lunes, 25 de enero de 2016

Hong Kong Marathon (3) - La carrera

Las previsiones meteorológicas no fallaron y cuando me levanté a las 04:30 de la mañana, ya estaba lloviendo en Hong Kong, aunque sólo una lluvia fina. Desayuné en la habitación con tranquilidad y me dirigí a la salida, junto con Marisa, en metro, donde ya había un bonito ambiente atlético. Llegué a la estación de Tsim Tsa Tsui, donde había un gran número de atletas cambiándose debido a la lluvia en el exterior; decidí hacer lo mismo y una vez preparado y a falta de una media hora para el comienzo, subí a la calle donde seguía lloviendo sobre un gran número de corredores ya listos para ponerse en marcha. Me despedí de Marisa, que se dirigía al Km 3, dejé la bolsa de ropa en el camión y me puse a calentar un poco por las calles aledañas.
No había amanecido y resultaba agradable correr por las casi desiertas calles del normalmente abarrotado barrio del Tsim Tsa Tsui; a falta de diez minutos me dirigí a la salida y me coloqué bastante bien, pues al correr la Run 1 (el grupo de los lentos) no quería quedarme muy atrás para evitar comenzar  con los que salen casi andando. Tras una divertida cuenta atrás en chino, salimos a enfrentarnos a los 42,195 Km y a la fuerte lluvia que empezó a caer justo cuando comenzaba la prueba.
Desde el primer momento me puse a ritmo de entrenamiento, a unos 5 min/km, pues mi único objetivo era llegar, sin demasiado desgaste, teniendo en cuenta que no había preparado nada esta carrera; la cabeza de carrera estaba a unos metros de mi y su ritmo era mayor, pero no sentí la tentación de subir el ritmo porque sabía que me esperaba un recorrido duro y una climatología adversa, por lo que era necesario correr con cabeza. 
Todavía era de noche y la lluvia dificultaba aún más la visión, así que cuando pasé al lado de "mi afición" apenas los vi, pero agradecí los ánimos, pues sabía que no volvería a verlos hasta el final. Enseguida la carrera entraba en la autopista, la lluvia seguía cayendo con ganas y la carretera empezaba a picar hacia arriba; había que mantener el ritmo y no ponerse nervioso, sabía que la primera parte iba a ser una subida casi constante, pero bastante tendida, así que no había problema si mantenía el ritmo. La lluvia no me molestaba, incluso me gustaba porque la temperatura rondaba os 15º y eso lo llevo muy mal.
Tras pasar el primer avituallamiento, se cruza el primer y espectacular puente, pero como la carrera no ocupa toda la calzada y el cielo está encapotado, no se disfruta de la vista; sigo rodando con comodidad, en las primeras unidades del pelotón y sin agobios, incluso cuando cruzo el primer túnel que alivia el chaparrón al principio, pero que resulta pesado posteriormente, a pesar de ser el más corto de los tres.
A la salida del túnel la lluvia arrecia cada vez más, nos dirigimos al segundo puente y empiezo a adelantar a los últimos participantes del Challenge Marathon, los que han salido 30 minutos antes y que ya por el kilómetro 15 empiezan a ser alcanzados por los primeros de la Run 1; obviamente, los ritmos no coinciden con las horas de salida de cada uno. Ahora ya no se puede correr con tranquilidad, cada vez hay más atletas y además lentos, así que empieza una carrera de obstáculos que  va a ser interminable, porque aunque la autopista es ancha, está dividida en ida y vuelta, así que adelantar atletas es complicado y empiezan a surgir los giros, parones, acelerones...
