El pasado fin de semana lo he pasado en Pamplona, donde acudí a la primera comunión de Tomás. Teniendo en cuenta la naturaleza familiar del evento, tuve la suerte de conocer, por fin, a sus tíos maratonianos, los que escriben el blog sobre el maratón de New York que podéis consultar en mi lista. Era sábado y tras charlar un rato en una terraza de la Plaza Mayor, decidimos citarnos al día siguiente y al alba, para batirnos en duelo atlético. Pero no os asustéis, porque ni era un duelo, ni era al alba, aunque si temprano, porque a la 1 teníamos la comunión.
A la cita sólo se presentó Javier, ya que Guillermo había salido la noche anterior. No era la primera vez que corría por Pamplona, pero si la primera que corría por el bonito recorrido al que me llevó Javier, un carril bici paralelo al río, resguardado por los árboles y con muchos deportistas a la vista. Rodamos a 5'10'', sin forzar, pues fuimos hablando todo el rato de nuestras andanzas atléticas. Fue, en definitiva, un agradable entrenamiento con un maratoniano que piensa repetir experiencia en 2013 y también en New York, pero al que espero inyectar el vicio para que se prodigue algo más.
Poco después nos fuimos de comunión y no tuvimos otro remedio que rendirnos a los placeres de la comida con la que nos agasajaron los padres de la criatura, Miguel y Virginia, más conocida por Berti y asidua a este blog. Una vez más, enhorabuena a Tomás y gracias.
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