domingo, 30 de noviembre de 2008

Paracuellos, carrera dura, organización perfecta

Hoy tocaba Paracuellos para acabar este noviembre tan frenético de competición. Una carrera que se presentaba muy dura por su recorrido y por la meteorología que nos ha acompañado este semana. Y a pesar de la buena semana de entrenamientos que he tenido, en realidad no tenía mucha fe en hacer una buena carrera, más bien iba dispuesto a sufrir sin más.
así que tras un buen madrugón me he presentado en Paracuellos donde hacía un frío considerable aunque brillaba el sol. Lo primero que me ha sorprendido es que había mucha gente de la organización por la calle antes del comienzo. Tras aparcar me he dirigido hacia el poli donde entregaban el chip en 10 mesas que se repartían a los 1.000 participantes, lo que suponía una ausencia total de colas. Incluso se podía ir al baño sin esperar demasiado. En suma, un lujo para una carrera de 10 Km.
La salida estaba ordenada por cajones, así que me he colocado en los sub 45 pues mi pretensiones no eran muy elevadas. Pero desde el pistoletazo de salida he empezado a adelantar atletas y a coger muy bien el ritmo, en torno a los 4'15'' sin desgastarme en exceso. El recorrido discurre principalmente por la urbanización Mira Madrid, por lo que las vistas eran impresionantes. Al principio hemos afrontado una sucesión de subidas y bajadas, pero con la suficiente duración para poder mantener un ritmo constante. En esos seis primeros kilómetros mi media seguía siendo de 4'15'', pero se acercaba lo peor y es que del km 6 al 8 se sube constantemente y en ocasiones unos porcentajes considerables. Obviamente en el 8 ya había estropeado mi media, pero seguía con fuerza suficiente para volver a poner la directa y hacer una buena progresión final que me ha permitido acabar en unos dignos 43'06'' que hubieran valido mucho más en otras condiciones.
La meta está situada en la nueva pista de Paracuellos, donde es una delicia correr. Paro lo mejor es que allí volvían a estar las 10 mesas para atenderte, evitando las colas y regalándote una bolsa del corredor de buen calidad. No sería justo si no otorgara un 10 a la organización de esta bonita prueba.
Empieza diciembre, me queda Aquiles y la San Silvestre. En estas dos intentaré lucirme, pero antes de nada me voy a disfrutar el puente a New York donde viajaré, como no podría ser de otra manera, con mis zapatillas para ser un runner más de los que cada día recorren el mítico Central Park.

domingo, 23 de noviembre de 2008

El debut de Óscar


Si hay algo de lo que estoy muy satisfecho en estos años que llevo ejerciendo de "corredor" o "runner", es el haber influido en algunas personas para que les entrara el gusanillo de correr. Óscar es una de esas personas, es mi sobrino, aunque tenga 33 años y después de unos meses entrenando ha decidido lanzarse al ruedo en su pueblo, en Rivas y correr su primer diez mil.
Mi entrenador me tenía preparado un 6.000 para hoy, pero le he pedido hacer esta carrera para acompañar a Óscar en el primer cinco y después ir a mi ritmo. La verdad es que el invento ha funcionado y después de pasar los 5 km en 28'40'' tenía las piernas lo suficientemente calientes para empezar a acelerar y hacer el segundo cinco mil en 20'53'' y acabar en 49'32''.
Pero hoy el protagonista era Óscar. Su intención era bajar de la hora así que hemos empezado a un ritmo de 6 minutos el kilómetro a fin de guardar fuerzas para el final. Por primera vez he corrido en el pelotón de cola, donde se esfuerzan aquellos que están menos preparados, pero cuyo esfuerzo es equiparable al del pelotón de cabeza pues sufren aún más y pasan mucho más tiempo sobre el asfalto. Hemos pasado el primer kilómetro en 6 minutos, pero a partir de ahí las cosas han mejorado y hasta el km 4 los parciales han sido alrededor de 5'30'' el kilómetro. Hasta el km 5 las cosas han ido bien, con un ritmo que le convenía para acabar la carrera sin problemas.
A partir del 5 me fui a mi ritmo y no le volví a ver cuando yo ya había pasado el 8 y me crucé con él. al parecer ha tenido flato durante unos minutos, pero al final ha conseguido acabar con unos meritorios 58'02'' que estoy seguro que mejorará en la próxima San Silvestre.
Hoy era el día de Óscar, ha acabado su primera carrera y espero que acabe muchas más en los años venideros. Quién sabe, quizás un día se anime con una media o con más... Pero eso da igual, lo importante es que hoy ha disfrutado corriendo y se ha sentido satisfecho cuando ha cruzado la línea de meta. Así que sólo puedo decir una cosa: enhorabuena Óscar... y bienvenido.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Mi primer maratón




