jueves, 21 de junio de 2012

Objetivo: Moscú

La carrera Proniño ha puesto punto y final, por el momento, a mi intento por mejorar mi marca en los 10 Km. Hablé con Depa ayer por la tarde y decidimos no intentar la marca en Leganés, pues ya hay que empezar a preparar el objetivo principal: el maratón de Moscú.
No voy a negar que estoy un tanto decepcionado por no haber logrado el objetivo que me planteé tras el maratón de Barcelona, o sea, bajar la barrera de los 40 minutos en los 10 Km, pero el entrenamiento específico de la distancia va a suponer, a buen seguro, una mejora de mi rendimiento en distancias más largas.
Quedan 80 días para tomar la salida en Moscú y he de empezar a hacer más kilómetros y a cambiar las series cortas por largas y acostumbrarme de nuevo a realizar un trabajo más prolongado, pero con ritmos sensiblemente menores. De hecho, hoy ya he realizado series de tres, dos y medio y dos kilómetros a buen ritmo, 4 min/km.
La competición queda aparcada hasta dentro de un mes, cuando disputaré la media maratón nocturna de Ponferrada, una de las pocas medias que se pueden encontrar en la Península Ibérica en época estival y que al comenzar a las 22:30 horas, ofrece la oportunidad de correr  a una temperatura moderada y no tener que soportar las elevadas temperaturas que se prevén este verano.
Precisamente el calor, es otro de los factores que van a marcar los entrenamientos de esta preparación. Es imposible entrenar con tanto calor, no sólo por la disminución del rendimiento, sino para evitar problemas de salud; va a ser inevitable madrugar, hidratarse bien y protegerse del sol con gafas y gorra. No me gusta nada correr con calor, pero correr en Moscú exige ese sacrificio y voy a intentar hacerlo de la manera más efectiva posible. Ya hice la preparación de Berlín en pleno verano hace unos años, pero aquello era distinto, porque en la capital germana se corre el tercer domingo de septiembre y porque aquel año salía de una lesión de rotura de fibras y no fueron entrenos tan intensos como los que preveo ahora.
En fin, empieza lo serio, otra preparación para el que espero sea mi decimotercer maratón y no voy a comentar nada sobre la cifra, porque mi objetivo es volver a bajar mi marca en la distancia de Filípedes; digamos que a ¿3 h 05'?. 

martes, 19 de junio de 2012

Ya no soy un chaval

Planifiqué el domingo 17 de junio como la fecha en la que finalizaría el asalto a los 40' con la disputa de la Carrera Proniño. Cuando lo hice, no sabía que el Pucela acabaría jugando el play off a Primera División y mucho menos que la gran final se iba a disputar el día 16 a las 21 horas en Valladolid. El caso es que cuando supe todos estos datos, me replanteé mi participación, pero acabé decidiendo que lo intentaría, aunque el día anterior a la carrera tuviera que ir a Valladolid y volver muy de noche para luego pegarme un buen madrugón y correr.
La semana previa a la carrera mis sensaciones eran inmejorables, incluidas las cuatro series por debajo de 3'40'' que realicé el miércoles anterior; me sentía bien, incluso el sábado antes del partido, mis piernas estaban listas para realizar la última intentona, incluso teniendo en cuenta la previsión meteorológica de mucho calor.
Lo malo de estos planteamientos tan "ajustados" es que al final es difícil cumplirlos y eso es lo que me pasó; el partido concluyó a las 11 de la noche, pero me quedé un rato a las celebraciones, de manera que salí de Valladolid casi a las doce de la noche y llegué a mi casa a las 2 de la mañana; al día siguiente, madrugón y con unas cinco horitas de sueño me voy a la carrera, con las piernas rígidas, el estómago revuelto y bastante empanado.
La Carrera Proniño se disputa en el barrio de Las Tablas, concretamente alrededor de la Ciudad Telefónica, organizadora del evento; como el dorsal se recoge en el Corte Inglés dos días antes, al llegar sólo hay que recoger el chip y las colas son mínimas; además, pude aparcar bien porque hay espacio de sobra, así como hay suficiente terreno para calentar sin problemas. la única pega era la temperatura, que rondaba los 22º y eran las 9 de la mañana.
Me coloco bien y comienzo la prueba rápido, sin miedo y buscando la marca que persigo; paso el kilómetro uno en 3'45'', la cosa va bien, el 2º en 4 minutos y en el tercero 3'50''; todo va sobre ruedas, pero empiezo a notar que las piernas ya no me van, que los gemelos se están poniendo rígidos y que mis pulsaciones suben en exceso. El paso por el km 5 ya no es tan bueno, 20'10'', así que decido aumentar el ritmo y ver que pasa en el sexto, pero se va a 24'22''. Estoy corriendo en negativo, mis piernas no van y mi corazón no da para más, así que decido parar, estiro un poco y decido acabar la carrera, pero sin forzar; he fracasado, mi cuerpo no ha podido con el palizón del día anterior, es decir, un viaje de ida y vuelta a Valladolid, un partido de fútbol tenso y lleno de sufrimiento, una celebración llena de cánticos y bailes... y para rematar una mala noche de sólo 5 horas de sueño con un calor asfixiante.
Quizás parezca una excusa, pero ya no soy un chaval y todos esos factores que he relatado, fueron los que acabaron con mi última intentona para bajar de 40 minutos antes de comenzar la preparación para Moscú. Quizás haga una última intentona en Leganés el domingo que viene, pero no es seguro. En cualquier caso, esta es una lección que me enseña que en un futuro, debo prestar más atención a ese otro entrenamiento que consiste en descansar bien y acudir a las carreras en perfectas condiciones.

