Tras la disputa de la media de Burgos comencé unas vacaciones no sólo laborales, sino en el terreno atlético, pues necesitaba descansar física y psicológicamente de una temporada muy larga; sin embargo, no he parado por completo, sino que he salido a correr sin objetivo prefijado, simplemente por placer y con el objetivo de no perder la forma de cara a la segunda gran cita del año, el Maratón de Munich, para el cual, quedan poco más de dos meses.
A la vuelta de las vacaciones me esperaba un plan de entrenamiento muy duro, pero antes de comenzarlo, decidí competir a fin de evaluar mi estado de forma; la carrera elegida era la del Arenal, una prueba muy divertida que ya realicé hace años, pero a última hora deseché la posibilidad y me inscribí en la Carrera Popular de Cabezón de Pisuerga, en Valladolid, una prueba de 7 kilómetros, que resultó ser también de montaña, aunque en principio lo ignoraba.
Me presenté en Cabezón una hora antes de la prueba, ya que me había citado con Depa; la prueba no consta de muchos participantes, de manera que la recogida del dorsal (no hay chip) es bastante ágil. Calenté bien, pregunté a muchos participantes por el perfil y tras comprobar que era una prueba dura, decidí plantear una táctica conservadora, pues mi estado de forma era una incógnita.
La carrera comenzaba en el pueblo y me coloqué en la zona media, a fin de evitar quemarme al principio; tras una primera vuelta a la localidad se llega a un parque en la ribera del Pisuerga y allí un primer repecho sirve de aperitivo para lo que viene un poco después, cuando sales del pueblo por un camino hacia una colina que se sube por una rampa de fuerte pendiente; ya por entonces, estaba bien colocado y aguantaba el tirón subiendo con dificultad, pero sin venirme abajo.
A partir del repecho, el camino se convierte en una senda que bordea la colina, con continuas subidas y bajadas y apenas espacio para adelantar.Apenas perdí posiciones hasta que llegué a la parte final de la carrera, en la que se llega a las bodegas y se inicia un descenso en el que fui superado por varios atletas bastante más hábiles que yo en el quehacer del descenso.
Un último esfuerzo animado por Depa, hizo que cruzara la meta en 32'05'', un tiempo nada espectacular, pero que me demostró que mi estado de forma no era tan malo como pensaba y que corriendo con cabeza, se saca más partido a las competiciones.
En fin , una buena manera de comenzar los duros entrenamientos para la cita alemana, que la ser a primeros de octubre, me va a obligar a pasar otro verano entrenando duro; nada nuevo, por otro lado.
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