sábado, 29 de diciembre de 2012

La última del año

El año 2012 está a punto de acabar después de 3.330 kilómetros y más de diez días completos corriendo; es el balance numérico de una buena temporada, en la que he rebajado por dos veces mi marca de maratón (en Barcelona y en Moscú) dejándolo más de 5' por debajo de la anterior marca; no he tenido tanta suerte en la media maratón y tampoco en los diezmil, aunque, en este caso, fijé mi nueva marca en 40'18'' en la pasada Carrera de la Ciencia, pero sigo siendo incapaz de rebajar la barrera de los 40 minutos.
Después de tantas horas corriendo, de tantos días fríos, lluviosos, calurosos, nebulosos... de tantos momentos de sufrimiento, de frustración, de impotencia, pero también de tantos momentos de satisfacción, de orgullo e incluso de euforia, he de declarar solemnemente que considero un éxito mi temporada 2012; os preguntaréis el porqué, pues es muy fácil, porque no me he lesionado, me he divertido y he vuelto a ser feliz practicando este gran deporte. Las marcas, las carreras y los resultados son anecdóticos, cuando has sido verdaderamente feliz corriendo.
Pero esto no se ha acabado, que va, queda la última cita del año, las más espectacular, la carrera con más ambiente, masificada, explotada comercialmente e incluso criticada por su alto precio de inscripción, pero la carrera que todos quieren correr: la San Silvestre Vallecana.
Será mi sexta participación en esta prueba ya mítica del calendario español, donde siempre he obtenido unos buenos resultados, sin duda ayudado por el perfil favorable y el ambientazo que se crea en las calles de Madrid, que te lleva prácticamente en volandas. De hecho, el año pasado conseguí batir mi marca y este año voy a salir dispuesto, no sólo a batir mi marca, sino a superar, de una vez por todas, la barrera de los 40 minutos, un reto que tanto yo, como muchos de los lectores de este blog, estamos deseando batir de una vez por todas.
Sé que me repito y que habéis leído varias veces este año que la próxima carrera iba a ser la buena, pero por unas o por otras razones he fallado una y otra vez; no me quedan excusas, vuelvo a estar en forma, incluso más que en otras fases de la temporada, pero tengo que rematar; no me valen de nada las victorias morales o las frases tipo "la próxima cae"; esta vez, si no lo consigo volveré a considerarlo un fracaso estrepitoso. 
Aún así, quierorecordar que la San Silvestre Vallecana no es la mejor prueba para lograr marca, debido a la masificación del evento, sobre todo durante el primer kilómetro. Soy consciente de que ese tramo va a ser clave para no perder opciones y que hay que colocarse lo mejor posible en la salida para tener menos problemas. Pero también debo poner atención en no desfondarme antes de La Albufera, mantener la calma y correr lo más cómodo posible hasta que empiece la famosa rampa de un kilómetro, que puede arruinar todo lo hecho anteriormente.
Si todo va como tengo previsto, debería llegar al kilómetro 8 con un colchón considerable de tiempo que me permita subir los dos kilómetros finales lo menos crispado posible. Ese colchón sólo puedo conseguirlo rodando claramente por debajo de los 4 km/min y a con unas pulsaciones  no demasiado altas; he entrenado bien estos días, sé que lo tengo en las piernas, pero mi cabeza no debe dudar, no debo tener miedo y sobre todo, tengo que tener fe en mis posibilidades.
Espero que el lunes y antes de las uvas os pueda dar buenas noticias, pero independientemente del resultado, quiero dar a todos mis lectores las gracias por haberme seguido en este año 2012 que termina y desear a todos un gran año 2013, en el que espero que se cumplan todos vuestros proyectos, atléticos y personales. De esos proyectos os hablaré ya en el año que está a punto de comenzar. Feliz Año amigos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

Ha comenzado la nNavidad; el sorteo de lotería celebrado ayer ha dado el pistoletazo de salida a unas fiestas entrañables, odiadas por algunos, pero en general muy esperadas por todos, incluso en los momentos duros que está viviendo parte de la población española.
Las calles se han iluminado para la ocasión, los escaparates se han vestido de gala y todos nos afanamos en felicitar a nuestros amigos y conocidos y en comprar regalos para los seres más queridos. Son días especiales incluso para los runners, pues en estos días se celebran diversas carreras de carácter navideño y por primera vez en españa, la Carrera de Santa Claus, que se ha celebrado esta mañana y que consiste en correr cinco kilómetros vestido de Papá Noel; claro que la carrera por excelencia de estas fechas es la San Silvestre Vallecana, que volveré a disputar el último día del año, en ese recorrido mágico y espectacular que recorre Madrid desde el Bernabeu hasta el barrio de Vallecas.
En estas fechas deseamos felicidad a todas las personas con las que hablamos; da igual que sea el cajero del super, o el vendedor de periódicos o el vecino de enfrente.  Son días en los que también pensamos en nuestros deseos, esos que nos gustaría que se cumplieran en el año que va a comenzar en breve; algunos desean que les toque la lotería, otros encontrar trabajo e incluso en  encontrar la pareja ideal, pero en general, lo que todos buscamos es la felicidad.
La felicidad es un concepto global, pues no deja de ser la suma de pequeñas cosas que día a día nos hacen seguir adelante; para un corredor, parte de esa felicidad viene dada por las satisfacciones que cosecha realizando este maravilloso deporte. Correr es una parte importante de mi vida, pues todos los días dedico parte de mi tiempo para entrenar y no sólo porque persigo unos objetivos, sino porque correr me hace sentirme bien y me divierte. Pero obviamente, lograr mis metas me genera una dosis de felicidad considerable.
En el año que termina, he rebajado mi marca de maratón en dos ocasiones y aunque me sigo estrellando con el muro de los 40 minutos en los 10 kilómetros, creo que ha sido una buena temporada, porque he puesto las bases para superar todos mis registros en 2013. Por eso, dentro de mi lista de deseos de Navidad, están incluidos romper la barrera de los 40 minutos en un diez mil, hacer una media por debajo de 1h27' y por supuesto, hacer un maratón en menos de 3 horas.
Muchos de los que leéis mi blog no habéis experimentado la satisfacción de cruzar la línea de meta de un maratón o batir una marca personal y os aseguro que es un momento de felicidad plena; eso no significa que haya que correr para conseguir la felicidad, pero lo que si es cierto es que es necesario luchar para conseguir cualquier objetivo que tengamos en la vida. Yo, como corredor, voy a tener que entrenar duro, con frío, con lluvia, cansado o sin ganas, voy a tener que cuidar mis hábitos y mi dieta y todo para conseguir bajar unos minutos de mi marca personal; parece que no compensa, pero cuando lo logras te das cuenta que el sacrificio ha valido la pena y además... te sientes de puta madre. 
No olvideis pelear por vuestros sueños; desde este humilde blog, os deseo que todos ellos se cumplan y que paséis una Feliz Navidad.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Correr entre la niebla

