martes, 28 de febrero de 2017

Parla 2017

Hace un año, disputé por primera vez los 10K de Parla, una prueba que cada año aumenta su popularidad por su, teóricamente, trazado rápido y por disputarse en una buena fecha, pues aún falta tiempo para las medias y maratones de primavera; ya dije el año pasado que no me parecía una carrera tan rápida y en esta ocasión lo he vuelto a corroborar, por si me había influido el bajo estado de forma con el que corrí. Parla es una buena carrera, bien organizada, con buen trato a los corredores y a un precio razonable, pero es tan rápida como la pintan por varias razones; empezando por un trazado con exceso de virajes, siguiendo por varias zonas de falso llano y finalizando por el viento que suele molestar y aún más en esta edición. Sin embargo, para mi, es una de las mejores pruebas que se disputan en el invierno madrileño.
Como ya hice el año pasado, corrí en Parla como preparación para mi objetivo principal de primavera, los 10K de Laredo, donde voy a intentar superar mi mejor marca en esta distancia, que data de la San Silvestre de 2012;  la preparación que estoy haciendo y mis sensaciones respecto a la distancia, me indican que es un objetivo posible, aunque en Parla las cosas fueron peor de lo esperado, pero sin llegar a ser preocupante.
El caso es que el día anterior a la prueba, tuve un día muy movido, que se resume en una comida con amigos en casa, de esas que se alargan hasta casi la cena, pero sin llegar a tanto, porque empalmé con la fiesta de cumpleaños de mi amigo Pirulo y entre unas cosas y otras me dieron las dos de la mañana. Como podéis imaginar, el domingo por la mañana no tenía el cuerpo para darlo todo en el asfalto, pero no quería quedarme en casa y me desplacé a la localidad sureña de Madrid para intentar hacer el mejor papel posible.
La mañana era fría y ventosa, así que hice un calentamiento largo, aunque no intenso y me coloqué bien en la línea de salida junto a Mario, Alex y Edu, que salían en mi cajón aunque con expectativas más ambiciosas que yo. Salí rápido, pero enseguida di cuenta que las piernas no estaban al 100%, lo cual no me impidió completar el primer km en 4'02'', así que pensé en seguir con el mismo ritmo hasta que el cuerpo aguantara y sorprendentemente, aguantó. El año pasado, sin fiesta previa, la carrera se había acabado para mi en el kilómetro 3, pero esta vez, hice una carrera mucho más regular, sin bajones notables y con un ritmo bastante sostenido hasta la meta. No sufrí especialmente en ningún tramo de la carrera, ni siquiera en los falsos llanos o en la parte más expuesta al viento y es que mi estado de forma era bueno, pero el cansancio se hacía notar a medida que pasaban los kilómetros.
Llegué a meta en 41'01'', una marca digna, aunque me hubiera gustado bajar de los 41, pero dadas las circunstancias, creo que hice una buena carrera y que de haber estado descansado hubiera podido acercarme a los sub40' que tanto anhelo.
Faltan cuatro duras semanas hasta llegar a la cita cántabra, a nivel del mar y en un circuito realmente rápido en el que voy a intentar mejorar mi registro en esta distancia; de momento las sensaciones son buenas, pero queda lo más duro del entrenamiento y tendré que echar el resto para llegar a Laredo al 100% y esperar que sepa correr para hacer MMP.