miércoles, 9 de octubre de 2013

Calma chicha

Queda menos de una semana para que se celebre el Maratón de Munich; la semana previa a la carrera suele ser tranquila, los entrenamientos se reducen a la mínima expresión e intento descansar lo más posible, evitando ir de compras o hacer trabajos domésticos. En estos días, comienzo a preparar todo mi aparato logístico; ya tengo decidida la camiseta con la que voy a correr, zapatillas, calcetines e incluso tengo preparados los geles, aunque puede haber cambios de última hora.
Estoy relajado, no sé si es bueno, pero intento no pensar en la carrera y en ese objetivo tan ambicioso que me he propuesto: bajar de 3 horas. he entrenado bien, he soportado el calor de verano, entrenamientos de series muy duros y el consiguiente dolor en las piernas. Sin embargo no estoy del todo satisfecho, pues mi creo que he sido demasiado irregular y he tenido más sesiones malas de lo normal; por un lado, no debería preocuparme, pues nunca he entrenado tan "rápido" un maratón, pero por otro, el hecho de no tener las mejores sensaciones posibles, me hace dudar. Claro que si echo la vista atrás, me doy cuenta que no siempre he llegado a los maratones con las mejores sensaciones y que las veces que he conseguido acabar los entrenamientos eufórico, no se ha correspondido en la marca final.
¿Qué me espera en Munich? Creo que ya lo he dicho, pero lo repito, un maratón duro, en el que tengo correr rápido y por tanto, en el que tendré que sufrir; no me importa sufrir, es la opción que he elegido, lo que me importa es poder aguantar ese sufrimiento y llegar a meta antes de tres horas. El perfil es llano, la temperatura va a ser fresca, como me gusta y pos si fuera poco, voy a tener a mi grupo de incondicionales animándome durante el recorrido, de manera que voy a tener pocas excusas a las que agarrarme.

Hoy por hoy no he perfilado la táctica, no sé si saldré un poco más lento para acelerar en cuanto las piernas estén a punto, no sé los kilómetros en los que me voy a tomar los geles y tampoco he decidido si seguiré al globo de las tres horas, rodaré solo o intentaré unirme a un grupo que lleve un ritmo que se adecue a mis necesidades. En realidad, nada de eso me preocupa ahora, habrá tiempo para decidirlo y para contarlo. Hay que intentar seguir relajado y no pensar en la carrera, pero tengo muy claro que cuando llegue el momento, debo tener todo perfectamente planeado para, esta vez si, bajar de tres horas.  
Acabo con un dato importante, mi dorsal, el 05077, que luciré en mi camiseta de la selección española, como siempre que corro fuera de mi país. El color, blanco o rojo, lo desvelaré más adelante, así que... seguid atentos.


1 comentario:

Darío Collado dijo...

Qué ganas de leer esas grandes crónicas que nos estás reservando.
Se te ve suelto de cabeza, eso es importante. Disfrútalo mucho, te lo mereces.
Lo demás... caiga o no es secundario ;)

Vamos crack!