miércoles, 28 de marzo de 2012

Maratón de Barcelona(3)- La carrera

Nunca antes había levantado los brazos al llegar a la meta de un maratón; puede parecer extraño, pero esa emoción que experimentan  muchos runners al finalizar el esfuerzo, nunca me ha acompañado en esos  momentos, algunas veces por cansancio y otras por simple decepción debido al tiempo realizado. Pero el pasado domingo no pude evitar realizar ese gesto, que más que un gesto de emoción fue un gesto de rabia, de satisfacción, pues el tiempo que señalaba mi reloj significaba mucho; esos brazos extendidos significaban que por fin había roto la barrera de las 3h10', que había corrido con inteligencia, con seguridad, con la suficiencia necesaria para controlar una distancia tan mítica como apasionante.
Cuando el despertador sonó a las 6 de la mañana del domingo, empezaba una jornada especial; los nervios, a los que había mantenido a raya hasta ese mismo día, se apoderaron de mi como si fuera un estudiante antes de un examen final. Sabía que estaba bien preparado, pero los problemas surgidos en la preparación me generaban una duda razonable, aumentada por la extensa lista de decepciones sufridas anteriormente en mi asalto a las 3h10'. Así que, cuando acabé de vestirme y salí por la puerta tras el beso de la suerte de Marisa, las piernas me empezaron a temblar hasta llegar, en cinco minutos escasos, a la zona de salida, donde me esperaban los foreros Morde, Javigan JGallego, Metro y Rayman para darme conversación y tranquilizarme un poco antes de salida. Camino a mi cajón, me encontré con Alespinar y Beto y junto a Rayman, nos colocamos en la zona de salida, para vivir una emocionante previa escuchando el mítico tema "Barcelona", que crearon Fredy Mercury y Monserrat Caballé para las olimpiadas del 92.
Suena el disparo y empiezo a correr sin volverme loco, siguiendo en la lejanía a Beto e intentando no gastar fuerzas en los primeros cinco kilómetros, como sabiamente me habían aconsejado mis compañeros. Mis piernas funcionaban, aunque no me gustaban las sensaciones, pero sabía que era temporal, la musculatura se tenía que poner a tono. El paso por el 5.000 es moderadamente rápido, pero recupero fácilmente hasta el kilómetro 10 con un trazado mucho más favorable y el extra de la primera "visita" de mi familia. Paso en 43'27'', según lo previsto.
Tras ese paso, el trazado se complica con toboganes, de poca pendiente, pero molestos. Ya voy cómodo, las piernas empiezan a estar mejor y me da la impresión de ir sobrado, pero no quiero precipitarme. Vuelvo a ver a Marisa y los niños en el km18 y me da otro subidón, sin embargo, me ocurre algo parecido a lo que me pasó en Amsterdam y pierdo la concentración por un rato, me relajo y eso me cuesta unos segundos, pues el paso por la media en 1h32'44'' me demuestra que  por muy bien que vaya, no puedo correr como si fuera un rodaje.
Me mosqueo conmigo,  pero no quiero locuras, así que incremento el ritmo de manera moderada y empiezo a notarlo muy pronto, porque comienzo a superar atletas con facilidad. A partir de entonces, recuerdo los consejos de Depa y me pongo a correr de una manera más "perra", es decir, juntándome a grupillos y aprovechando la estela de algunos corredores para que me marquen el ritmo y me quiten viento. Pero esto me funciona a medias, porque los corredores que elijo me duran muy poco y enseguida me siento con fuerzas para sobrepasarlos claramente e irme en busca de otra "vícitma". Marisa aparece en el km 28 y eso ayuda para que el paso por el Km 30 caiga en 2h12'13'' y me doy cuenta que el objetivo de 3h05' está complicado, pero que va a ser fácil acabar cerca de ese tiempo... si  sigo igual. 
Analizo la carrera, estoy fuerte, sólo tengo que mantener el ritmo sin hundirme, así que me tomo un segundo gel y vuelvo a poner un ritmo un poco más vivo que me lleve en buenas condiciones al duro final. El público  cada vez es más numeroso, empiezo a oler la meta en el paso por el Arco del Triunfo en el que vuelve a estar mi familia (y van 4 veces) para darme los últimos ánimos. Sé que no les voy a volver a ver hasta que cruce la línea de meta, así que me tomo mi último gel y me vuelvo a repetir: "vas bien, está hecho si aguantas el tirón".
Entro en el Barrio Gótico, en un ambiente impresionante cruzo por  las estrechas y sombreadas calles que me van a llevar hasta Colón, donde empieza la subida final. Vuelvo a poner un poco de picante a mis piernas y sigo recogiendo cadáveres mientras recorro la Rambla cuesta abajo; sé que esta vez va a funcionar y a pesar de mirar con recelo el cartel del fatídico km 39, llego al 40 en 2h57', con suficiente margen para pulverizar mi marca. Por fin veo a Colón señalando al Mediterráneo, aprieto los dientes para empezar a subir el Paralelo y acelero, adelantando corredores por doquier, alimentándome de los ánimos del público y de mi propia ambición, porque ya me siento invencible, no hay dolor, no hay calambres, mis piernas funcionan y ni me doy cuenta de la humedad ni del temido calor.
Llego a Plaza de España, giro a la izquierda y veo la meta, Montjuic al fondo, me río, "joder, esta vez si, me cagúen la puta"; son 200 metros de euforia, en los que pienso en que todo el esfuerzo ha valido la pena, los entrenos con frío, los madrugones y las piernas doloridas, pero ya da igual, ya llego y abro los brazos con rabia porque he conseguido hacer la carrera que quería, por fin.
3h07'14'' es mi nueva marca personal. Mi sensación es que podía haber corrido un poco más rápido, pero también que esta marca puede ser efímera. No es momento para lamentarse, hay que disfrutar de lo realizado y vaya que lo hago, porque mientras estiro, escucho la voz de Ángela que llega para abrazarme y entonces llega Alonso que me pregunta que si he logrado batir mi marca; le digo que si,  por tres minutos y sonríe satisfecho mientras Marisa me regala el abrazo que siempre espero. Un final feliz, no siempre es así, por eso esta vez lo voy a disfrutar. Creo que me lo merezco.

