martes, 22 de mayo de 2018

Media de Azuqueca 2018

Hasta el pasado domingo había participado tres veces en la Media de Azuqueca, una carrera que siempre me ha gustado pues es un desplazamiento cómodo desde mi casa y además cuenta con circuito de los mejores que se pueden encontrar por esta zona; sin embargo, llevaba varios años sin competir en la prueba, por diversos motivos, así que era hora de volver al municipio alcarreño para probarme de cara al maratón que me espera dentro de tres semanas.
Aún a sabiendas de que iba a llegar corto de entrenamientos, Depa y yo decidimos incluir esta prueba para probar mi estado de forma; en principio no esperaba mucho de esta carrera y es que a pesar de su recorrido plano, el calor suele apretar normalmente al celebrarse en mayo y yo no carburo con temperaturas altas, pero después de las buenas sensaciones cosechadas en Mejorada y en la UAM, a pesar de ser unos cronos discretos, decidí tirarme a la piscina y plantearme bajar de 1h30', algo que no había hecho desde 2014. El caso es que compartí ese objetivo en este blog y uno de mis lectores, Darío, gran atleta y también bloguero, decidió sumarse a la fiesta pues a el le parecía un buen plan lo de "bajar de 1h30'".


El domingo amaneció nublado y húmedo, pues había llovido la noche anterior; la temperatura era bastante apropiada para correr y la ausencia del astro rey en el cielo pronosticaba unas condiciones aceptables, que no óptimas para mis características; tras calentar dando unas vueltas a la pista multicolor donde comienza y acaba la prueba, Darío y yo nos colocamos bastante adelantados en la salida y tras el pistoletazo y unos primeros metros un poco más accidentado, cogimos un ritmo que no íbamos a dejar en muchos kilómetros. En realidad el ritmo lo marcaba Darío y yo me dejaba llevar pues el es mejor atleta que yo y podía aprovechar su estela sin problema, pues rodaba alrededor de los 4'11' el kilómetro; se podría pensar que era un ritmo un poco alto para mi, pero había que correr el riesgo, me encontraba bien, cómodo, con la moral alta y con las piernas frescas, no había razón para retrasarse.
Los kilómetros iban cayendo y el ritmo se mantenía estable, así que empecé a echar cálculos de colchón que iba ganando con el discurrir de la prueba, pero también tenía la esperanza de poder aguantar el ritmo lo máximo posible. Los 20'57'' del primer cinco mil confirmaban que las cosas iban bien, peor la mejor noticia es que mi ritmo no se resentía y el de Darío tampoco, más bien lo contrario, porque empecé a percibir que estaba sobrado y que podía tirar; le sugerí que se fuera alrededor del km 8 y me dijo que lo haría un poco más tarde, exactamente tras cruzar el km 11, momento en el que yo empezaba a flaquear un poco después de completar la primera vuelta en la que se sube muy ligeramente a las pistas.
Dejé ir no solo a Darío, sino al grupo de atletas que había rodado con nosotros durante la primera mitad de la prueba y me quedé solo, con la mitad de la prueba por delante y los primeros rayos de sol apareciendo entre los cúmulos que cubrían el cielo de Azuqueca; lo cierto es que no me dio miedo quedarme solo, estoy acostumbrado a manejar mis ritmos sin problema y esta vez tenía la ventaja de contar con el colchón que había acumulado tras una primera parte rápida. Había que gestionar bien la ventaja y así lo hice, pues salvo un par de "accidentes" conseguí mantener el tipo y rodar a 4'17'' casi toda la segunda vuelta, con eso bastaba, aunque un poco justo.
A falta de tres kilómetros la carrera ya estaba rota y empecé a recoger algunos cadáveres del grupo inicial, así que me vine arriba, aceleré lo que pude y me puse nuevo a ritmo de 4'15'' para llegar a las pistas con fuerza suficiente para cruzar la línea de meta en unos meritorios 1h29'33'', cumpliendo mi objetivo con holgura y contento al saber que Darío lo había hecho en 1h26'50''.
A falta de tres semanas para afrontar el duro recorrido de Seattle, el resultado de esta prueba ratifica mis buenas sensaciones y me hace ver que mi estado de forma es bastante mejor de lo que pensaba; sin embargo,  mi próximo reto no es propicio para aventuras, así que pienso salir con confianza para realizar una buena marca sin más, aunque de esto, os hablaré el el post pre-maratón.

