Ya queda lejos aquella preparación especial que llevé a cabo durante los meses de mayo y junio para intentar bajar la barrera de los cuarenta minutos en un diezmil. Aquella intentona no salió, pero el trabajo realizado no fue estéril, porque sirvió para poner la base de la preparación que me llevó a lograr mi mejor marca maratoniana en Moscú. Una marca que me invita a soñar con bajar de las tres horas en maratón y ese es mi objetivo fundamental en estos momentos, lo cual, no supone que no me moleste la espina que tengo clavada en esa distancia que tanto se me ha atragantado, los diez kilómetros.
Nunca he superado la barrera de los cuarenta minutos, es decir, correr por debajo de 4 min/km, en una carrera de 10 kilómetros, pero creo que tengo calidad suficiente para lograrlo, aunque hasta ahora no lo haya hecho por unas u otros motivos: a veces por una mala preparación, otras por competir de manera deficiente y otras muchas por no llegar en condiciones óptimas el día de la carrera. Sea como sea, no valen excusas y creo que mi palmarés se merece una marca digna en la distancia.
El próximo domingo tendré una nueva oportunidad para lograr ese objetivo en la XXXII Carrera de la Ciencia, una prueba clásica del atletismo madrileño que se disputa por el centro de Madrid en un circuito homologado, que si bien no es rápido, tampoco se puede calificar como duro y puede ser propicio para correr deprisa. Va a ser mi segunda participación en la Carrera del CSIC, pues ya participé en 2009, un año en el que el trazado de la prueba se vio afectado por las obras en la calle Serrano, lo que provocó que la medición final fuera unos 500 metros más de la debida. No hice una gran carrera, pero tampoco estaba en un buen momento para hacerla.
Y el domingo ¿es el mejor momento? Pues quizás no, porque no he preparado la prueba específicamente y mi preparación está enfocada a hacer un buen papel en la Behobia del próximo noviembre. Sin embargo, he comenzado la nueva temporada con bastante chispa; Depa ha optado por programarme entrenos más cortos, pero más intensos, de manera que pueda conseguir mejorar mi ritmo de competición. De momento parece que las cosas funcionan y esta semana me he despachado unas series de 8x500 metros con unas sensaciones inmejorables, rematados con un mil a 3'40''. Acabé realmente contento del entreno, pero eso no significa que me vaya a salir el domingo, ni mucho menos.
En cualquier caso, voy a intentar salir a correr sin presión, pero en busca de los 39 minutos desde el primer kilómetro; un diezmil es una carrera con poco margen de error, pues es muy difícil recuperar tiempo en tan poca distancia. Hay que salir por debajo de los 4 min/km desde el primer kilómetro y mantener el ritmo sin sufrir demasiado para intentar un tirón final. Creo que soy capaz de hacerlo y que antes o temprano los 40 minutos van a caer, pero para eso hay que correr sin miedo al fracaso, sólo pensando en lograr un objetivo perseguido durante muchos años. Creo que ya toca, espero que sea el domingo.
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