sábado, 9 de mayo de 2009

113rd Boston Marathon (2). La Organización


Como ya dije en el anterior post, Boston es una ciudad volcada con su maratón, por lo que es fácil deducir que la organización de la carrera no descuida ningún detalle.
La organización es una máquina perfecta que funciona desde el día en el que te inscribes a la prueba, pues días después recibes en tu casa una postal que confirma tu inscripción. En los meses restantes, nunca falta información en tu correo electrónico y alrededor de un mes antes de la carrera llega a tu casa un folleto de la prueba en la que te indica prácticamente todos lo necesario para facilitar todas las gestiones antes, durante y después de la carrera.
Ya en Boston, el corredor entra en ambiente en el mismo aeropuerto; al llegar a la ciudad compruebas que todo está lleno de carteles anunciando el maratón, anuncios que no se centran en las grandes figuras del atletismo que lo disputan, sino que hablan del esfuerzo de los atletas populares que corren cada año en Boston.
La feria del corredor es impresionante, con una zona de recogida de dorsales rápida y eficiente. En otro stand te dan la camiseta y puedes probártela e incluso cambiara de talla si no te sienta bien. Te lo ponen todo en una bolsa amarilla, preparada para colocar una pegatina con tu dorsal para ser la bolsa en la que dejas tus cosas el día de la carrera, una gran idea.
Hay dos zonas de merchandinsing con artículos del maratón de Boston, camisetas, chaquetas, gorras, pantalones... impresionante, aunque las colas también lo eran. El resto de expositores también ponen toda la carne en el asador y rebajan sus artículos a precio de "feria". En cuanto a los stands de otros maratones, se centran fundamentalmente en carreras por EE.UU. con la representación de los maratones europeos de Atenas y Londres.
Pero además de la feria, la organización celebra otros eventos previos a la guinda final que es el maratón. El sábado hay carreras infantiles y el domingo una carrera de 5 Km. Ya por entonces, el arco que señala el final de la carrera está colocado, las calles del centro de Boston cortadas, los voluntarios reparten folletos con consejos para corredores y familiares... en Boston ningún detalle queda a la improvisación.
El día de la carrera comienza temprano, pues a partir de las 6 de la mañana salen los autobuses desde el centro de Boston que llevan a los corredores a Hopkinton, el pueblo donde comienza la gran carrera. Una fila interminable de school buses van recogiendo a los runner que ordenadamente esperan turno. Tras una hora de camino el autobús nos deja en Hopkinton, en una gran pradera donde han instalado dos grandes carpas e infinidad de retretes móviles donde las colas se hacen eternas. Quedan casi tres horas de espera hasta el comienzo, que ameniza un speaker charlatán, las palabras que puedas cruzar con algún runner, la espera para el baño o el café, barrita o baggel que te puedes tomar gratis. Es una espera excesivamente larga aunque bien organizada.
Se acerca la hora, la bolsa de la ropa se deja en unos autobuses perfectamente numerados. El calentamiento final y poco a poco los runners van colocándose en los cajones correspondientes a su marca con gran orden. Queda poco y de repente un speaker comienza la cuenta atrás...

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