Todos los corredores coinciden en que el primer maratón es especial y quizás tengan razón, aunque en mi opinión cada uno de los cinco que he corrido hasta ahora ha sido especial y es que un maratón es una carrera distinta a cualquier otra.
El evento que inició mi carrera de maratoniano se produjo un 30 de abril de 2006 y en Madrid, como no podía ser de otra manera. El MAPOMA, carrera mítica para mi desde que mi hermano Viry lo corriera en los 90 en unas increíbles 3 horas y 3 minutos. No era mi objetivo hacer ese tiempazo, ni siquiera acercarme a él; mi meta era mucho más modesta, lo primero, obviamente, terminar y después intentar bajar de las 3 horas y 30 minutos.
Llegué con tiempo a la plaza de Colón acompañado por Marisa y mi hijo Alonso. La temperatura era fresca, pero lo peor eran los nervios que me llevaban acompañando desde la noche anterior. Comencé a calentar tranquilamente pensando en como iba a plantear la carrera. Sabía que no podía salir muy fuerte, pero tampoco excesivamente flojo porque mi meta era acabar, pero corriendo. me coloqué en una modesta posición en la salida y empecé a recorrer la distancia de Filípedes por primera vez lleno de emoción.
Los primeros kilómetros discurrían por el paseo de la Castellana, lo que me permitía correr sin estrecheces. Pasé los primeros 5 kilómetros adelantando atletas, entre ellos uno de mis compañeros del Start2run. las cosas iban bien, un poco agarrotado al principio, pero poco a poco me fui soltando y cogiendo un ritmo cómodo en torno a los 5 minutos el kilómetro. Y entonces llegaron las primeras molestias en la rodilla, en torno al kilómetro 8. No le di importancia pues ya me había pasado en algún entrenamiento, pero comencé a percibir que esta vez no iba a remitir y que iba incrementándose las molestias. En el kilómetro 9 empecé a pesar en la retirada, pues iba prácticamente cojeando y arrastrando la pierna izquierda. Estaba casi hundido, tanto esfuerzo, tanto sacrificio para acabar antes del kilómetro 10. Fue entonces y en medio de mi debate interior acerca de mi retirada cuando escuché a Marisa animándome y a su lado Alonso. Ahí estaban, se habían pegado un madrugón para verme y seguir mi recorrido. Fue entonces cuando tomé la decisión de no retirarme, lo iba a hacer por ellos, no podía decepcionarles después de todo lo que me habían apoyado en los meses anteriores. Al fin y al cabo la rodilla parecía estable así que sólo había dos opciones: o que estuviera equivocado y rompiera, o que siguiera doliéndome hasta el final.