La carrera sigue subiendo cuando encaramos el tercer y el último puente, donde se hace el último giro en U antes de pasar por la media; mi ritmo está ligeramente por debajo de los 5 km/min, así que espero acelerar un poco cuando la carretera pique hacia abajo, después de la media que paso en 1h44'23''; consigo acelerar, peor no tanto como quiero porque sigo adelantando corredores lentos, la lluvia arrecia y la carretera es estrecha. Llegamos al segundo túnel y el paso es parecido al primero, pero hacia abajo en esta ocasión, así que mi ritmo va incrementándose y hago mis mejores kilómetros por el perfil y porque la carretera va despejándose al fin. Hago mis cálculos y pienso que si consigo mantener el ritmo, mi marca estará cercana a las 3h28', pero hay un factor con el que no contaba: la torpeza de la organización.
Cuando llego por el kilómetro 28, veo a lo lejos que la calzada está repleta de corredores porque el recorrido final es común para media y maratón y los más lentos de la media se estaban mezclando con los corredores del maratón y lo peor es que esos lentos de la media iban caminando en su mayoría. En realidad no lo entiendo, aunque respeto que cada uno lleve su ritmo, pero no me puedo explicar como te lanzas a correr una media si cuando te faltan 12 kilómetros ya estás andando. ¿No sería mejor correr el 10.000? 
Pero bueno, que más da, el problema es que estando ya un poco "tostado" después de 30 kilómetros,  correr en esas condiciones se convierte en una odisea, sin apenas espacio para adelantar, con atletas caminando por el medio sin respetar a los demás, incluso en grupos. Pero lo que recuerdo con verdadero desagrado es el tercer túnel, el que enlaza la autopista con la isla y que tiene más de dos kilómetros de longitud; el túnel parecía la Calle Preciados en Navidad, repleta de corredores y con un olor insoportable a pintura. Además es el más largo de los tres y se me hizo eterna la espera hasta que volví a sentir aire fresco y pude ver la subida que supuestamente, me conducía a las calles de la isla de Hong Kong. 
Pero no eran calles, el recorrido por la isla era más carretera aún y además en obras; no había público, sólo carteles en los que se veía la silueta de un trabajador con su casco y de remate, el perfil se convierte en un sube/baja constante, lo que provocaba parones constantes en las subidas de muchos atletas. Estaba claro que mantener un ritmo alto así, era imposible, a pesar de mis esfuerzos en acelerar, pero mi reloj empezó a mostrarme la dura realidad. Lejos de enfadarme, me relajé, en definitiva la marca no me importaba, así que traté de disfrutar el caótico final hasta que llegué a los dos últimos kilómetros, esta vez si, por las calles de la ciudad y con gente animando, después de 37 kilómetros sin público. 
Enfilé al fin la recta de meta, donde me esperaba mi afición capitaneada por el pequeño Nico, pero no pude verlos porque la mala señalización provocó que me equivocara de alfombra (la del maratón era la verde, pero no lo ponía en ningún sitio), de manera que un poco simpático voluntario me conminó a cambiarme al otro lado. Crucé la línea de meta de mi vigésimo tercer maratón en 3h30'58'', feliz a pesar del recorrido, de la lluvia o de no haber podido recibir el apoyo que siempre recibo de Marisa y mis amigos. 
Acabar un maratón sin haberlo preparado no es fácil, tampoco lo es haber completado 23 veces la distancia de Filípedes y por eso estoy muy satisfecho de mi actuación en Hong Kong, aunque en la crónica describa todos los problemas que padecí. No me arrepiento de haber corrido en esa espectacular ciudad, donde he vivido una experiencia distinta a las anteriores. El año acaba de empezar, me propongo afrontar nuevos retos en los 10 km y quizás en la media, sin olvidar que aún tengo dos maratones pendientes y en uno de ellos me he propuesto hacer historia, así que os aconsejo que no dejéis de leer mi blog, porque esto se va a poner interesante.

