correcta, pero es necesario meter una marcha más.
En dos semanas y en la media de Getafe, otra prueba clásica, volveré a chequear mi estado de forma, esperando, esta vez, que el resultado sea más satisfactorio y que empiece a estar acorde con los ritmos que tendré que soportar allá por abril en Rotterdam.

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