Maratón de Barcelona (2)- La Organización

Pasar de 4.000 a 20.000 participantes en 6 años no es tarea fácil para cualquier organización de una prueba tan complicada como un maratón. Ese espectacular aumento ha sido experimentado por la prueba barcelonesa desde el año 2006 y en mi opinión, lo ha conseguido con una nota muy alta, porque subir la calidad de las prestaciones de esta carrera les supondría estar en una elite que ya rozan con la yema de los dedos.
Pero vamos por partes; la feria del corredor siempre es el primer contacto del runner con la carrera y después de haber visitado las más importantes ferias del mundo, debo decir que Barcelona, aunque lógicamente más reducida de tamaño, cubre perfectamente las expectativas de  los participantes. La recorrida de chip y dorsal se realizan sin apenas demora y tampoco la entrega de la camiseta y la comprobación del chip, que da paso a la entrada en la zona de expositores.
Muchos maratones tienen su stand en Barcelona, fundamentalmente europeos, aunque también hay anunciantes de otras partes del mundo. El apartado de marcas deportivas está, asimismo, bien representado, pues la más importantes muestran sus últimas novedades, complementadas por tiendas de running que intentar hacer sus ventas con descuentos especiales. Complementos, nutrición y los stands de la organización, completan una feria que no decepciona, aunque un poco más de merchandansing no vendría mal.
Pero vamos con la competición, empezando por la salida, que se ubica en el mismo lugar que la meta. No está cerrada al público, aunque tampoco parece necesario y es bastante amplia, suficiente para los 20.000 participantes. No usé los baños, pero las largas colas indican claramente que no vendría mal aumentar un poco su número, así como sería aconsejable que hubiera algún puesto donde se pudiera beber agua o isotónicos o incluso tomar un café o unas barritas. Tampoco utilicé el guardaropa, situado en el pabellón donde se celebra la feria, pero parece que funciona bien.
La salida se efectúa en dos oleadas y tres cajones. En mi opinión y como pasa en Amsterdam, los cajones son demasiado extensos, porque mezclar a los atletas entre 3h y 3h30' no es muy operativo. Creo que deberían hacer al menos el doble, porque además el aumento de voluntarios que lo controlarían no sería excesivo.
La salida es espectacular y el recorrido es muy bonito, pues se recorren casi todos los lugares emblemáticos de la ciudad: Nou Camp, Paseo de Gracia, Sagrada Familia, torre Agbar, Arco del Triunfo y barrio gótico , incluyendo un agradable tramo litoral que muestra la vocación mediterránea de la ciudad. La llegada a los pies de Montjuic es un lujo, aunque apenas se disfruta después de la subidita con la que se "premia" a los corredores en los dos últimos kilómetros.
El recorrido está bien señalizado, hay suficientes voluntarios, los avituallamientos son largos y bien atendidos y además el agua es ofrecido en botella, lo que hace más sencillo esa necesaria acción de beber.
La llegada está bien organizada y los corredores son bien atendidos por voluntarios que entregan la medalla y te quitan el chip con una sonrisa, que siempre se agradece en esos momentos tan duros.
En resumen, Barcelona me ha dejado un buen sabor de boca y no dudo en puntuarlo con una nota alta, a pesar de que su recorrido dista bastante de ser tan plano como se intenta vender por los organizadores. Una organización que está a la altura de una gran carrera.