El domingo pasado me encontraba en Alcazarén, donde estaba disfrutando un fin de semana tranquilo y futbolístico junto a mis amigos; me levanté tarde y sin muchas ganas de correr, pues había trasnochado un poco el día anterior y cuando miré por la ventana de la cocina me percaté que la niebla envolvía las tapias de mi patio; como mola, me dije, hoy voy a correr entre la niebla. Hacía frío, pero no me importaba, siempre me ha gustado la niebla, desde pequeño y caminar o correr en esas circunstancias, siempre ha sido una experiencia agradable.
Me puse unas mallas largas, doble camiseta, buff, guantes, gorro y... adelante. La temperatura rondaba los cero grados y aunque mis prendas no eran las más "cálidas" que tengo, el frío fue aminorando progresivamente cuando comencé a correr. Como suelo hacer en Alcazarén, me aventuré por un camino que se dirige hacia Megeces entre tierras de cultivo y pinares; a medida que avanzaba la niebla me envolvía y a pesar de que conozco a la perfección esa ruta, tenía la sensación de correr hacía un destino desconocido. El paisaje era mágico, la cizalla se había depositado en las plantas que flanquean el camino y en las copas de los pinos y todo parecía sacado de un cuento, eso si, un cuento que se desarrolla en la estepa rusa.
Rodé durante hora y cuarto a un ritmo muy alto, quizás animado por las sensaciones que me envolvían; la niebla, el frío en la cara, el blanco de la cizalla y el silencio de esos pinares que me permitían escuchar el sonido de mis pasos y de mi respiración; decidí aderezarlo con unas piezas operísticas que llevo en mi ipod y todo resulto perfecto; en momentos como los que experimenté el pasado domingo, me doy cuenta que soy un gran afortunado por ser corredor y por disfrutar de la naturaleza de manera distinta a otros mortales. ¿O quizás los runners somos inmortales?

lunes, 3 de diciembre de 2012

En busca del arca perdida

No os asustéis, no estoy anunciando una película, aunque acepto que me hubiera gustado ser el protagonista de la cuatrilogía de Spielberg sobre Indiana Jones; imaginad el reparto, con Chulison Ford como prota; pero no, este es un blog en el que se habla de atletismo y aunque el título me viene al pelo, os hablaré de correr, como siempre.
Los batacazos diezmileros, la gran actuación en la Behobia y la prueba de esfuerzo que realicé esta misma semana, nos han dado argumentos suficientes a Depa y al que suscribe, que mi preparación necesita ligeras variaciones. No os engañéis, no voy a dedicar todos mis esfuerzos a bajar de los famosos cuarenta minutos, pues mi objetivo prioritario sigue siendo romper la barrera de las 3 horas en maratón, pero está claro que conseguir rodar a ritmos más rápidos sin sufrir tanto como me pasa ahora, será la puerta que me abra el acceso a la marca anhelada en la distancia de Filípedes.
Depa me ha preparado un plan dedicado a mejorar mis ritmos que durará hasta el día 31 de diciembre, cuando dispute en Madrid la última carrera del año, la San Silvestre Vallecana. A partir de entonces, restarán ocho semanas para preparar a conciencia el maratón de Sevilla, tiempo suficiente para hacerlo, pues tengo fondo suficiente y me basta con ese periodo de tiempo para llegar a tope. 
El plan consiste en realizar más sesiones de calidad, rodar a ritmos más rápidos y descansar dos días a la semana en vez de uno. Seguiré con entrenamientos cortos, sin demasiado volumen kilométrico, pero muy intensos. De este modo, quizás sea capaz de encontrar ese "arca perdida", es decir, esa chispa que necesito para ser un corredor más rápido, menos "diesel" para entendernos.
Aún no sé si correré los diez kilómetros de Aranjuez el 16 de diciembre, pero mi participación en Vallecas es segura; no es la mejor carrera para lograr marca, debido a su masificación, pero a veces los acontecimientos nos sorprenden. A finales de enero volveré a acudir a la cita de Getafe, en cuya media volveré a intentar bajar de 1h28' y así afrontar con la moral alta mi gran reto: el sub3h en el Maratón d Sevilla