miércoles, 16 de mayo de 2018

De cuesta en cuesta

Sin ser una preparación específica para maratón, la cuenta atrás para Seattle ha comenzado del mismo modo que empezó la tarea para Rotterdam, disputando carreras cortas para intentar mejorar mis ritmos; esta vez  he empezado desde un nivel más alto que la vez anterior pues no he perdido mucho a pesar del esfuerzo realizado en tierras holandesas y aunque no voy a ir a tope en la capital del estado de Washington, es mejor empezar con buenas sensaciones.
Obviamente, la vuelta a los rodajes, las series conlleva la vuelta a los controlados y como Depa considera que mi rendimiento en las competiciones es mucho mejor, programé tres competiciones antes de viajar a EE.UU. a saber, La Carrera de Primavera de Mejorada (10Km), los 5 km de la UAM y remataré con la media de Azuqueca el próximo domingo. 
El objetivo perseguido en las dos distancias cortas era correr a ritmos cercanos a los 4 min/km pero en la elección de las pruebas influyeron más las cuestiones geográficas que el perfil de la prueba, así que tuve que afrontar dos pruebas bastante duras, con sube y bajas constantes y algunas rampas bastante empinadas.
Empezamos por la clásica prueba de Mejorada, que cumplía 35 ediciones, una carrera bien organizada, con una participación poco numerosa y una temperatura demasiado agradable para  correr; ya había visto el perfil antes de la prueba, pero en la salida un atleta me advirtió que tras un comienzo que pica fundamentalmente hacia abajo, llegaba una cuesta de unos 1200 metros que hacía pupa, más si cabe en la segunda vuelta del recorrido. Salí fuerte, pero prudente para no quemar todas las fuerzas al principio y aunque me sentía bien y completé los tres primeros kilómetros por debajo de 4 min/km, la famosa cuesta me pasó factura de manera que me se me fue a 4'20'' y lo que es peor, me dejó tocado para el resto de la prueba. A partir de entonces todos los kilómetros se fueron por encima de los 4 min/km aunque no demasiado, salvo la segunda subida a la que llegué muy tostado.
Mi tiempo en meta fue de 42'03'' muy lejos del sub 41 que me había fijado como objetivo, pero no corrí bien y aunque mis sensaciones no fueron malas, me perjudicaron la inactividad y una mala gestión de la carrera en la segunda vuelta. Lo  positivo del día llegó cuando otro atleta se me acercó cuando estaba estirando para comentarme que leía este blog, algo que me hizo bastante ilusión y que desde aquí agradezco.
Una semana después de Mejorada, tocaba correr más deprisa y mejor en los 5 Km de la UAM, que incluyó una prueba atlética en las celebraciones de su 50º aniversario; la carrera se desarrolla integramente en el campus universitario, así que es fácil adivinar que el recorrido dista mucho de ser plano, más bien es una sucesión de tramos hacia arriba y hacia abajo salpicado con algunas rampas potentes. Hay que destacar que la organización de la carrera es muy buena, regalan una camiseta preciosa y además es posible donar zapatillas y comida, una gran idea que deberían copiar muchas otras competiciones.
En esta prueba coincidí con mi amigo Sergio, un gran atleta al que deje ir nada más empezar la prueba y que hizo segundo puesto en la general; evidentemente yo salí a mi ritmo, con ciertas precauciones pues era en subida, pero tras el prime kilómetro ya se empieza a bajar, llanear, subir otra vez y eso hasta llegar a meta. En esta ocasión corrí mejor, mejorando progresivamente mi ritmo tras el primer kilómetro y llegando con mucha fuerza  a la linea de meta, que crucé en unos meritorios 19'50'' teniendo en cuenta el perfil.
El balance global de estas dos carreras se puede considerar positivo, las sensaciones han sido mejores que las previstas y eso me anima a afrontar la media de Azuqueca del domingo con la moral alta. Espero hacer un buen papel en una prueba en la que intentaré acabar en torno a la 1h30', un tiempo que considero realizable y que elevaría mi moral tres semanas antes de correr en Seattle.