Un año más, Valladolid me ha servido como piedra de toque para la preparación de un maratón; a falta de tan sólo cuatro semanas para competir en Munich, la media de mi ciudad cumplía las condiciones ideales para hacer el último test, antes de la gran cita. Valladolid es una media que me gusta, un circuito rápido que además conozco, un clima agradable y la presencia de amigos y familiares animándome en las calles. Este año, además, había una mini-quedada forera, que comenzó con una cena el sábado en compañía de Moncho y su familia, Iñaki, Jaime y Saul.
El domingo por la mañana llegué temprano a la salida, done me esperaba Moncho para calentar un poco; tras dar dos vueltas al Campo Grande, nos colocamos en la zona de salida junto con Iñaki, bien colocados, pues ellos iban a salir más fuerte que yo. La mañana era agradable, soleada y con un ligera brisa, que a la postre iba a molestar un poco en carrera.
Tenía dudas al respecto de como afrontar la carrera, pues aunque mi estado de forma era bueno, no estaba seguro de la conveniencia de salir a tope para no cansarme demasiado, aunque, por otro lado, queda tiempo suficiente para recuperar; así que decidí hacer caso de mis sensaciones y afrontar la carrera según me fuera viendo, es decir, lo mismo que apliqué en enero en Getafe con buenos resultados. Así que cuando sonó el pistoletazo de salida, no me volví loco y salí a un ritmo cómodo, adelantando a atletas más lentos, pero sin ponerme nervioso y con el globo de la hora y treinta a la vista. Poco a poco fui alcanzando al globo y decidí seguirlo, pero me veía con fuerzas y preferí subir el ritmo un poco, los sobrepasé y me coloqué detrás de dos corredores del Parquesport, cuyo ritmo me convencía.
Tras el paso por la primera vuelta, la pequeña, seguía con comodidad en el grupo, que incluso había incrementado el ritmo. La temperatura empezaba a aumentar y el la brisa se había convertido en viento, pero mi segundo 5.000 había sido más rápido que el primero. Estaba convencido de poder mantener el ritmo sin problema y seguía a rueda de los corredores del Parquesport; un poco más adelante fui adelantado por Iñaki, que debido a su catarro rodaba detrás de mi, pero aún así su ritmo era superior al mío y decidí no seguirle. Al paso por el km 15 comprobé que mi ritmo había decrecido ligeramente, pero iba bien; adelanté a Saul, también con problemas, pero las cosas empezaban a ponerse difíciles, pues mi grupo fue dispersándose y acabé descolgándome. Empecé a pasarlo mal y me di cuenta que la posibilidad de una buena marca se esfumaba, así que me lo tomé con más calma y evité hacer esfuerzos inútiles; mi parcial entre el km 15 y el 20 era bastante superior a los anteriores, pero ya estaba llegando y sólo restaba acabar con dignidad, aunque cansado con una marca de 1h29'39''.
En mi opinión, he hecho una buena carrera, acorde con lo esperado y un buen test de cara al maratón del próximo trece de octubre; sin embargo, la comparación con lo realizado en la media de Getafe, antes del Maratón de Sevilla, no es muy favorable. En Getafe salí más lento, pero remonté y acabé muy rápido, batiendo mi marca sin apenas pretenderlo; en Valladolid, empecé bien, pero me hundí en la última fase de la carrera. Quizás planteé mal la carrera y puse un ritmo alto demasiado pronto o quizás no esté tan bien como estaba el pasado enero en la ciudad madrileña. Por otro lado, he corrido buenos maratones después de haber hecho medias mucho peores que la de ayer.
Aún me quedan cuatro semanas de preparación para afinar mi estado de forma y estoy convencido que en este tiempo conseguiré estar a punto para tomar la salida del Maratón de Munich y acabarlo por debajo de las tres horas si todo funciona con normalidad. No es momento para desanimarse, sino para seguir entrenando y depurando aspectos como la táctica en carrera o la alimentación, que pueden ayudarme a rascar esos segundos que necesito para bajar de las tres horas.
El domingo por la mañana llegué temprano a la salida, done me esperaba Moncho para calentar un poco; tras dar dos vueltas al Campo Grande, nos colocamos en la zona de salida junto con Iñaki, bien colocados, pues ellos iban a salir más fuerte que yo. La mañana era agradable, soleada y con un ligera brisa, que a la postre iba a molestar un poco en carrera.
Tenía dudas al respecto de como afrontar la carrera, pues aunque mi estado de forma era bueno, no estaba seguro de la conveniencia de salir a tope para no cansarme demasiado, aunque, por otro lado, queda tiempo suficiente para recuperar; así que decidí hacer caso de mis sensaciones y afrontar la carrera según me fuera viendo, es decir, lo mismo que apliqué en enero en Getafe con buenos resultados. Así que cuando sonó el pistoletazo de salida, no me volví loco y salí a un ritmo cómodo, adelantando a atletas más lentos, pero sin ponerme nervioso y con el globo de la hora y treinta a la vista. Poco a poco fui alcanzando al globo y decidí seguirlo, pero me veía con fuerzas y preferí subir el ritmo un poco, los sobrepasé y me coloqué detrás de dos corredores del Parquesport, cuyo ritmo me convencía.
Tras el paso por la primera vuelta, la pequeña, seguía con comodidad en el grupo, que incluso había incrementado el ritmo. La temperatura empezaba a aumentar y el la brisa se había convertido en viento, pero mi segundo 5.000 había sido más rápido que el primero. Estaba convencido de poder mantener el ritmo sin problema y seguía a rueda de los corredores del Parquesport; un poco más adelante fui adelantado por Iñaki, que debido a su catarro rodaba detrás de mi, pero aún así su ritmo era superior al mío y decidí no seguirle. Al paso por el km 15 comprobé que mi ritmo había decrecido ligeramente, pero iba bien; adelanté a Saul, también con problemas, pero las cosas empezaban a ponerse difíciles, pues mi grupo fue dispersándose y acabé descolgándome. Empecé a pasarlo mal y me di cuenta que la posibilidad de una buena marca se esfumaba, así que me lo tomé con más calma y evité hacer esfuerzos inútiles; mi parcial entre el km 15 y el 20 era bastante superior a los anteriores, pero ya estaba llegando y sólo restaba acabar con dignidad, aunque cansado con una marca de 1h29'39''.
En mi opinión, he hecho una buena carrera, acorde con lo esperado y un buen test de cara al maratón del próximo trece de octubre; sin embargo, la comparación con lo realizado en la media de Getafe, antes del Maratón de Sevilla, no es muy favorable. En Getafe salí más lento, pero remonté y acabé muy rápido, batiendo mi marca sin apenas pretenderlo; en Valladolid, empecé bien, pero me hundí en la última fase de la carrera. Quizás planteé mal la carrera y puse un ritmo alto demasiado pronto o quizás no esté tan bien como estaba el pasado enero en la ciudad madrileña. Por otro lado, he corrido buenos maratones después de haber hecho medias mucho peores que la de ayer.
Aún me quedan cuatro semanas de preparación para afinar mi estado de forma y estoy convencido que en este tiempo conseguiré estar a punto para tomar la salida del Maratón de Munich y acabarlo por debajo de las tres horas si todo funciona con normalidad. No es momento para desanimarse, sino para seguir entrenando y depurando aspectos como la táctica en carrera o la alimentación, que pueden ayudarme a rascar esos segundos que necesito para bajar de las tres horas.
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