martes, 26 de octubre de 2010

Maratón de Amsterdam (3) - La carrera

Mi mejor maratón, éste de la que voy a hablar, no puede servir como ejemplo de lo que se debe hacer en una carrera de este tipo. He logrado mi mejor marca, es cierto, pero he cometido bastantes errores de principiante que no son propios de un atleta con ocho maratones a sus espaldas.
Mi relato comienza el sábado, día en el que decidí viajar esta vez y así evitar caminar en exceso el día antes de la carrera. El invento no salió muy bien, pues debido a la huelga de controladores franceses, el vuelo se demoró una hora, de manera que llegamos a la capital de Holanda a las 10:30. Una vez allí, también nos demoramos al sacar los billetes de tren para la estación central, donde llegamos ya tarde y decidimos tomar un taxi. El taxista intentó estafarnos, lo que provocó que nos apeáramos y nos fuéramos en tranvía. Total, que entre unas cosas y otras, llegamos tarde al hotel y salí a rodar casi a la 1 de la tarde, hora a la que,precisamente, cayó un buen chaparrón para amenizar mi último entrenamiento antes de la gran cita.El día de la carrera me levanté relajado, más bien atocinado y tras desayunar, cogí un bus hasta el estadio olímpico. Allí había mucha gente, pero me encontré con mis amigos de Marathinez y me enrollé, para variar, por lo que se me hizo tarde y pasé unos momentos de agobio para entregar la ropa. Con el tiempo y el calentamiento justo, me dirigí al estadio, donde afortunadamente había una pequeño retraso que me permitió colarme en mi cajón, aunque en una posición no muy adelantada.
Salí en la parte de atrás de mi cajón (de 3 a 3:30 horas) por lo que me pasé los primeros kilómetros entre adelantamientos y parones, algo no muy conveniente para la musculatura. En el Km 4 primer encuentro con mi familia, a la salida de Vondelpark. Había mucha gente animando, mi ritmo era cómodo y yo me sentía a gusto. Pero en el km 5 el crono me advierte que voy demasiado relajado, "joder"... así que incremento la marcha, de manera que al paso por el km 7 el tiempo es de 31'22'', más lento de lo previsto pero no preocupante. Voy recuperando tiempo y al paso del km 10 y sobre todo del 14, las cosas parecen marchar conforme a lo planificado.
La carrera sale de la ciudad y nos meten por un pequeño sendero en la ribera del río Amstel. El viento empieza a soplar y los adelantamientos se complican, pero estoy relajado, llevo buen ritmo y no estoy cansado, siento que puedo hacer mucho más, pero hay que ser prudentes, me digo. 
Me refugio detrás de grupos de corredores para evitar el viento, pero al final acabo pasándolos porque mi ritmo es superior. Tanta estrategia y relajación me pasan factura, pues mi paso por la media está más de un minuto por encima de mis previsiones. Por un momento me vengo abajo, pero no me puedo rendir; tengo dos alternativas, seguir como estoy para intentar repetir tiempo en la segunda media o acelerar desde ya. La primera opción no me convence, pues sé que al final estaré tocado y va a ser difícil bajar de las 3h10', así que elijo la opción menos táctica, menos coherente y menos ortodoxa:"vamos a echarle dos huevos Chuli". 
Aumento el ritmo y comienzo a adelantar atletas. Todos son más altos que yo, un chaparro de Pucela que les va pasando como una moto. Mis piernas empiezan a correr de verdad, me vengo arriba y empiezo a mejorar los parciales de los 5 Km, lo estoy consiguiendo. En el km 28 vuelvo a ver a mi familia, primero Marisa y Ángela, luego Feli y Jesús y al final Alonso y Manuel con los que choco las manos; ya voy eufórico y como una moto, me quedan 14 kilómetros aún, pero estoy como nuevo. Sigo pasando atletas y al paso por el 32 el crono me dice que bajar de 3h08' está a mi alcance. 
No me faltan las fuerzas, pero las piernas empiezan a estar más rígidas y ya no mantengo un ritmo tan alto. En el 35 la cosa no va mal, pero poco después bajo un túnel y al subirlo el biceps femoral me da un serio aviso en forma de pinchazo; me asusto, bajo un poco el ritmo, pero me la pierna derecha va mal. Sigo pasando atletas, pero ahora ya me empiezan a adelantar algunos,  me estoy quedando... Intento acelerar, me cruje la pierna, coño... Entro en el Vondelpark, quedan 3 km y me da un aviso el gemelo, casi se me sube, pero lo controlo. Cruzo el Vondel con miedo, pues me dan otros dos pinchazos en el muslo y para rematarlo el que va delante de mi se retira por un tirón en la misma zona. Empiezo a dudar si lo voy a lograr.
En el Km40 aún tengo esperanzas, pues cruzo ligeramente por debajo de las 3 horas; bajar de 3h10' es posible, pero aunque tengo fuerza, mis piernas ya no soportan un cambio de ritmo, me siguen dando pinchazos. Llego al km 41 y el reloj confirma que va a estar muy justo, pero lo tengo que intentar y acelero. Me pega otro tirón, mantengo y consigo llegar al estadio con opciones, así que me digo: "Chuli, si te rompes en los últimos 200 metros, que le den por el culo", así que tiro lo que puedo, pero no es suficiente. Mi crono marca 9 segundos por encima de las 3h10'. 
tranquilidad. Además he corrido excesivamente lento al principio, sin agresividad y eso  me ha podido costar la marca. A partir de la media he sido más agresivo y he hecho una buena carrera, de menos a más, pero los problemas musculares me impidieron lograr mi objetivo. Estoy contento, pero menos. Lo que toca ahora es volver a entrenar y a preparar el siguiente reto: Londres 2011