domingo, 24 de enero de 2016

Hong Kong Marathon (2) - La organización

El maratón de Hong Kong es una Gold Label Race para la IAAF, así que es lógico pensar que algo debe tener para haber conseguido ese distintivo; de hecho, no se puede hablar de mala organización, pues hay muchos aspectos que funcionan como un reloj de precisión, pero a los que dirigen la carrera les hace falta pensar un poco en los protagonistas del evento, los corredores y darse cuanta que una competición popular debe estar organizada para los corredores y eso supone hacer las cosas de una manera muy diferente.
Empezaré, como siempre, hablando de la página web, bastante buena, con información suficiente y con un buen comportamiento el día de la inscripción; se complementa con una página de Facebook que ofrece una información similar y en ambos casos, está traducido al inglés. El problema no es la información que ofrece, sino como se gestiona esa información; digo esto, porque las inscripciones para esta prueba suelen agotarse en horas tras la apertura del plazo establecido e imagino que por esa razón, los organizadores juegan al gato y al ratón con los participantes, anunciando fecha y hora de la apertura de inscripciones con sólo tres días de antelación; de manera que o estas atento a diario, o te quedas sin dorsal. Además de esta ridícula medida, tampoco funciona la atención al cliente como debiera; ya he comentado que me equivoqué en la inscripción y a pesar de mis correos, llamadas e incluso mi petición personal cuando recogía el dorsal, todas las respuestas fueron del mismo tipo: no se puede, no sé que pasa si sales en la primera ola, no sé si te descalifican, o incluso no entiendo que quieres decir.
Una vez inscrito en en la web, hay que esperar que te llegue por correo postal el "Bib Pack Collector", imprescindible para recoger el dorsal en la fecha indicada; para los habitantes de Hong Kong, la recogida se hace miércoles y jueves previos a la prueba, mientras que los extranjeros lo hacemos viernes y sábado. La recogida se realiza en el Victoria Park, situado en la isla de Hong Kong, el lugar donde acaba la prueba; aunque en la carta no se especificaba dirección o edificio alguno, cuando me dirigí allí el sábado por la mañana, tenía la vaga esperanza de que hubiera un pabellón o algo similar donde se celebrara la feria, pero mis esperanzas eran vanas. En Victoria Park, se estaba trabajando en la instalación de la zona de meta, pero no había ninguna feria, sólo unas carpas donde se podía recoger el dorsal, la bolsa del corredor y la bolsa para dejar la ropa el día de la carrera. No había apenas cola y el trato fue bastante amable, aunque no todos los voluntarios hablan inglés, así que era difícil entenderse por momentos. Y aunque no veía nada alrededor, pregunté si se podía comprar algo de merchandising como recuerdo y no me supieron contestar; obviamente, no había nada.
Que un maratón con 40.000 participantes carezca de una feria del corredor, me parece lamentable y un error de la organización, pero de remate, este es el primer maratón donde no se podía comprar ni un sólo recuerdo de la carrera, algo que nunca había visto hasta ahora, ni siquiera en Moscú, o en Marrakech. La verdad es que no lo entiendo.
Quizás os parezcan quejas de un consumista de maratones, así que me voy a centrar en lo importante, en la carrera, o más bien en las múltiples carreras que se disputan el domingo a partir de las 05:45 de la mañana en intervalos de media hora, un buen madrugón. La organización justifica la intempestiva ahora con el fin de no molestar a los habitantes de la ciudad; es otro de los errores de bulto de este evento, en vez de hacer partícipe a los ciudadanos de esta fiesta del deporte popular, te escondes y haces todo lo posible para que no se note.
Yo empezaba a las 06:45 y a esa hora en Nathan Road no había nada más que corredores y casi ningún aficionado pues, lógicamente, estaban aún en la cama. Los camiones de la ropa están bien situados y no hay colas para dejarla, aunque si las hay para ir a hacer tus últimas necesidades, pues los baños portátiles no son suficientes. Y si no había nadie en la salida, os podéis imaginar que no había nadie en los primeros kilómetros de recorrido, que se recorren a oscuras en unas calles poco iluminadas, aunque amplías; sólo los tres primeros kilómetros de la prueba son accesibles al público, pues después el recorrido se interna en una autopista en la que se disputa la mayor parte de la carrera.
La autopista no tiene acceso al público, pero no faltan los servicios habituales, como baños, asistencia sanitaria y obviamente avituallamientos, cada cuatro kilómetros, aproximadamente, a ambos lados de la calzada, con agua en vaso de cartón y el isotónico en un recipiente similar al de un zumo; el avituallamiento sólido de plátanos, naranjas y chocolate y creo que también había esponjas, pero con la que estaba cayendo, ni me fijé.
El recorrido es feo y duro, pues se desarrolla por las carreteras que unen los diferentes territorios de Hong Kong , lo cual se hace por puentes colgantes, que pican arriba y luego abajo, aunque la primera mitad de la prueba es una subida casi constante; además se pasa por tres túneles, dos de alrededor de 1,5 kilómetros en la ruta de las autopistas y uno de casi 2,5 km cuando se sale de la autopista para entrar de nuevo a la ciudad, alrededor del km 36. Los túneles son duros, pues hace calor y tras un rato corriendo dentro se respira mal y eso sin contar el agobiante olor a pintura del último.
Como no se emplean todos los carriles de la autopista, el recorrido no es lo suficientemente amplio para tantos corredores y hay momentos en los que hay atasco, no sólo al principio, sino durante toda la carrera, porque todas las carreras se unen (10k, Media y Maratón) ya que el recorrido final es común para todos, de manera que hasta el último kilómetro hay problemas para adelantar.
Y es que tras abandonar la autopista y adentrarse en la ciudad, se recorren, supuestamente, unos seis kilómetros hasta el final por la ciudad, pero en realidad se recorren por una carretera en obras, sin acceso al público y muy estrecha, adornada con múltiples repechos en los que los atascos se hacían insoportables. Sólo en los últimos dos kilómetros se puede ver a la gente animando.
Tras cruzar la línea de meta te ponen la medalla, te dan una bolsa con bebida y comida y te diriges a recoger tu ropa, que está colocada en el suelo, como en otros sitios: el problema, es que en durante la carrera estuvo lloviendo a mares y era previsible que en el suelo, se mojara el interior de la bolsa; así que después de 42 km, cansado y empapado, mi esperanza de ponerme ropa seca se desvaneció, porque mi ropa de cambio estaba también mojada.
Y de remate, me dirigí al punto de encuentro, que está compuesto por un cartel que pone eso, punto de encuentro (Meeting Point), pero nada más. Allí no hay nada, es una especie de callejón que da acceso a un campo de fútbol, sin señalizaciones de letras o de dibujos, con cantidad de gente pululando, cambiándose, otros repartiendo gominolas... un caos. Menos mal que tras un buen rato pude ver a Marisa y mis amigos.
No creo que el problema de este maratón sea la organización, en realidad las cosas funcionan, pero una carrera no puede estar tan mal diseñada, empezando por la hora de salida, siguiendo por el absurdo recorrido alejado del público y terminando por la inaceptable mezcla de carreras y la consiguiente masificación durante todo el recorrido. Por eso, cuando he contestado la encuesta que me ha enviado la organización, he contestado que no aconsejaría este maratón a mis amigos. Ni en broma.