Así que seguí corriendo con la pierna casi tiesa y con un dolor intenso en el lateral de la rodilla. Los kilómetros pasaban y la fatiga aumentaba , pero mi paso por la media (1 h 40') fue bastante digno. Fue al pasar la media cuando escuché un corredor comentar que era entonces cuando comenzaba la verdadera carrera. Pero a esas alturas de carrera mis fuerzas ya estaban bajo mínimos y las piernas comenzaban a dolerme. Para colmo de males, la carrera se adentró por la zona del IFEMA y por allí apenas había gente animando. El sol empezaba a calentar,ya casi no sentía las piernas, así que solo quedaba seguir sufriendo y sumando kilómetros espoleado por los ánimos de los escasos asistentes que apuraba como quien bebe de una cantimplora vacía.
Por el kilómetro 30 volví a ver a Marisa; me preguntó como iba y la respondí que bien, aunque por entonces ya iba al límite. Subir todo el barrio de San Blas fue un auténtico calvario, ya con un calor sofocante que me obligaba a beber cada 2 kilómetros y medio. La pierna iba ya fatal, a juego con el resto del cuerpo, pensé en pararme, pero sabía que no volvería a arrancar... solo quedaba sufrir.
Kilómetro 38, empiezo a bajar la calle Alcalá en dirección a la plaza de toros. Pero ya no tengo piernas para poder acelerar ni en bajada y el sufrimiento es casi igual de tortuoso que cuesta arriba. En ventas veo a Marisa por tercera vez, ya no me pregunta, solo me dice que me queda poco y se lo agradecí, pero aún me quedaba subir a Manuel Becerra y so en el kilómetro 40 era mucho...
En Manuel Becerra me esperaba mi compañera Eva que me ofreció un pedazo de naranja que me comí, claro que en esos momentos me hubiera tomado cualquier cosa que me hubiera dado. A falta de un kilómetro sonaba fuerte el Aleluya de Haendel, pero por entonces mi euforia estaba bajo mínimos y lo único que me movía era acabar por fin el sufrimiento que padecía.
Me habían dicho que se sentía una felicidad enorme al cruzar la meta de tu primer maratón; suena muy bien, pero a mi no me pasó, ni mucho menos. Cuando crucé la meta y me paré, todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo me empezaron a doler. Fue una de las sensaciones mas desagradables que he experimentado en mi vida. Me sentía fatal, no podía estirar y al final acabé sentándome y tras unos minutos levantándome ayudado por una farola. Agua, plátanos, yogures.. fui comiendo todo lo que me ofrecían porque no quedaba ni un gramo de energía en mi cuerpo.
Fuera ya de la linea de meta esperé a Marisa, a la que abracé medio llorando mientras le relataba el sufrimiento padecido. Fue un abrazo muy emotivo, el mejor momento de mi primer maratón. Reconozco que pensé en abandonar la distancia en la hora después de finalizar, pero pronto se me pasó y comencé a planificar mi segunda carrera de 42 km. Creo que una mala preparación y un exceso de confianza me impidieron realizar una mejor marca en esta ocasión, pero me permitieron aprender de los errores.
Mi primer maratón no fue idílico, ni emocionante, ni siquiera lo recuerdo con cariño, pero había que correrlo. Y lo hice sufriendo, luchando durante tres horas y media por lo que sigo luchando: por superarme a mi mismo.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Castelldefels-Gavá


