sábado, 11 de abril de 2009

Comienza la cuenta atrás


Esta mañana he completado mi último entrenamiento de series de cara al Maratón de Boston. Han sido ocho miles en los que me he demostrado que mi estado de forma es realmente esperanzador. Menos mal que este último test ha sido bueno, porque después del chasco de Lisboa he empezado a dudar si estaba fuera de forma, pero después de una semana realmente dura, estas series me han dejado un buen sabor de boca con el que afrontar el reto más importante de mi carrera atlética.
Quedan 6 días para que viaje y 9 para la carrera y ya he empezado con los preparativos. Ya me he empapado el folleto que me ha enviado la organización y empiezo a pensar que la experiencia va a valer la pena. También he empezado a pensar en la táctica de la carrera. Me preguntaba un amigo ayer si tenía miedo al maratón y le dije que naturalmente; a un maratón siempre hay que tenerle el respeto que se merece porque si no lo puedes pasar mal. No puedes salir rápido porque pagas tu osadía al final, ni puedes salir lento porque es muy difícil recuperar; tienes que beber lo justo, comer lo justo y perder el tiempo justo en los avituallamientos; no debes dejarte llevar por los aplausos del público, pero el ambiente te da alas cuando lo necesitas. En definitiva, un maratón es esa carrera en la que sólo sabes como te va a salir cuando estás cruzando la meta.
El día 20 espero cruzar la meta del maratón más antiguo del mundo. Hasta ese día me quedan unas pocas sesiones de entrenamiento de descanso activo y muchos nervios. El día 20 volveré a correr un maratón, será el sexto, mi primer grande, el primero fuera de Europa, pero sea como sea, el día 20 volveré a sentirme el hombre más feliz de la tierra cuando complete esas 26, 2 millas que dicen los americanos.

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