Explicar mi actuación en la San Silvestre Internacional 2013 es complicado; creo que sólo puedo hacer un resumen muy escueto: no salió. No sé el porqué, le he dado muchas vueltas pero no encuentro motivos para justificar el fracaso; no me refiero sólo a la marca, sino a las malas sensaciones que experimenté durante la carrera, muy por debajo de mis expectativas.
Pero voy a empezar por el principio, cuando llegué al estadio Santiago Bernabeu junto a Nacho y Alonso, dispuesto a vivir una intensa tarde de fin de año. Nos hicimos la foto de rigor junto a otros componentes de Running Bajo Control y les acompañé hasta la salida de la San Silvestre Vallecana Popular, pues la salida de mi carrera era dos horas más tarde. Durante ese tiempo, me tomé un café y luego estuve paseando un rato por las calles aledañas y ya desiertas. Una hora antes del comienzo de la prueba me acerqué a la salida, donde ya empezaban a llegar los atletas de la Internacional y enseguida me topé con amigos (Abel, Ricky, Roberto, Iñaki, Mario, Raki...) y empecé a calentar; durante el calentamiento me encontré con Depa, que también corría y estuvimos dando los últimos retoques a la estrategia; todo parecía propicio, la moral por las nubes, una temperatura agradable y un óptimo estado de forma, a la luz de lo hecho hasta ese día.
Me coloqué detrás de Abel y Ricky en la salida, a los que pensaba seguir en los primeros kilómetros y tras el pistoletazo de salida lo hice hasta coronar la cuesta con la que se inicia la carrera, pero en el viraje a la derecha se empezaron a escapar y decidí tomármelo con calma porque mi ritmo estaba dentro de los previsto. Sin embargo mis sensaciones no eran malas y aunque pasaba los kilómetros unos 7 u 8 segundos por debajo de los 4min/km, no estaba corriendo a gusto, de manera que a la Puerta de Alcalá ya estaba mucho más cansado de lo aconsejable.
Intenté recuperarme en la bajada a Cibeles, pero al pasar por el kilómetro 5, mi crono de 19'37'' no auguraba una buena marca. La avenida Ciudad de Barcelona estaba atestada de un entusiasta público que animaba sin parar, pero ni así conseguí recuperar sensaciones y cuando llegué al kilómetro 8, mi crono me mostraba la cruda realidad: 32'06''. Estaba todo perdido, pero había que seguir y acabar de la mejor manera.
En el recorrido por Vallecas me hundí definitivamente, pues me quedé clavado en dos subidas y cuando entré en el estadio de Vallecas ya sabía que el tiempo iba a ser horroroso (41'33'' al final), pero intenté disfrutar del final dentro del estadio, con mi familia en las gradas y mis amigos esperándome detrás de la línea de meta.
La experiencia ha sido inolvidable, la llegada a Vallecas emotiva, pero ha fallado la marca; por suerte, Alonso consiguió acabar en 58' sin despeinarse apenas, así que espero que se plantee nuevos retos en breve. Fue mi única satisfacción de una carrera que me deja un poco tocado moralmente, no tanto por el tiempo logrado, sino por las sensaciones experimentadas. Pero hay que levantarse y seguir trabajando con la vista puesta en Sevilla, aunque antes tengo otra importante cita, la media de Getafe.
1 comentario:
No hay daño que no tenga apaño. Aúpa, campeón.
Publicar un comentario