Hasta este año nunca había contemplado correr esta carrera, pues me parecía un tanto insulsa, ya que no veo la gracia de una competición entre dos aficiones futboleras en una carrera atlética y menos aún, cuando todos sabemos que el Rayo Vallecano también existe. Sin embargo, su recorrido me tentaba, pues al ser casi todo el rato cuesta abajo, era una buena oportunidad para intentar hacer un marcón, así que recapacité y pensé que podría ser interesante comprobar si era capaz de volver a bajar de 40 minutos y para que Marisa debutara en la distancia de los 10 kilómetros.
Quizás porque estoy mayor y más gruñón de lo normal o quizás porque nunca me ha gustado el espíritu de esta carrera, pronto empecé a arrepentirme de mi decisión, pues la recogida del dorsal requería peregrinar al Corte Inglés de Castellana los días previos; no es que me moleste este centro comercial, ni que piense que me hacen ir hasta allí para que compre algo, sino que me parece absurdo que todos los atletas tengan desplazarse a un lugar específico, independientemente de donde viva; yo lo considero una falta de respeto a los atletas.
El día de la prueba nos convocan en las afueras del Estadio Bernabeu y aunque la participación es muy numerosa, se habilita sólo la mitad del Paseo de Concha Espina, de manera que se preveían problemas en la salida; pero me equivoqué, los problemas empezaron antes porque la cola para dejar la ropa era enorme y excesivamente lenta debido a la escasez de voluntarios y eso que fui con tiempo suficiente. Al terminar la larga espera, me sobraron cinco minutos para calentar y meterme en la zona de salida correspondiente a mi tiempo. Y aunque soy un gran defensor del auge del atletismo y de que gente nueva se incorpore a este bonito deporte, me da la impresión que carreras tan "festivas" como estas, son caldo de cultivo para que atletas novatos con muy poco respeto a los demás, se cuelen en las primeras filas de la salida a pesar de no tener intención alguna de salir a la velocidad que indican los carteles de cada zona; es decir, que cuando comencé, los lentísimos corredores que se encontraban delante de mi, impidieron que pudiera correr sin problema y pasé un buen rato haciendo quiebros, giros, choques y paradas que lógicamente, se reflejan en el crono.
Pero no quiero echar la culpa al empedrado, porque yo tampoco tenía mi día, por un lado porque he llegado corto de entrenamientos y por otro, porque tuve molestias en ambas piernas los días previos y por eso, no tiraba ni para atrás y eso no me permitió recuperar el tiempo que había perdido en el primer kilómetro, en el que hice 4'20''. Después, cayeron kilómetros ligeramente por encima de cuatro minutos, insuficientes para aspirar a un sub40, a pesar de hacer os dos últimos kilómetros muy rápidos.
Al final 40'57'', un crono discreto visto el recorrido, pero que me puede ser un buen punto de partida para conseguir una buena marca en mis próximas citas con los 10.000 metros. Pero para eso, hay que esperar hasta diciembre.
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