martes, 29 de septiembre de 2009

36th Berlin Maraton(1)- El ambiente


Después de la grata experiencia de mi primer "major", Boston, acudía a Berlín con la esperanza de vivir unos días similares en el aspecto atlético. Sin amigos, pero rodeado de la familia, aterricé el viernes en el soso aeropuerto de Tegel donde no había ninguna referencia al maratón, como pasaba en Boston. Pero para constatar que el maratón no era el eje de la vida berlinesa ese fin de semana, sólo me bastó hablar con el taxista que desconocía que el domingo se corría. uno de los maratones más importantes del mundo En la calle los únicos carteles que se podían ver eran los de la campaña electoral germana y la ciudad respiraba su ambiente típico de bullicio turísitico, con miles de visitantes preocupados más de admirar los lugares de interés de la capital germana, que del acontecimiento atlético en el que Gebreselasi iba a intentar batir el record del mundo.
La cosa mejoró al llegar al hotel, donde un cartel saludaba a los numerosos huéspedes que iban a correr el domingo, incluso nos habían preparado un buffet especial del maratón, que a la postre terminó siendo un chasco. La mayoría de los runners del hotel eran italianos, aunque por allí también se dejaba ver algún francés y algún suizo.
Esa misma tarde visitamos la feria del corredor, ubicada en el ya cerrado aeropuerto de Tempeltof, un lugar muy interesante para llevar a cabo l evento, del que hablaré más tarde. La feria estaba atestada de gente, runners, familiares, curiosos... y la cantidad de kioscos de de cerveza y salchichas colocados en la plataforma fomentaban un ambiente festivo, aunque escasamente atlético.
El sábado visitamos Berlín y se podían adivinar muchos runners entre los turistas en los lugares de interés. Por la tarde se disputaba la maratón en patines de línea y pudimos ver su paso por la plaza Postdamer; esto de la carrera de patines en línea está bastante arraigado en Berlín, incluso hay un club de patín en línea que se reune en el Tiertgarden, pero a mi no me deja de ser un acontecimiento un tanto soso, aunque con masiva participación.
El gran día cambia todo y ya cuando cojo el metro a primera hora, los vagones están plagados de runners y familiares que van a seguir la carrera. Una vez en ruta, las calles están plagadas de gente desde el inicio, un público muy animoso, internacional, con predominio de los alemanes, obviamente, pero donde destaca la gran cantidad de daneses, supongo que por la cercanía. Los pasos por los kilómetro 10, la media y el 30 están abarrotados, pero realmente emocionantes son los últimos dos kilómetros en Unter den Linden, donde la gente grita sin parar mientras al fondo se puede ver el arco de Branderburgo, tras el cual llega el momento que todos los corredores hemos ansiado desde el principio: la meta







jueves, 17 de septiembre de 2009

La suerte está echada


Hace casi dos años visité Berlín por primera vez con Marisa. Recuerdo que salí a correr muy temprano para no perder tiempo en la visita; mi hotel estaba al lado de Unter der Linden, por donde empecé mi ruta que continuaba cruzando la puerta de Brandenburgo, Postdamer Platz y atravesando el Tiergarten para volver al hotel. El recorrido coincide con la parte final del maratón de la ciudad, pero aquel día las calles estaban desiertas debido a la hora, era otoño y aún recuerdo el sonido de mis pisadas sobre las hojas secas. Fue una auténtica experiencia correr en ese improvisado circuito, disfrutando a solas de la ciudad, un lujo reservado sólo para runners.
El domingo, otros 40.000 atletas me acompañarán en mi recorrido, esta vez de carácter competitivo. Vuelvo a Berlín para correr mi séptimo maratón, mi segundo "major" y para intentar mejorar mi marca una vez más. No va a ser tarea sencilla, pues, a pesar de la bondad del recorrido totalmente plano, mi estado de forma es una incógnita después de una preparación marcada por mi lesión de junio. A falta de tres días me siento bastante fino, al final de una progresión que comenzó después de la media Cabezón y que tuvo su constatación en la media del Melón. Pero esto es un maratón y me preocupa que no está preparado para aguantar los 42 km.
En cualquier caso, voy a Berlín a disfrutar de esta gran carrera, para algunos la mejor del mundo, como debe pensar Gebreselasi que intentará batir una vez más su record mundial. Es un aliciente más para una maratón donde volveré a ser animado por mis hijos, Marisa y como novedad por mi sobrino Manuel, mi hermana Feli y mi cuñado Jesús.
Acabo de terminar mi último entrenamiento antes del viaje y este será el último post que escriba antes de la salida de la carrera. Es un buen momento para agradecer a todos mis seguidores vuestro apoyo y para recordar que mi primer objetivo es terminar y que luego hay que intentar hacer una buena marca, pero, sobre todo, para ser consciente de que pase lo que pase, el trabajo ya está hecho y creo que bien hecho y que a partir de ahora sólo queda esperar al domingo a las nueve de la mañana, porque, como dice mi entrenador, la suerte ya está echada