Castelldefels es uno de los lugares donde acudo a trabajar con cierta regularidad. Es un pueblo costero sin grandes pretensiones, pero con un paseo marítimo aprovechable que le une con la vecina localidad de Gavá. Supongo que en pocos meses el paseo estará terminado en toda su extensión, pero por ahora el paseo es corto en la zona de Castelldefels y un poco más largo en la zona de Gavá. En total unos 4 km donde se puede correr sin agobios de coches, en una superficie lisa y plana y con vistas al mar. No hay demasiados corredores, algún ciclista que otro y muchos jubilados buscando los rayos de sol mediterráneo, un ambiente relajado, en suma.
Cuando se acabe el paseo calculo que serán 8 km ininterrumpidos de paseo ente Port Ginestra y Gavá. Pero hasta que llegue, creo que la calificación de aceptable es la que merece este recorrido entre dos poblaciones muy atléticas que cuentan con medio maratón que espero poder correr algún día.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Alcorcón


Hace tres años corrí en Alcorcón mi primera media y lógicamente hice mi primera marca en la distancia., después de la cual decidí ser maratoniano Hoy, tres años después he conseguido mi mejor marca en la media, cuatro minutos por debajo de aquella marca inicial y lo que es más importante, he parado el crono en un tiempo de 1h 30' 54'', es decir, en hora y media, un tiempo que confirma que puedo optar a metas muy altas.
No era el día señalado para una gran marca, después de mis flojos entrenamientos semanales y de lo cansado que llegaba después de pasar el sábado haciendo de guía turístico a los miembros del ECC. Pero era consciente que las medias que había corrido después de un maratón siempre habían sido buenas y además ésta se desarrollaba en Alcorcón, una carrera entrañable para mi como he explicado hace días. Así que tras recoger el chip, calenté un poco para espantar el frío y me puse en la línea de salida, vestido de azul en homenaje a mi primera media. Nada más comenzar noté que las piernas me dolían después de la caminata de ayer, pero iba más o menos cómodo así que decidí seguir al cartel del 1h30'; pero fue un error porque pronto me di cuenta que mis piernas no estaban bien por lo que decidí descolgarme poco a poco, aunque con el grupo a la vista. En el Km 10 el grupo de la hora treinta ya estaba lejos pero mi paso estaba por debajo de los 43 minutos, lo cual significaba que con todo, iba en tiempo de récord. Fue entonces y en vista de que mis piernas no parecían estar en mi mejor día, decidí echar el resto y compensar con pundonor lo que mis piernas me negaban. me conjuré para mantener un ritmo alto y cuando subí la famosa cuesta del Km 15 me di cuenta que seguía estando en tiempo y que no podía desaprovechar mi oportunidad. Así que me lancé a tumba abierta como lo hice la primera vez, mis piernas empezaban a funcionar pero ya estaba cansado. Caían lo kilómetro y mi objetivo seguía siendo factible pero cada vez me dolían mas los biceps femorales, así que pensé que podrían reventar o no, pero yo no iba a bajar el ritmo. Al entrar en la pista miré el crono y el tiempo estaba muy justo, así que tuve que acelerar a tope y tras hacer una magnífica contrarecta llegué debajo del arco que señalaba la meta donde había vuelto a triunfar de nuevo. Lograr tu mejor marca siempre es bonito, hacerlo en un día como hoy es mucho más emocionante; sólo corro por diversión, pero percibir que mis entrenamientos diario dan sus frutos es el mayor acicate que puedo tener para seguir siendo corredor, algo de lo que estoy orgulloso.

jueves, 6 de noviembre de 2008

De vuelta a Alcorcón, donde empezó todo




Era una fría mañana de 20 de noviembre de 2005. Ese era el día que había marcado para el comienzo de mi carrera atlética. Después de haberme empapado muchos números del Runner´s y haber seguido su plan de entrenamiento para la media, había llegado el momento de dar un paso adelante y asegurarse que mis objetivos podía ser factibles. Mi reto era disputar el maratón de Madrid en 2006, pero ya había fracasado en retos similares anteriormente(principalmente por desidia), así que no las tenía todas conmigo. Esta vez, con 39 años y mucha ilusión me planteé bajar de la hora cuarenta en una media y en caso de no conseguirlo desistiría de intentar metas más altas.
Los nervios me visitaron en el calentamiento, hasta que por fin sonó el pistoletazo de salida en la pista de Las Retamas; mi ritmo inicial era conservador, pues no quería desfondarme con demasiada anticipación, pero iba cómodo a mi ritmo. El paso por los 5.000 era esperanzador, pero quedaba mucho. En los 10.000 la música de Carros de Fuego suministrada por un vecino me llenó de emoción al sentirme un "runner", emoción que aumentó al ver que mi paso era inferior a los 45'. Los kilómetros pasaban y poco a poco mis sensaciones mejoraban al superar atletas que se me habían escapado al principio de la carrera; pero las cosas aún iban a mejorar y su punto culminante fue la cuesta del kilómetro 16 en la que alcancé y dejé practicamente tirados al grupo del globo del 1h40'. Quedaba poco y decidí subir el ritmo a tope convencido de que ya no iba a pinchar. La llegada a meta fue muy emocionante al parar el crono en 1h35'04'', un tiempo que superaba mis mejores expectativas.
Fue hace tres años y después de esa carrera cuando empecé a sentirme corredor. El domingo vuelvo a Alcorcón, tengo ganas de repetir, de volver a sentir las mismas sensaciones que en mi primera media. El domingo se puede decir que vuelvo a casa.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Carrera de Otoño de Tres Cantos