martes, 27 de marzo de 2012

Maratón de Barcelona (1) - El ambiente

El maratón de Barcelona es, por derecho propio, el más multitudinario de los que se corren en España. Tras su cancelación en el año 1994, su crecimiento ha sido espectacular debido a la buena gestión del evento basado en un buen marketing, un circuito espectacular y un buen trato al corredor.
Llegué a Barcelona el sábado por la mañana tras un cómodo viaje en AVE. Nada más llegar me pasé por la feria del corredor a recoger mi dorsal y el ambiente era inmejorable, con mucha gente visitando los expositores, entre los que se cuentan un gran número de maratones internacionales en busca de "clientes". Ya por entonces estaba instalada la zona de salida y meta, justo al pie de la fuente mágica de Montjuic y no pude evitar pensar en volver a cruzar una línea de meta maratoniana por duodécima vez, pero era mejor dejar las emociones para el día siguiente.
Esa misma tarde, me pasé a tomar un café con varios componentes del foro: Alespinar, Beto, Morde, Rayman, Lobo, Javigan, JGallego y Metro, con los que tuve la oportunidad de compartir un buen rato charlando de atletismo. Pero además, esa tarde había infinidad de atletas paseando por el centro de la ciudad, concentrados de cara al gran día. El ambiente premaratoniano era cálido y todo hacía presagiar una gran jornada atlética dominguera.
Ya el día de la carrera, me dirigí a la zona de salida temprano, pues había quedado con varios de mis compañeros foreros para hacernos unas fotos y darnos los ánimos pertinentes. Faltaba poco para comenzar y cada vez llegaba más público a la salida, de manera que cuando se dio el pistoletazo de salida, las calles ya estaban llenas de gente jaleando a los "valientes" que intentabamos emular a Filípedes. Debo confesar que no me esperaba tanto público en las calles, pues una vez recorridos los primeros kilómetros, seguíamos recibiendo los aplausos de los aficionados y aunque había alguna zona más vacía, en general no dejamos de tener animación en ningún momento.
Pero si la primera impresión fue buena, la continuación fue aún mejor, pues el paso por las zonas más emblemáticas, como el Paseo de Gracia o la Sagrada Familia fueron espectaculares por la gran cantidad de público. sin embargo, lo mejor estaba por llegar y eso vino después de la media maratón, desde el recorrido por la Meridiana que lleva hasta la Torre Agbar, donde ya se corría dentro de un pasillo humano ininterrumpido que iba a durar prácticamente hasta el final de la prueba, con mención especial al espectacular paso por el arco del triunfo y posteriormente por el barrio Gótico y la subida final por el Paralelo hasta meta, donde los gritos del público se incrementaban aún más y me permitieron llegar a meta en un estado de gran euforia.
Barcelona no me ha decepcionado, al contrario, creo que el ambiente es mucho mejor al que viví en Donostia y sin duda muy superior al de los MAPOMA que he corrido. Si este maratón sigue en su línea ascendente, no sería descabellado en que se convirtiera en uno de los maratones de referencia en Europa.