domingo, 13 de septiembre de 2009

Haile


Haile Gebreselasi es considerado por muchos el mejor fondista de todos los tiempos, aunque ese título honorífico está siendo ya amenazado por el gran Kenenisa Bekele. Sin embargo los números cantan y hoy por hoy, Haile posee el record del mundo de maratón realizado en año pasado en Berlín, donde paró el crono en 2h 03' 58''. Este año, este nigeriano que se ha ganado a los aficionados al atletismo con su permanente sonrisa y amabilidad, vuelve a Berlín a intentar el más difícil todavía y volver a superar su estratosférico registro.
El domingo 20, a las 9 de la mañana Haile, yo y otros 40.000 runners estaremos en la línea de salida de esta gran carrera; cada uno tendrá un objetivo marcado, unos llegar, otros superar su marca, pero en general todos intentarán disfrutar de los 42,195 Km que discurren por la capital de Alemania.
Para mi, es un honor correr en la misma carrera que mi gran ídolo en el maratón, un atleta sensacional desde sus inicios, que posee grandes marcas en todas las distancias de fondo y que es la referencia de muchos populares que como yo nos esforzamos día a día. Él ha trabajado duro para llegar a este evento en forma, lo mismo que yo he intentado hacer en los últimos meses. El domingo ambos compartiremos carrera, una carrera distinta pues aparte de de salir 6 cajones por delante de mi, yo no podría ni aguantarle los primeros 500 metros de carrera. Incluso dudo si podré verle el domingo, aunque confío en la habilidad de Alonso (que consigue casi todo) para que se haga con un autógrafo de este crack.
Cuando Haile llegue a meta (espero que como nuevo recordman mundial), yo estaré completando el Km 25 ó 26. Cuando el reciba los honores que merece, yo seguiré luchando contra la distancia y contra el dolor de mi propio cuerpo. Cuando el esté atendiendo a la prensa, espero llegar a meta, espero que batiendo mi marca, pero aunque no lo haga seguro que recibiré también honores, no los de los políticos y la prensa especializada, sino la de toda la gente que animará hasta el último metro y sobre todo, la de mi familia que volverá a estar allí para reconfortarme tras el sufrimiento de la carrera. En este sentido, me considero tan o más afortunado que Haile, pero en cualquier caso y desde mi modesto blog, le deseo que consiga el éxito que persigue y que llenaría de orgullo a sus seguidores, entre los que me encuentro. Suerte Haile.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Alcazarén, pinos, monte y cereal


Alcazarén es el lugar donde mi familia y yo pasamos los veranos y una buena parte de los fines de semana del resto del año. Por esa razón, los caminos de este pequeño pueblo de Valladolid se convierten en mi lugar de entrenamiento en muchas ocasiones a lo largo de la temporada. Caminos y carreteras secundarias componen las rutas que suelo recorrer; una de ellas discurre por un camino entre pinos y tierras de labor que desemboca en una carretera muy poco transitada por la que suelo continuar hasta llegar a una cuesta que subo cuando los entrenamientos son largos, acabando en un páramo donde inicio el regreso; la opción alternativa comienza también por un camino que conduce a una carretera forestal que cruza un pinar y que llega hasta Viana de Cega; ésta la suelo utilizar cuando no quiero subir cuestas o cuando llueve, pues el terreno es más compacto.
En cualquiera de los casos, Alcazarén es un sitio ideal para entrenar en cualquier época, a pesar del intenso frío en invierno y el agobiante calor del verano. He corrido allí con viento, lluvia, frío y este verano con mucho calor, pero con o sin condiciones adversas correr admirando el paisaje castellano, que tanto me gusta, en sus diversos estados dependiendo de la estación, es un lujo que experimento en cada salida.
Buena parte de mi preparación para Berlín ha discurrido en mi pueblo. En unos días lo que trabajé en Castilla me servirá para triunfar en Alemania. Al menos eso espero.