viernes, 12 de noviembre de 2010

El adiós de un campeón

El domingo se celebró el maratón más importante del planeta, el maratón de New York. La victoria del etíope Gebre Gebrmariam quedó eclipsada por el anuncio de la retirada del atletismo del gran Haile Gebreselasi, tras abandonar la carrera neoyorquina en el km 25 debido a una tendinitis en la rodilla. 
Resumir la trayectoria de Gebre en este post no serviría nada más que para repetir una serie de datos que cualquiera pude consultar en una buena página de atletismo. Sin  olvidar que ha sido el mejor fondista de todos los tiempos y que sus marcas y records abarcan un amplio abanico de pruebas que van de la media distancia al fondo, el gran mérito de Gebre ha sido mantener siempre esa eterna sonrisa en los labios, prueba clara de su humildad y de su gran categoría humana.
Gebre se acostumbró a ganar desde el inicio de su carrera, pero eso no influyó en su personalidad, en su carácter afable, en el respeto por el resto de los competidores y en su cercanía al público. Con su perenne sonrisa en los labios, Haile siempre ha sido muy accesible para la prensa y público en general.
Tuve la oportunidad de "compartir" dos pruebas con el, el maratón de Berlín y los 10 Km de Madrid el año pasado. Y también tuve la oportunidad de conocerle el año pasado en la feria del corredor del maratón de Madrid, donde además de estrecharle la mano, nos hicimos fotos junto a mis hijos y él no paró de bromear todo el rato y así uno tras otro fueron pasando aficionados. Un gran campeón.
Gebre ha dicho que se va, que no aguanta más con su rodilla maltrecha y es que para un gran atleta como el no puede valer la pena seguir para arrastrarse por las carreras o retirándose a mitad de competición. Dicen que sus agentes tratan de convencerle para que vuelva, pero pienso que sólo debe volver si está completamente recuperado.
Se va el mejor, alguien que dejará huella y que ha sido la inspiración de muchos atletas populares entre los que mi incluyo. Sus hazañas tanto en pista como en ruta quedarán en las retinas de los buenos aficionados a este deporte. Está claro que vendrán otros que mejoren sus marcas, pero será difícil que den al atletismo tanto como ha dado este pequeño y sonriente etíope. Gracias Haile.




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