viernes, 23 de marzo de 2012

Esta va por Feli

Faltan menos de 48 horas para que se de la salida del Maratón de  Barcelona 2012. A pesar de estar curtido en bastantes batallas, los nervios han empezado a aflorar y no creo que me abandonen hasta el momento en el que suene el pistoletazo inicial. Han pasado cinco meses desde que crucé la línea de meta en Central Park, después de aquellos desafortunados calambres y desde entonces, mi obsesión ha sido llevar a cabo una dulce venganza en la siguiente gran cita, que ya está a la vuelta de la esquina.
En estos cinco meses he entrenado duro y como siempre he recibido el apoyo y la comprensión de mis amigos y familiares. Como os he contado, ha sido una preparación un tanto peculiar, pues he sufrido lesiones y enfermedades siempre inconvenientes, pero eso no ha sido lo peor, ni mucho menos. Muchos de los que me seguís, ya sabéis que en enero operaron a mi hermana; fueron unos días duros los que pasó en el hospital, pero logró superar los problemas  y ahora sigue su recuperación en casa; una recuperación que puede ser más larga de lo previsto, pero que estoy seguro que acabará en una total recuperación.
Mi hermana Feli me ha acompañado a dos maratones, Berlín y Amsterdam, a la media de Lisboa y a algunas carreras más, junto con mi sobrino Manuel y mi cuñado Jesús; son unos de mis seguidores más fieles y estaba previsto que me acompañaran en Barcelona, junto a Marisa y los niños. Pero como os podéis imaginar, esta vez no va a poder ser porque aún es temprano para realizar un viaje de este tipo. Va a ser extraño no verlos en alguna calle animándome y agitando las banderitas que tan bien identifico, pero sé que me van a seguir desde casa con la misma ilusión. Mi hermana siempre dice que admira mi fuerza de voluntad para salir a entrenar todos los días, pero yo creo que no es tan difícil esforzarse cuando algo te gusta tanto como a mi me gusta correr; sin embargo, la voluntad que es verdaderamente admirable, es la de luchar día a día por superar una enfermedad y recobrar la vida cotidiana que tanto le gusta. Por eso, cuando lleguen los momentos malos de la carrera y me invada el cansancio y el dolor, pensaré en que mi hermana supera obstáculos más difíciles cada día y que debo seguir adelante porque es la única manera de llegar al final, en el tiempo que quiero o en otro mayor, pero lo importante es llegar.
El domingo espero poder cruzar la línea de meta de mi decimosegundo maratón y en esos momentos volveré a acordarme de todos los que ha estado a mi lado durante esos 42,195 km; me acordaré de todos los que me seguís por aquí, de mis amigos, de los compañeros del foro, de mis compañeros corredores de Running bajo Control, especialmente de Elena, que correrá conmigo en Barcelona, de mis amigos "maratonianos" que me seguirán en mi próxima cita, de mi entrenador Depa, de mis hermanos, de Marisa y los niños, pero, esta vez, especialmente de Feli, a la que quiero dedicar esta carrera. Ella también va a cruzar la línea de meta en unos meses y con un buen tiempo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Semana de pasión