lunes, 25 de octubre de 2010

Maratón de Amsterdam (2)- La Organización

Holanda es un país que cuenta con maratones prestigiosos como Rotterdam, pero el de Amsterdam es publicitado como el más importante de los Paises Bajos. La importancia se debe al número de participantes, que llega a los 10.000, en un buen número llegados de fuera, pues aparte de su situación central en Europa, es una carrera rápida en una ciudad muy atractiva para pasar un fin de semana, un cóctel lleno de alicientes para cualquier runner.
No obstante, la participación ronda los 10.000 inscritos, cifra muy por debajo a otros maratones que he corrido en los últimos años, por lo que la comparación puede no ser  lo suficientemente equilibrada. Por eso, cuando llegué a la feria del corredor, me pareció muy de "andar por casa". Se celebra en un polideportivo anexo al estadio olímpico, bien organizado, sin colas para la recogida del dorsal y con efectividad centroeuropea, eso si, exenta de simpatía, pues estos holandeses no se caracterizan por su don de gentes. La feria en si es pequeñita, ocupa una pista de balonmano y no hay demasiados expositores. Me sorprendió que ni Adidas ni Nike estuvieran exponiendo, aunque si estaban marcas más volcadas en el running como Mizuno (organizador de la prueba), Asics o Saucony. Tampoco hay demasiadas stands de maratones, ni de otros productos cásicos como Powerade o Gatorade. Lo dicho, muy de andar por casa.
El día de la carrera llegué pronto al estadio. En las afueras estaban ubicadas unas casetas para recoger la ropa. La recogida no es rápida en si, por un lado porque hay poco personal y por otro, porque el personal es antipático, lento y poco espabilado, de manera que algunos (entre los que me incluyo) acabamos entregando la bolsa con muy poco tiempo de margen para acudir a la salida.
Se sale de la pista de atletismo, en cuatro cajones, excesivamente amplios para permitir una salida a velocidad homogénea (el mío iba de 3h a 3:30). Aún así, se sale del estadio por unas avenidas amplias, que permiten adelantar sin problemas. El recorrido discurre por la ciudad hasta el kilómetro 14 más o menos, en el que se desvía a un canal que se recorre de ida y vuelta. El camino paralelo al canal no es muy ancho, no cabe la gente para animar, pero para compensarlo, la organización coloca algún grupo musical en un barco para amenizar el paso de los corredores. Una vez recorrido el canal, se vuelve a la ciudad y enseguida se llega al centro donde hay más animación, que no para hasta el final. 
Ya en el estadio, se recorren unos 200 metros antes de entrar en meta y a partir de ahí sigues cómodamente por la pista, donde te dan comida, bebida y la medalla sin pasar agobios. Luego se sale del estadio y de la zona protegida, para recoger la bolsa sin colas, claro que seguramente porque eramos muy pocos cuando yo pasé a recogerla.
En cuanto a los avituallamientos, todos son a la derecha, aunque hay voluntarios ofreciendo agua que a veces Son largos y en general  no generan problemas
En definitiva, una organización correcta pero mejorable, sobre todo porque con 10.000 participantes se pueden hacer las cosas mejor, aunque salvo algunos detalles, raya a gran altura.