Ya he comenzado. Con la carrera de otoño comienza un nuevo plan de entrenamiento que culminará el 20 de julio en Boston, un plan que incluye competiciones y Tres Cantos era una buena opción por dos razones: es una carrera poco masiva y además pensaba comer con Camilo (plan frustrado este último por la enfermedad de última hora su hijo Javier). Y la elección no me ha decepcionado. Eramos unos 1.000 participantes, muchos de ellos locales, lógicamente. El tiempo ha acompañado, a pesar de la amenaza de lluvia, porque al final hemos corrido a una temperatura de unos 10º y sin viento. El recorrido es ondulado, sin grandes desniveles pero lo suficiente para castigar las piernas. La organización ha sido muy buena, aunque con la pega de que los kilómetros no estaban marcados y hemos corrido "a ciegas", lo cual no ayuda para hacer marca.
A las 11:30 se daba el pistoletazo de salida y he comenzado a ritmo no demasiado fuerte, como me había aconsejado mi entrenador, Javier. Los primeros kilómetros han sido una sucesión de subidas y bajadas en las que he chupado rueda en casi todo momento, hasta que cogía ritmo y pasaba por delante. No me sentía mal, pero no quería acelerar porque no quería hundirme. A partir del kilómetro 5 las piernas han empezado a estar a punto y he comenzado a pasar corredores con facilidad. En los que calculo eran los últimos tres kilómetros he seguido a un ritmo controlado, pero a falta de más o menos un kilómetro he acelerado y he rematado la faena llegando en 42'24'' y con la sensación de haber ido a medio gas. Buena carrera que me va a dar moral para la media del domingo que viene en Alcorcón.
Por último quiero agradecer a Felipe Rosado las molestias que se ha tomado para aclarar mi inscripción en la carrera y el bonito detalle de asignarme el número 999. No he podido conocerte personalmente, pero gracias Felipe.

Correr en Valencia


En los últimos años y por razones de trabajo he tenido que desplazarme a diversos puntos de la geografía española y como buen corredor, en mi maleta nunca faltan mis zapatillas y mi ropa de correr. Mi intención es dar mi opinión acerca de las dificultades o ventajas que supone correr en las ciudades donde he estado trabajando y, por tanto, alojado varios días. Me toca empezar por Valencia, pues acabo de regresar de mi último viaje de la ciudad del Turia.
Valencia es una de las ciudades de España que más han cambiado en los últimos años. La ciudad de las artes y de las ciencias ha ejercido de motor de un cambio que se percibe a primera vista. Pero mi intención no es hablar de esta bonita ciudad, sino contar la experiencia que supone correr en ella.
Y es que esta ciudad cuenta con uno de los mejores espacios, sino el mejor, que conozco para realizar deporte: el cauce seco del Turia. Son unos cuatro kilómetros de parque con una anchura de unos 300 metros. Hay varios caminos, de tierra, de asfalto, incluso se puede correr por la hierba en algunos tramos. Hay bastantes árboles lo que te permite tener sombra casi en todo momento y además, al estar por debajo del suelo el viento afecta muy poco. Pero sin duda lo mejor es el gran ambiente existente, cruzarte con muchos corredores de todos los niveles, con ciclistas, con gente paseando, aparte de los campos de fútbol y de rugby que se ven. En definitiva un gran espacio de ocio saludable que a buen seguro disfrutan todos los valencianos día a día.