viernes, 22 de enero de 2016

Hong Kong Marathon (1) - El ambiente

Hong Kong es una de las ciudadanas más espectaculares que he conocido, no sólo por la belleza de su bahía, también por sus rascacielos, por sus avenidas, por la vida de sus calles, por sus contrastes... Todos estos factores unidos podrían ser aprovechados para organizar un maratón de gran nivel y atraer a miles de aficionados foráneos al evento, pero es evidente que mi particular visión no es compartida por los organizadores de este maratón, que cumplía 20 ediciones en 2016, por lo que podemos pensar que tampoco les va mal con la estructura actual.
Es sólo una opinión personal, pero creo que en Hong Kong se organiza un maratón por la única razón que hay que tenerlo, como lo tienen otras grandes ciudades del mundo y esta es una de ellas; pero después de haber participado en 23 maratones, me veo completamente autorizado para decir que junto con el de Moscú, este es el maratón más insulso en el que he participado.
El Standard Chartered Hong Kong Marathon presume de aglutinar 40.000 corredores, sumando los participantes en los 10 km, la media y el maratón, pero esa alta participación no es capaz de que se perciba ambiente alguno en la ciudad los días previos al evento; es más, parecía que la mayor parte de la gente no sabía que se corría un maratón el domingo. Quizás uno de los motivos principales es que la organización repite de manera una y otra vez a los participantes, que tiene el objetivo de no perturbar la vida de la ciudad y por eso las carreras se comienzan a disputarse desde las 5:45 de la mañana, cuando aún no ha amanecido, se desarrollan por autopistas, lejos de la ciudad y cuando llegas a meta, te previenen de hablar bajito para no molestar; es decir, vamos a correr un maratón pero que se note poco.
Tampoco crea mucho ambiente la inexistente Feria del Corredor, es decir, no existe, pues sólo se habilitan unas carpas de recogida del dorsal en el Victoria Park, el mismo lugar donde se termina la carrera; es una recogida al aire libre, que se efectúa en una zona del parque cercana a la meta, pero donde no hay habilitadas más carpas publicitarias o de merchandising, o sea que vas, recoges el dorsal y hasta luego. El ambiente que genera es muy escaso, la verdad.
Pero vamos a la importante, la carrera, que como he dicho, se inicia a las 5:45 con la salida de la elite de los 10.000 m; a las 6:15 se inicia el maratón, aunque yo salgo en el segundo grupo, a las 6:45. Cuando llego a la salida, aún no ha amanecido, el metro está lleno de corredores y la calle también, pero los aficionados se cuentan con los dedos de la mano; además de ser muy temprano, está lloviendo. Y aunque los tres primeros kilómetros discurren por el la ciudad, no hay casi nadie animando por las razones antes expuestas, pero será aún peor cuando el recorrido se adentre en la autopista, donde es imposible acceder como público y por tanto la animación es cero, el ambiente nulo y todo eso durante más de 30 km.
Según el recorrido oficial, la carrera discurre por la isla de Hong Kong durante los últimos 7 kilómetros, por lo que confiaba en ver un poco de público animando, pero no acerté, porque se corre por una carretera en obras, sin acceso para el público y sólo en los últimos dos kilómetros, se corre por calles normales con gente flanqueando a los esforzados "runners". Ambiente, lo que se dice ambiente, nada.
Menos mal que yo llevo siempre a mi afición conmigo, pero esta vez se lo han puesto muy difícil y sólo pudieron ver en el kilómetro 2 y en la recta de meta; sé que mi modesto blog no llegará a los organizadores del evento, pero me gustaría decirles que un maratón popular sin público es de lo más triste para los corredores, aunque no creo que les impone.