jueves, 21 de octubre de 2010

Maratón de Amsterdam 2010 (1)- El ambiente

Amsterdam es una ciudad con un notable historial deportivo, en la que se celebró una Olimpiada en 1928 y posteriormente ha sido sede de muchos eventos deportivos. El maratón que se celebra en la capital holandesa cumplía 36 años en esta edición. No sólo es el más grande del país, sino que atrae a muchos corredores extranjeros por su recorrido plano. 
La ciudad es un centro turístico importante a nivel europeo y la presencia de runners llegados de todo el mundo no es, por tanto, perceptible a los que pasean por la ciudad, a no ser por las zapatillas o las prendas técnicas que visten algunos. Claro que también era fácil ver runners en los restaurantes italianos el sábado a la hora de la comida o la cena. En mi hotel había más ambiente, porque allí eramos muchos los que habíamos ido a correr. El día de la carrera creo que eramos unos 10 los que desayunamos a primera hora.
La feria del corredor se ubica justo al lado del Estadio Olímpico y por allí pululaban bastantes runners el día que fui a recoger el dorsal. Aún así, es una feria pequeña y no había demasiada gente, ni demasiados expositores.
El día de la carrera es otra cosa. La salida desde el estadio es lenta, pero bonita. Ya en la calle, hay mucha gente en los tramos iniciales, como es habitual. Luego la animación va decayendo a medida que se sale de la ciudad, hasta llegar al río Amstel, por donde no hay mucha gente ni puede haberla por la estrechez del trazado. La organización pone animadores en barcos que amenizan el paseo, pero es mucho mejor volver hacia la ciudad y empezar a ver cada vez más gente en las aceras hasta que llegas a la meta. 
Los últimos tramos están llenos de gente animosa, muchos extranjeros y sobre todo, muchos españoles que me animaron como nunca. La llegada al estadio es espectacular, con las gradas llenas que te hacen sentir más importante. 
En general es un maratón bonito, no tan espectacular como otros más masivos,como París, Berlín o Tokio, pero con un nivel alto si tenemos en cuenta  que sólo participan 10.000 runners. Pero Amsterdam es un buen maratón, una carrera en la que se disfruta de un recorrido plano, variado y bastante animado.

viernes, 15 de octubre de 2010

Chulipán, a conquistar el maratón del país del tulipán

Quedan pocas horas para que tome el vuelo que me llevará A Amsterdam. Tengo todo preparado y la moral alta, pero eso no evita que los nervios ya hayan empezado a visitarme. El trabajo está hecho y bien hecho y ahora queda poner la guinda, en una carrera que parece ideal para cumplir mis objetivos. El recorrido es plano, la meteorología se anuncia benigna y mi estado de forma es excelente según mi opinión, la de mi entrenador y la de mis amigos del foro. Todo parece indicar que podré conseguir bajar de 3h 10', incluso me atrevería a pronosticar algún minuto por debajo, pero la teoría no siempre se puede cumplir porque el deporte no es una ciencia exacta.
He trazado ya mi plan de carrera, consistente en salir a hacer cada 7.000 en 31', de manera que cruce la media en 1h 31'. Si logro ese asequible objetivo, intentaré aguantar el tipo en la segunda mitad de la carrera, incluso me planteo acelerar en los últimos 7 u 8 kilómetros si tengo fuerzas. Intentaré alternar agua e isotónicos en los puntos de hidratación y tomaré los geles a los 22 y 32 km a fin de evitar un posible hundimiento final. También está prevista otra parte importante de la carrera, el apoyo de mi familia, que se producirá en el kilómetro 4 (pasaré frente al hotel), en el 24 y en meta. Seguro que me van a ayudar mucho.
Vestiré la camiseta de la selección española de atletismo, todo de rojo y con la bandera en varios sitios y calzaré las  DS Trainer que utilicé en Tokio y que serán jubiladas tras su segundo maratón.
Como veis todo está preparado. Ahora le toca a mis piernas aguantar esos 42,195 Km que me pueden llevar a mi particular gloria deportiva. Sé que muchos de los que leéis esto estaréis atentos a la carrera, por eso quiero agradeceros vuestro apoyo, así como el apoyo que estos días me han dado mis amigos del foro y por supuesto al apoyo constante de mi familia, que volverán a estar al pie del cañón. Va por todos vosotros y esta vez, lo voy a conseguir.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Las pequeñas cosas de un maratón