No estamos aún en Semana Santa, a pesar del título del post, pues aún restan dos semanas para que comiencen las procesiones en casi toda la geografía española. Pero esta semana, la semana del maratón, es, sin duda, la de más nervios antes de culminar los duros meses de entrenamiento con la carrera anhelada.
Hay muchas cosas que preparar antes de un maratón, pues me gusta llegar a mi destino y preocuparme sólo de la carrera. Comienzo por el atuendo. Volveré a correr con camiseta y pantalón exclusivamente, a pesar de la amenaza de lluvia. Esta vez iré de blanco con pantalón negro; la camiseta ya tiene serigrafiado mi nombre y el pantalón ha sido adaptado por Marisa para poder llevar los geles que consumiré durante la competición. Los geles ya están seleccionados, dos con cafeína y uno normal, pero hay que añadir alguna barrita energética, algunos sobres de oxibloc y algún recuperador post carrera. Tampoco hay que olvidarse de la necesaria vaselina y unos parches para proteger los pezones, algo que va a ser especialmente necesario en Barcelona donde la humedad suele ser elevada.
Otro factor a tener en cuenta es la animación. Marisa y yo ya estamos estudiando el recorrido, con la inestimables consejos de un compañero forero. Supongo que volverá a animarme en tres o cuatro puntos para elevarme la moral y sacarme unas fotos; aunque el fotógrafo oficial volverá a ser Alonso, que siempre hace una buena labor.
También tengo reservadas la comida y cena del sábado, pero tengo que preparar el desayuno del domingo cuando llegue a Barcelona. Esta es la comida más importante, pues hay que hacer una carga adecuada de hidratos, pero también de fibra para poder "pasar" por el baño antes de iniciar la carrera. 
Ropa, intendencia, recorrido... pero aún faltan cosas y muy importantes. Hay que tener a mano los billetes de AVE, la reserva del hotel y sobre todo, el justificante de la inscripción y el número de dorsal, que la organización ha enviado por mail y que es indispensable  para recoger chip y dorsal el próximo sábado en la feria del corredor. Por cierto, mi dorsal es el 454 y saldré en el cajón amarillo, es decir, junto a los runners cuyo objetivo son las 3 horas. 
Pero falta lo peor y es preparar un factor que no es tangible, es decir, la estrategia. Hablé ayer con Depa y me animó a empezar a 4'20'' a fin de pasar la media en 1h31', como lo hice en Nueva York. Me aconsejó ser un poco "perro" y pegarme a grupillos que busquen las 3 horas peladas a fin de no desgastarme. No pide nada el tío, pero espero que el domingo las sensaciones sigan siendo buenas y pueda seguir sus consejos. Sin embargo, todas esas dudas van a seguir rondando por mi cabeza todos estos días; no sé si estaré bien, no sé si hará viento, si lloverá, si pasaré la media sobrado o cansado, si me vendré abajo en el kilómetro 30 o si llegaré fresco al km 40...
Todo esto hace tan grande a una carrera que es especial. Por eso y a pesar de llevar once maratones en mis piernas, sigo sintiendo el mismo cosquilleo en la barriga que el resto de las veces, sigo dándole vueltas a todo la semana previa y sigo soñando cada noche con mi actuación. Nervios, muchos nervios, pero ya queda menos hasta que el juez encargado apriete el gatillo que indica el comienzo del maratón de Barcelona 2012. entonces y sólo entonces, me sentiré relajado y feliz y volveré a decirme: vamos, a correr y a disfrutar la carrera.


domingo, 18 de marzo de 2012

Sesenta kilómetros y una boda

Resta una semana para que el Maratón de Barcelona 2012 eche a correr conmigo entre los participantes. Esta mañana he realizado mi última tirada larga, de tan solo 20 km , pues la carrera ya está encima y no es conveniente gastar unas fuerzas que voy a necesitar muy pronto. Este entreno pone la guinda a una preparación un tanto movida, pero efectiva, que espero me sirva para conseguir el éxito en la Ciudad Condal. Una esperanza que no es un brindis al sol, pues la semana que hoy termina acaba plena de buenas sensaciones. Han sido sólo cuatro sesiones, sesenta kilómetros repartidos en dos rodajes, que he completado sin despeinarme, un fartlek en el que me sentí muy sobrado y esta última tirada en la que, a pesar del viento, he realizado ritmos muy buenos, constantes, siempre de menos a más y finalizando como una bala. Se está cumpliendo lo que había pronosticado Depa y es que cada día me voy a encontrar mejor, hasta llegar al día 25.
Aunque suene raro, lo único que ha conseguido cansarme en esta buena semana, ha sido mi asistencia a la divertida boda de una de mis mejores seguidoras, Elena,que se ha casado con Dani, que también ha comenzado a ser seguidor de mis "hazañas". La boda se celebró el pasado viernes y rayó a una altura de récord del mundo, pero dejó mis piernas un tanto "tocadas" después de pasar mucho tiempo de pie y eso que no me prodigué en el complicado mundo del baile post-celebración.  Espero que sean muy felices juntos y que tenga la fortuna de que me acompañen en algún maratón de los que aún me quedan en mis piernas.
Volviendo al tema atlético, espero que las buenas sensaciones se vean reflejadas en la carrera del próximo domingo; es evidente que me encuentro en buena forma, yo diría que me siento mejor que antes de la participación en Nueva York, pero el deporte no es una ciencia exacta y lo que pueda ocurrir en Barcelona va a depender de muchos factores, aunque es evidente que mi estado  actual me permite mirar el futuro con confianza. Pero hablemos de algunos de esos factores.
En principio Barcelona es una carrera más cómoda que las últimas que he corrido. El viaje es corto y además me voy a alojar en unos apartamentos situados a diez minutos de la salida. Eso me va a permitir levantarme a una hora prudente y tener tiempo suficiente para desayunar y prepararme antes de la salida. Lo malo, es que la noche del 24 al 25 cambia la hora y eso supone dormir una hora menos, con el trastorno que puede llevar aparejado.
En cuanto al circuito, es prácticamente plano, pero hay varios tramos de falso llano que pueden dar más de un disgusto, sobre todo la final de la prueba, ya que los dos últimos kilómetros pican hacia arriba. Además, el paso por el paseo marítimo también puede ser peligroso si el viento sopla con fuerza y aunque es pronto para fiarse de la previsión, parece que el dios Eolo va a acompañar a los participantes de esta carrera.
El número de participantes es otro factor importante, sobre todo en la salida de la prueba. En Barcelona se ha vuelto a batir un récord este año y seremos casi 20.000 los que comencemos la carrera en la Plaza de España. Saldré en el cajón de las 3 horas, así que espero no tener problemas, aunque desconozco si las calles por las que comienza la prueba son suficientemente anchas.
En fin, como veis hay muchas incógnitas por resolver, así que lo importante es  no agobiarse y afrontar la carrera con ilusión y con espíritu positivo. Eso es lo que voy a intentar, como en Nueva York, salir a disfrutar de la carrera, a sabiendas que he hecho una buena preparación, que me he esforzado, que he disfrutado todos mis entrenos y que pretendo disfrutar de las tres horas en las que espero acabar mi duodécima maratón.