martes, 5 de junio de 2012

Más cerca, pero insuficiente

Empezaré diciendo que habrá que volver a esperar, porque en esta ocasión mi reloj se ha parado en 40'27'', en de una carrera que no recordaré con demasiado cariño, después de lo acontecido. Sin embargo, el relato que voy a exponer no trata de justificar que me haya "columpiado" de nuevo en la distancia de los diez kilómetros, porque creo que cualquier corredor de buen nivel podría haber bajado hoy de 40 minutos sin problemas y yo aspiro a ser un corredor de un buen nivel.
Como os conté, mis sensaciones eran buenas y había entrenado muy bien durante la semana, pero el día previo a la carrera, teóricamente de descanso, me dediqué a trabajar en el jardín y bajo el sol, una manera muy particular de descansar;como guinda, esa noche me fui a cenar con Marisa y aunque no trasnoché demasiado, no fue lo más apropiado antes de afrontar una prueba en la que pretendes batir tu marca.
Aparte de los fallos propios, la carrera en si volvió a dejarme un mal sabor de boca; ya os había comentado que corrí el año pasado y no me pareció tan rápida como lo venden. Pero antes de entrar en el perfil, me gustaría comentar que la organización ha dejado mucho que desear, comenzando por la recogida de dorsal y bolsa de corredor el viernes por la tarde y sábado previo a la carrera en el Corte Inglés; el resultado fue una cola de media hora que aguanté estoicamente sin necesidad aparente, pues el día de la carrera se entregaba el chip, por lo que concluyo: ¿costaba tanto entregar todo de una vez el domingo?
Y ahora vamos al perfil, esta vez modificado a causa de la feria del libro que se celebra en el Retiro; ya os conté que el año pasado no me pareció tan rápido, pero  los dos bucles que tuvieron que improvisar para sacar la distancia homologada, no contribuyeron a hacer más rápida la prueba, sino todo lo contrario. La salida es rápida, cuesta abajo, aunque  no estaba organizada por cajones; se gira en los primeros 200 metros y un poco más tarde hasta completar el primer bucle; luego la carrera se estabiliza, si se puede llamar estabilidad a una sucesión de repechitos y bajadas que te van machacando las piernas si quieres conservar el ritmo. El recorrido pierde altura,es cierto, pero no de manera constante, más bien "a tirones" hasta llegar a la puerta de Alcalá, donde se ubica el segundo bucle, lo que supone bajar a Cibeles y luego subir de nuevo, para girar en Alfonso XII hasta llegar a la cuesta del Ángel Caído, en cuya cima está prácticamente la meta. En resumen, un recorrido exigente, al que sumar una temperatura alta, pues ya estamos en junio.
¿Y como fue mi carrera? Pues esta vez, curiosamente, me coloqué bien en la salida y no tuve demasiados problemas, a pesar de encontrarme con algunos runners más lentos en los primeros metros. Pasé el primer kilómetro en 4'50'' y repetí en el segundo, en el que adelanté al globo de los 40 minutos al que seguía mi amigo Eduardo, del foro. Los repechos iban haciendo mella y poco a poco fui perdiendo fuelle hasta mantener una velocidad casi constante que rondaba los 4 minutos por kilómetro, hasta llegar a Serrano, donde Eduardo y el globo de los 40' me pasaron, aunque yo seguía corriendo a 4' el kilómetro e incluso por debajo en alguno. Les seguí en la distancia y pronto me encontré a otro amigo, Juan, al que me pegué para intentar afrontar la parte más dura del recorrido.
Intenté recuperar fuelle en la bajada a Cibeles para no castigarme mucho en la subida y lo logré, pero mi ritmo se había aminorado, de manera que por el kilómetro 9, mi crono  marcaba 35'58''; restaba un kilómetro y cuatro minutos para conseguir el reto, pero era consciente que la cuesta del Ángel Caído iba a dictar sentencia y lo hizo; intenté seguir a Juan, que se me fue unos poco metros, pero apenas pude bajar de 4'30'' en ese duro último kilómetro.
Es mi segunda mejor marca en 10.000, no es para estar descontento, pero yo quería mi sub40 y va a tener que esperar de nuevo. Es cierto que el trazado no era tan propicio, que hacía calor y que conseguí llegar a la par de Juan, que es mucho mejor atleta que yo, pero como dije al principio, un buen atleta debería estar por debajo de 40 minutos en esta carrera. Estoy cerca lo sé y creo que tarde o temprano caerá, pero sin obsesiones. En quince días llega la Proniño, en la que no sé si estaré o no, pero con o sin mi marca, he aumentado claramente mis prestaciones y esto va a ser muy positivo para afrontar con confianza el reto de los 42 kilómetros en Moscú.