domingo, 24 de noviembre de 2013

XXXIV Trofeo José Cano

El viento, el frío y la lluvia, fueron los protagonistas no deseados de mi tercera participación en la tradicional Carrera de Canillejas. Amaneció un día gris, desapacible, de esos en los que ver el sol se convierte en tarea imposible y en los que la lluvia cae de manera pertinaz  sobre el asfalto de Madrid, sin atisbos de mejora. Llegué al barrio de Canillejas en coche y tras aparcar cerca de la nacional II, me dirigí a la zona de salida trotando, a modo de calentamiento necesario en un día así; fueron unos tres kilómetros de subida en los que intercambié impresiones con varios atletas que seguían mi camino. Ya en la zona de salida, me tomé un café, calenté y me coloqué en la salida junto a mis amigos Jaime y Antonio, bastante adelantados, pero no en una posición demasiado buena para evitar atletas más lentos.
Salí bien, a pesar de la aglomeración inicial, pero no a tope, pues quería evitar fundirme en el segundo kilómetro de subida; de modo que fui marcando un ritmo cercano a los 4 min/km. Perdí de vista muy pronto a mis amigos, aunque algo después me saludó mi compañero de club Jorge, que iba acompañando a un amigo.
La cuesta de la calle Aquitania me hizo "pupa" y cuando llegué a la avenida de García Noblejas para comenzar a bajar, ya había perdido un tiempo, que no iba a poder recuperar en el resto de la carrera. Sin duda, el frío y la lluvia habían hecho mella en los primeros kilómetros, pero a partir del tercero, las piernas empezaron a ir mejor, ya más calientes y con más tono muscular, de manera que la el tramo de la avenida de Arcentales, a pesar de sus subidas y bajadas, pude hacerlo a un ritmo constante.
Después de ese tramo, se inicia el descenso final hasta meta, muy rápido, pero sabedor de que mi tiempo no se podía acercar a mi marca, me limité a mantener un ritmo fuerte y evitar desgastes estériles, de modo que crucé la meta en 41'06'', un minuto mejor que la semana anterior en la Grutear, pero con la sensación de no haber gastado demasiadas energías.
En definitiva, satisfecho con el test, aunque me hubiera gustado hacer un tiempo mejor, pero es obvio que mis entrenamientos no están encaminados a batir mi marca en el diezmil, sino a preparar poco a poco un objetivo mucho más importante, el Maratón de Sevilla. Precisamente por eso, voy a seguir disputando carreras de 10 km en diciembre, a fin de mejorar mis prestaciones a ritmos rápidos para que se vea reflejado posteriormente en las carreras largas.


viernes, 15 de noviembre de 2013

De la Grutear a Canillejas

Ya estoy inmerso en plena pretemporada o si lo preferís, en plena preparación para el Maratón de Sevilla 2014. De momento, Depa me ha programado sesiones cortas, a ritmos altos y por supuesto, cuestas, todo un clásico cuando se comienza de  nuevo. Munich está olvidado, ahora estoy empezando de nuevo, con buenas sensaciones y con la confianza absoluta en que el sub 3h puede caer en Sevilla, entre otras cosas, porque sé que en Praga va a ser difícil lograr esa marca y en Atenas es casi imposible.
Pero no es el momento de pensar en maratones, sino en carreras más cortas en las que acostumbrar a ritmos más rápidos a mis piernas, ya recuperadas del duro entrenamiento de este verano.
Me marqué el Trofeo José Cano (la Canillejas) como la prueba en la que volver a competir, pues es una  prueba que conozco, que me gusta y en la que, además, voy a coincidir con muchos de mis amigos; pero la semana pasada, mi amigo Luis me ofreció su dorsal para correr la Carrera Grutear en Alcalá y no me lo pensé dos veces, aunque con la única intención de rodar un poco más rápido que un entrenamiento normal.
La Grutear es una carrera muy popular en la ciudad cervantina que recorre el centro histórico en dos vueltas; el recorrido es plano, pero excesivamente sinuoso, con muchas curvas y algunas zonas de adoquín, pero aún así es una carrera en la que se puede correr rápido. La organización es correcta, modesta, pero resolutiva y el ambiente es realmente excelente, así como el entorno por donde se corre y la salida y  la llegada en plena Plaza de Cervantes.
Como os dije, mi intención era rodar rápido y lo hice, quizás demasiado rápido porque acabé en 42'12'', doblando prácticamente el primer y el segundo cinco mil y con el freno de mano echado constantemente, sin forzar para evitar el cansancio. Obviamente, las sensaciones fueron buenas e indican que estoy trabajando bien, aunque es demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo. 
De hecho, el domingo tengo una prueba más seria, porque en Canillejas pienso ir fuerte, aunque tampoco a tope, porque he seguido un entrenamiento normal durante la semana, sin descanso específico ya que esta carrera no es un objetivo, simplemente una piedra de toque seria en la preparación. Aún así, intentaré estar por debajo de los 41' y si las piernas me responden puedo soñar con hacer un sub40, aunque no creo que sea fácil conseguirlo a estas alturas. La solución, el próximo domingo.