lunes, 12 de marzo de 2012

And the winner is: adiZero Aegis

La semana pasada aproveché mi paso por Valladolid para ver el partido Pucela, y para acercarme a la tienda SoloRunners, de la cual es socio Depa y comprarme unas zapas mixtas con las que competir en Barcelona. Mi idea inicial era volver a las DSTrainer, con las que he competido bien en varios maratones, pero al final Jose (que me atendió) me convenció para que probara las Aegis, unas zapatillas Adidas muy ligeras que están dando buenos resultados. El caso es que me dejé convencer fácilmente y me fui tan contento con mis Adidas, una marca que, por cierto, nunca me ha gustado. En principio las sensaciones han sido buenas, son ligeras y cómodas, pero la prueba de fuego llegará el próximo miércoles, cuando las estrene para hacer el último fartlek de la preparación. 
Al margen de este detalle, he finalizado la semana con 91 km, después de sólo 5 entrenamientos, que no han sido un paseo precisamente. Además de dos rodajes, Depa me ha "obsequiado" con 12 series de 1.000 metros el miércoles (3 días después de correr en Salamanca) que me resultaron muy duros porque no estaba aún recuperado del todo. Sin embargo el fin de semana ha sido menos cansado, a pesar de que se trataba de un controlado de 8 Km el sábado y mi último rodaje largo, el domingo, que completé en 4'41'', acabando en ritmo de maratón.
La preparación está prácticamente terminada, pues sólo quedan cuatro entrenamientos esta semana y dos la semana que viene. Lo más duro será el fartlek del miércoles, pues la semana se completa con un rodaje y la tirada de 21 km del domingo anterior a la carrera. La semana del maratón, un rodaje y las típicas series de 1.000 el miércoles, me permitirán llegar al domingo descansado y con hambre de kilómetros.
No quiero pensar en como lo llevo. La preparación ha estado plagada de incidencias y eso convierte mi estado de forma en una incógnita. Además, habrá que esperar para saber que temperatura va a haber el día de la carrera, pues el calor que estamos padeciendo en este atípico invierno no sería lo más aconsejable para el día D. En todo caso, adía de hoy, tengo buenas sensaciones, aunque después del fartlek y la última tirada larga será cuando reflexione acerca de como encarar la carrera.
De momento, tengo que descansar, relajarme, calzarme mis Aegis nuevas y probarlas donde hay que probarlas, en el asfalto. Espero que las sensaciones sean buenas y que me ayuden el día 25 a conseguir bajar de una vez de 3 horas 10' y lograr una nueva MMP, aunque aspiro a bastante más. Pero eso, lo dejo para el próximo post.