Faltan cuatro días para que compita en mi noveno maratón. Me encuentro un poco cansado, con molestias estomacales; puede que sea un virus o quizás sean los nervios, como dice Marisa. Quedan pocos días, pero aún hay cosas por hacer, como mi último masaje esta misma tarde, mi último entrenamiento en España, mañana, cortarme el pelo... aparte de prepararme la ropa, las zapatillas y otros elementos necesarios tales como vaselina o medicamentos por si acaso. Hay muchos detalles que no debes olvidar para evitar problemas el día de la carrera.
Paralelamente , sé que hay otras personas que no corren el domingo que también están  haciendo sus preparativos (me lo ha chivado Ángela), como suelen hacer cada vez que corro un maratón. Como ya he comentado en algún post anterior, aparte de los que corremos con dorsal, hay otra carrera que  disputan por toda la ciudad los familares y amigos de los participantes. Una carrera que no consiste en superar una marca o en llegar en un puesto determinado, sino que tiene como único objetivo animar y apoyar a los esforzados atletas y en particular a los "suyos". El atletismo, es un deporte tan solidario, que todos los espectadores animan a todos los participantes, independientemente de su posición en carrera. Los que corremos sentimos ese aliento metro a metro y eso nos ayuda a continuar, incluso cuando el sufrimiento es más intenso.
En Tokio me acompañaron un grupo de amigos, cuyo papel debo calificar como sobresaliente. En Amsterdam, volveran a ser mis hijos, junto con mi hermana, mi cuñado, mi sobrino y Marisa (que ya va por su noveno "maratón paralelo") los que estarán atentos a lo que haga el domingo por la mañana. No sé que sorpresa estarán preparando, pero sé que sea lo que sea, estará hecho con mucho cariño. Mientras yo preparo la logística de la carrera, ellos preparan bamderas, carteles, pinturas y todo aquello que pueda servir para animarme por las calles de Amsterdam. 
Y es que cuando corro, aparte de mi preparación y de mi capacidad de sufrimiento, siempre cuento con otros factores, como las banderas que agitan cuando paso, los careteles animándome, el típico grito de "papi, papi" de Ángela, el "vamos Chuli" de Marisa o la capacidad de Alonso para colarse por donde sólo el puede hacerlo y felicitarme nada más entrar en meta. Sus ánimos, unidos a sus abrazos cuando ya he cruzado la meta, hacen que valga la pena completar los 42,195 Km. Como dijo Serrat, son esas pequeñas cosas que nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve.

martes, 5 de octubre de 2010

El último esfuerzo

Quedan menos de dos semanas para que tome la salida en el maratón de Amsterdam. La última semana ha sido dura, con series de 4.000 y un rodaje largo de dos horas, entre otras cosas. Pero aún me quedan kilómetros por hacer en la semana actual, como los 12 miles que espero hacer mañana y los 12 400 programados el sábado. A partir de ahí las cosas se relajarán mucho para descansar debidamente.
Me encuentro bien, en forma, con ganas, sin síntomas de agotamiento, aunque con  el cansancio normal después de tanto entrenar. No sé si esta vez Javier ha tocado las teclas precisas, pero creo que estoy mejor preparado que nunca. Ahora bien, no es momento de euforias, sino de concentrarse aún más en los últimos entrenamientos, en hacer ese último esfuerzo que me lleve en las mejores condiciones a la carrera del día 17.
Ese día comprobaré si los entrenamientos han dado sus frutos. Es conveniente recordar que en Boston pensaba que iba bien y al final las cosas no salieron o que en Tokio la lluvia arruinó una marca mejor. No hay que confiarse, porque un mal planteamiento, una meteo adversa u otros condicionantes, pueden dictar sentencia el día de la carrera. Hasta entonces, hay que seguir sufriendo y seguir haciendo bien las cosas.