Hace unos cuantos siglos, los españoles podíamos presumir poseer un imperio en el que el sol nunca se ponía; aquel vasto imperio fue descomponiéndose poco a poco bajo el mandato de los Austrias y de los Borbones, como cantaban los "Nikkis" en los años 80 en su tema "El Imperio Contraataca". Hoy en día, España ya no es una potencia política mundial, pero es cada vez más frecuente ver corredores españoles que disputan maratones en cualquier lugar del mundo, fieles a nuestro espíritu aventurero y descubridor; sin ir más lejos, en el último maratón que he disputado, Chicago, éramos cerca de 300 españoles compitiendo, uno de los países más representados, como también pasa en otras importantes pruebas como Nueva York, Berlín, París, Londres...
Como castellano viejo, me siento orgulloso de pasear la bandera española por todo el mundo y de formar parte de esta "armada" de españoles que recorre continentes para disputar maratones; en esta ocasión, mi destino es Hong Kong, una ex colonia británica que siempre he querido conocer y que organiza un importante maratón que cumple 20 años en esta edición. No es mi intención vengar la derrota de la "Armada Invencible" frente a los súbditos de ultramar de su graciosa majestad, pero teniendo en cuenta el recorrido y la meteorología que me espera el próximo domingo, estoy empezando a considerar esa famosa frase que Felipe II firmó tras aquella derrota frente a los británicos: yo no mandé a mis tropas a luchar contra los elementos.
La verdad es que empecé con mal pie mi camino a Hong Kong cuando se abrió la inscripción; sabía que los dorsales se agotaban en poco tiempo y mis prisas provocaron que no me diera cuenta que me estaba inscribiendo en el Run 1 en vez del Marathon Challenge, es decir, que estoy inscrito en el grupo de los corredores lentos, lo cual no afecta mi orgullo, pero teniendo en cuenta que, probablemente, sea de los que mejor marca tienen, me tocará correr gran parte dela carrera a solas. A eso hay que unir el recorrido, que discurre casi totalmente por autopista, aunque parece que en esta edición han decidido variar un poco el trazado y habrá más recorrido urbano, afortunadamente; aún así, me temo que no voy a poder recibir muchos ánimos de mi afición. Además, el perfil es un rompepiernas constante, aunque la segunda parte es descendente, después de una primera parte de casi subida constante. Claro que, si todo esto no es suficiente, la meteorología se encargará de ponérmelo más difícil aún, pues se espera lluvia y vientos de hasta 25 km/h durante la carrera; vamos, como para dar botes de alegría.
A pesar de todo, estoy convencido que voy a disfrutar esta experiencia, para lo que no hace falta hacer una gran marca y es que mi intención es hacer un "rodaje largo" cómodo y no gastar mucha energía, porque no es necesario y porque no quiero que se enfade Depa conmigo, pues la idea es afrontar nuevos retos en primavera. No obstante, teniendo en cuenta la sede, es probable que sea de los pocos españoles que corren allí y hasta puede que consiga el título honorífico de primer español, como ya ocurrió en Tokio. Estoy convencido de que voy a disfrutar, porque, como es habitual, voy a correr rodeado de mis fieles aficionados; en esta ocasión, además de Marisa, me acompañará Rafa y la familia Montalvo al completo, incluido el pequeño Nico, que con poco más de un año asistirá a su primer maratón para animarme; quien sabe, quizás en un futuro, el pueda tomar el relevo de mis aventuras. A mis fans, no les para la lluvia, ni el viento, ni el recorrido, ni nada, así que volverán a darme esa dosis de energía que no se ve, pero que se siente, en mi opinión, la mejor energía que se puede recibir.
El domingo, a las 06:45 iniciaré mi segundo maratón asiático y espero no emplear más de 3h30 minutos en completar los 42,195 metros; cuando comience a correr, serán las 23:45 horas en España, una hora muy intempestiva para correr, por lo que espero que mi cuerpo se adapte bien y que cuando os levantéis el domingo por la mañana os pueda anunciar que he completado mi 23º maratón. Ese es mi objetivo, terminar y disfrutar de un nueva aventura maratoniana, esta vez en las provincias de inglesas de ultramar y aunque el imperio desapareció hace mucho tiempo, un pucelano volverá para dejar muy alto el pabellón hispano.
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