martes, 6 de marzo de 2012

Media Maratón de Salamanca. Buena marca en un recorrido duro

Una ligera lluvia saludaba el amanecer de Alcazarén cuando sonaba mi despertador. Un desayuno energético a base de cereales, un café cargado y me puse en camino junto con mi sobrino Daniel con el fin de llegar temprano a Salamanca. No me gusta mucho conducir demasiado antes de una carrera, por lo que prefería llegar con tiempo extra para tomarme otro café y pasear un poco por la ciudad del Tormes. La lluvia no nos abandonó por el camino en el que recorrimos típicos paisajes castellanos, en esta ocasión no suficientemente verdes debido a la sequía, pero espectaculares, especialmente en el paso por Nava del Rey y sobre todo por Alaejos, con sus dos imponentes torres; una lluvia a la que acompañaba un fuerte viento que me hizo presagiar lo peor de cara a la carrera.
A las 9 ya estábamos en Salamanca y además aparcamos al lado de la salida. Tras recoger el dorsal sin esperas, tuvimos algún problema para encontrar un café que llevarme a la boca, pero al final todo salió acorde con lo previsto y a las 10 de la mañana ya estaba vestido, con el dorsal puesto y listo para afrontar los 21.1 Km de la primera media charra. La salida estaba muy bien ordenada y los corredores se mostraron respetuosos al ubicarse cada uno en su cajón de salida. Por fin, el alcalde de la ciudad dio la salida y comenzó la prueba sin agobios ni apretones, corriendo junto a los runners de mi nivel.
Me coloqué siguiendo al globo de las hora y media y me percaté que su ritmo era bastante alto, a 3'55'', pero esperaba que se fueran adaptando poco a poco. Los primeros kilómetros son muy interesantes, pues se recorre el centro de de la ciudad, con un paso espectacular por la Plaza Mayor y luego callejeando hasta llegar al puente romano; sin embargo, hay que sacar una tarjeta amarilla a la organización porque las jardineras y demás obstáculos de las calles peatonales pueden suponer un peligro para los corredores y no estaban ni siquiera señalizadas. Aún así no hubo percances hasta llegar al final del puente, cuando tras recorrer un tramo de parque se sale del casco histórico y comienza una durísima subida que acabó de raiz con el ritmo alto que permitía el perfil de los primeros kilómetros. Ya por entonces, había dejado ir al globo, pues su ritmo subía y bajaba a capricho y eso no me va para nada, así que me busqué mi propio grupo y superé con nota la subida, me tomé un respiro e inicié el descenso hacía una carretera que daba acceso a un barrio de nueva construcción que estaba en alto, para variar.
Esta vez la subida era más tendida, pero mucho más larga; me impuse un ritmo constante, pero sin forzar demasiado porque había que guardar fuerzas para el final. Además de los continuos toboganes, el viento soplaba con fuerza y generalmente de cara, por lo que correr en grupo era lo más inteligente y me acoplé a uno comandado por una mujer acompañada de su liebre. Una vez superada la subida, se vuelve a descender y comienza el tramo más favorable de la carrera, que discurre a la ribera del Tormes por un carril bici de amplitud suficiente para un grupo no muy numeroso. Aceleré bastante mi ritmo en llano y con el viento de espalda, pero no por mucho tiempo, pues enseguida se volvía a entrar en un parque para dar varias curvas cerradas que volvieron a romperme el ritmo.
El terreno llano duró hasta que abandonamos el carril bici para iniciar una nueva subida que nos llevaría a un polígono industrial por el que volvíamos a entrar a la ciudad. El grupo se había roto, la corredora y su liebre habían quedado atrás y por delante quedaban siete kilómetros de terreno irregular en el que me vino muy bien la reserva de fuerzas que había planeado en un principio. El viento volvía hacer de las suyas en un espacio muy poco resguardado y el reloj empezaba a dejar patente la imposibilidad de conseguir mi mejor marca, pero por eso no me iba a venir abajo, pues sabía perfectamente que no se daban las condiciones adecuadas. Apreté los dientes y luché por mi objetivo, que no era otro que acabar en menos de noventa minutos. Y lo conseguí, después de hacer un buen kilómetro final que me permitió cruzar la meta 3 segundos por debajo de la hora y media.
Una botella de agua nada más acabar, una buena bolsa del corredor y una magnífica explanada donde estirar a gusto, confirmaron mis buenas expectativas al respecto de la organización. Sin embargo, es necesario censurar la señalización de los obstáculos, así como la falta de voluntarios en zonas en la que la carrera daba giros acusados y la mala actuación de algunos de los globos. En el haber, hay que poner la buena organización de salida y meta, la excelente señalización de los kilómetros (en algunos  adornados con un coche de época) y las ganas que organización y voluntarios pusieron para que los corredores se sintieran bien.
Esta ha sido mi última competición antes de afrontar el maratón. No puedo quejarme después de todas las cosas que han pasado en esta preparación. Quizás no esté en un estado de forma ideal, pero en Salamanca ha quedado demostrado que estoy bien y que puedo afrontar con garantías el reto de buscar una buena marca en la distancia de Filípedes. habrá tiempo para analizar lo que puede pasar en Barcelona, pero a día de hoy estoy satisfecho, ni más, ni menos. Quedan tres semanas en las que no es posible mejorar mucho más mi rendimiento, pero si sería posible echar a perder todo el trabajo realizado. Empieza el "deskilometraje", es hora de concentrarse y de cumplir la última parte de la preparación para estar a punto el próximo 25 de marzo.