miércoles, 13 de enero de 2016

El Imperio Contraataca

Hace unos cuantos siglos, los españoles podíamos presumir poseer un imperio en el que el sol nunca se ponía; aquel vasto imperio fue descomponiéndose poco a poco bajo el mandato de los Austrias y de los Borbones, como cantaban los "Nikkis" en los años 80 en su tema "El Imperio Contraataca". Hoy en día, España ya no es una potencia política mundial, pero es cada vez más frecuente ver corredores españoles que disputan maratones en cualquier lugar del mundo, fieles a nuestro espíritu aventurero y descubridor; sin ir más lejos, en el último maratón que he disputado, Chicago, éramos cerca de 300 españoles compitiendo, uno de los países más representados, como también pasa en otras importantes pruebas como Nueva York, Berlín, París, Londres...
Como castellano viejo, me siento orgulloso de pasear la bandera española por todo el mundo y de formar parte de esta "armada" de españoles que recorre continentes para disputar maratones; en esta ocasión, mi destino es Hong Kong, una ex colonia británica que siempre he querido conocer y que organiza un importante maratón que cumple 20 años en esta edición. No es mi intención vengar la derrota de la "Armada Invencible" frente a los súbditos de ultramar de su graciosa majestad, pero teniendo en cuenta el recorrido y la meteorología que me espera el próximo domingo, estoy empezando a considerar esa famosa frase que Felipe II firmó tras aquella derrota frente a los británicos: yo no mandé a mis tropas a luchar contra los elementos.
La verdad es que empecé con mal pie mi camino a Hong Kong cuando se abrió la inscripción; sabía que los dorsales se agotaban en poco tiempo y mis prisas provocaron que no me diera cuenta que me estaba inscribiendo en el Run 1 en vez del Marathon Challenge, es decir, que estoy inscrito en el grupo de los corredores lentos, lo cual no afecta mi orgullo, pero teniendo en cuenta que, probablemente, sea de los que mejor marca tienen, me tocará correr gran parte dela carrera a solas. A eso hay que unir el recorrido, que discurre casi totalmente por autopista, aunque parece que en esta edición han decidido variar un poco el trazado y habrá más recorrido urbano, afortunadamente; aún así, me temo que no voy a poder recibir muchos ánimos de mi afición. Además, el perfil es un rompepiernas constante, aunque la segunda parte es descendente, después de una primera parte de casi subida constante. Claro que, si todo esto no es suficiente, la meteorología se encargará de ponérmelo más difícil aún, pues se espera lluvia  y vientos de hasta 25 km/h durante la carrera; vamos, como para dar botes de alegría.
A pesar de todo, estoy convencido que voy a disfrutar esta experiencia, para lo que no hace falta hacer una gran marca y es que mi intención es hacer un "rodaje largo" cómodo y no gastar mucha energía, porque no es necesario y porque no quiero que se enfade Depa conmigo, pues la idea es afrontar nuevos retos en primavera. No obstante, teniendo en cuenta la sede, es probable que sea de los pocos españoles que corren allí y hasta puede que consiga el título honorífico de primer español, como ya ocurrió en Tokio. Estoy convencido de que voy a disfrutar, porque, como es habitual, voy a correr rodeado de mis fieles aficionados; en esta ocasión, además de Marisa, me acompañará Rafa y la familia Montalvo al completo, incluido el pequeño Nico, que con poco más de un año asistirá a su primer maratón para animarme; quien sabe, quizás en un futuro, el pueda tomar el relevo de mis aventuras. A mis fans, no les para la lluvia, ni el viento, ni el recorrido, ni nada, así que volverán a darme esa dosis de energía que no se ve, pero que se siente, en mi opinión, la mejor energía que se puede recibir.
El domingo, a las 06:45 iniciaré mi segundo maratón asiático y espero no emplear más de 3h30 minutos en completar los 42,195 metros; cuando comience a correr, serán las 23:45 horas en España, una hora muy intempestiva para correr, por lo que espero que mi cuerpo se adapte bien y que cuando os levantéis el domingo por la mañana os pueda anunciar que he completado mi 23º maratón. Ese es mi objetivo, terminar y disfrutar de un nueva aventura maratoniana, esta vez en las provincias de inglesas de ultramar y  aunque el imperio desapareció hace mucho tiempo, un pucelano volverá para dejar muy alto el pabellón hispano.