jueves, 1 de marzo de 2012

Salamanca, última piedra de toque

Dice la tradición que si en tu visita a la fantástica fachada de la Universidad de Salamanca no eres capaz de encontrar la rana, el resultado de tu curso académico no será satisfactorio. Sé donde está la rana (que fue ubicada en la fachada para representar a la lujuria), así que espero darme un paseo por allí tras la carrera para volver a verla y que ello contribuya a que mi curso atlético, que culminará en Barcelona, sea satisfactorio, como manda la tradición.
Acudo a la ciudad del Tormes sin demasiadas expectativas en cuanto a la carrera en si, porque además de tener un trazado poco favorable, mi estado de forma es una incógnita después de la lesión y el catarro de principios de semana. Sin embargo, espero disfrutar de una de las ciudades más bonitas de España y quizás del mundo como más me gusta, corriendo, porque además el trazado discurre por varios puntos emblemáticos que, a buen seguro, van a quedar grabados en mi memoria.
Además, la media de Salamanca inicia su andadura este año, es decir, que tendré el honor de estrenar una prueba a la que le deseo una larga permanencia, que, a buen seguro tendrá pues la labor de los organizadores está siendo realmente buena hasta la fecha de hoy y espero que así siga hasta el domingo. Aprovecho además, para agradecerles la rápida y efectiva gestión que han realizado debido a mis problemas en la inscripción, afortunadamente ya solventados.
Centrándome en el aspecto deportivo, me quedan sólo tres domingos antes de afrontar el maratón de la primavera de 2012. En Salamanca debería haber llegado con un pico de forma que habría que mantener tres semanas más para llegar bien a la prueba importante. No creo que esté en ese pico de forma después de mis problemas, pero tampoco estoy tan mal, aunque pensar en una hipotética mejora de mi marca se me antoja complicado. Habrá que ver como es el trazado, pero me gustaría estar por debajo de 1h30' o al menos no pasar de la hora y media. Creo que no sería un mal resultado y teniendo aún dos semanas duras por delante que me pueden poner totalmente a punto para Barcelona. Además, esta semana, aunque más ligera que la anterior, está siendo fuerte y no voy llegar tan fresco como debiera. Quizás sea una situación parecida a mi última media antes del maratón de Nueva York, en Valladolid, donde paré el crono en 1h29', una buena marca que sin ser la deseada, me sirvió para llegar muy en forma a la ciudad de los rascacielos.
En fin, habrá que ver como me pintan las cosas el próximo domingo. Lo importante es tener buenas sensaciones y disfrutar de la carrera, por eso no voy con grandes expectativas, no quiero llevarme un chasco que me baje la moral de cara al objetivo principal. No puedo pedir peras al olmo después de las últimas incidencias, pero eso no evita que cuando suene el disparo de la salida, salga a darlo todo y me convenza a mi mismo que mi preparación va por buen camino.