jueves, 7 de enero de 2016

Año nuevo, retos nuevos

No es ningún secreto que el 2015 que ha finalizado no ha sido un año muy destacado en cuanto a marcas; he participado en tres maratones con un balance bastante discreto, pues fallé estrepitosamente en Marrakech, cumplí en Viena y sufrí un duro castigo en Chicago, el último de la serie. No he competido demasiado en media y los resultados tampoco han sido destacables y lo mismo puedo decir de lo diezmiles; por hablar de algo positivo, mi mejor marca en la legua de Alcazarén, aunque era fácil conseguirla, pues fue mi segunda participación en la distancia.
Después de analizar los 2.900 kilómetros recorridos el año pasado, la conclusión que extraigo es muy clara: no he tenido continuidad en los entrenamientos, he entrenado de manera demasiado irregular y no he conseguido llegar a las carreras importantes a tope; un ejemplo muy significativo está en la última parte de la temporada, donde me fijé como objetivo realizar una buena San Silvestre y la cosa no empezó mal del todo en la Carrera de las Aficiones, pero una gripe posterior cortó mi ritmo de entrenamientos y acabé haciendo un mal papel en la Carrera de la Solidaridad (cerca de los 43') y finalmente en la San Silvestre Internacional 2015, donde no pude pasar de unos discretos 41'44''.
Mi última MMP data de febrero de 2013 y la conseguí en el Maratón de Sevilla, después de haber hecho mi mejor tiempo en 10 k un dos meses antes y tres semanas antes MMP en la Media de Getafe; después de aquellos dos mágicos meses, sólo puedo destacar mi marca de 3h04' en Coruña y mi buen papel en Atenas, el resto ha sido discreto, aunque no exento de mérito.
Como ya he comentado anteriormente, he decidido dosificar el esfuerzo y preparar sólo un maratón al año, aunque corra otros por el simple placer de correr; el objetivo sigue siendo bajar de las 3 horas, pues no creo que esté "acabado", ni tan mayor como para no poder optar a esa marca. Eso si, o hago una preparación casi perfecta y una carrera casi perfecta, o me puedo ir olvidando de esa marca. Pero esa cita la tendré en Frankfurt el próximo otoño, queda mucho por hacer antes, empezando por el maratón de Hong Kong en diez días. A la ciudad china voy "de paseo", a disfrutar de la ciudad y hacer una nueva muesca en mi historial maratoniano; no parece el maratón más bonito del planeta, de hecho pienso que está entre los más feos, pero será una experiencia interesante correr en una ciudad tan cosmopolita, aunque el recorrido sea en mayor parte por la autopista.
Una vez de vuelta de China, volveré a intentar atacar mi marca en los 10k y el lugar elegido es Laredo, una carrera de agradables y ventosos recuerdos donde creo que todo es posible; la cita será en marzo y antes de que llegue el verano, intentaré correr una media rápida par poder mejorar mi marca actual, que es bastante asequible. Después tocará correr en Estocolmo sin aspiraciones y preparar concienzudamente el nuevo asalto a las tres horas.
Como veis, el año nuevo llega cargado de ilusión y ganas de lograr objetivos ambiciosos; no me asustan esos objetivos y voy a pelear por conseguirlos y si no lo logro, volveré a fijarme otros objetivos, quizás más modestos, pero que me permitan seguir disfrutando de este deporte. A decir verdad, lo que realmente me asustaría es perder la ilusión por correr y dejar de fijar objetivos; al borde ya del medio siglo de vida, correr sigue ilusionándome cada día, me sienta bien, forma parte de mi vida y me ayuda a seguir encontrando día a día ilusión por vivir y eso es lo realmente importante.