domingo, 27 de enero de 2013

Carrerón en Getafe

Es evidente que conseguir mejorar una marca personal es motivo de satisfacción y más aún cuando mi mejor registro en media maratón databa de 2010; sin embargo, hoy no sólo me congratulo por haber "robado" 20 segundos al crono, sino porque lo he hecho sin buscarlo, casi "sin querer", pues como os contaba hace unos días, mi entrenamiento está enfocado a conseguir un estado de forma ideal el 24 de febrero, cuando corra el maratón de Sevilla, por lo que Depa me había programado una semana de entrenamiento dura, sin descanso previa a la competición y con dos sesiones de series, una de ellas, dos días antes de la carrera, el viernes, día en que hice dos buenas series de 4.000. Por eso, creo que este tiempo es realmente valioso y aunque no soy proclive a las elucubraciones atléticas, creo que he demostrado que mi tiempo en la media vale mucho menos que esos 88 minutos que adornan mis logros a partir de hoy.
Llegué temprano a Getafe y tras aparcar me dirigí a la zona de recogida de dorsales, muy ordenada y eficiente, como es habitual en esta prueba; posteriormente, estuve charlando un rato con mis amigos del foro con los que había quedado antes; Poli, Landes, Javigan, Alespinar, Beto, Mario, Toppez, Dgranda, Aegis, Vredaman y el "ausente" BTR, no sólo son buenos atletas, sino muy buenas personas, que me ayudan a motivarme día a día para entrenar más duro. Pero voy a dejarme de referencias sentimentales para ir al grano, pues tras la breve charla, me dirigí al coche, coloqué minuciosamente el dorsal en la camiseta, me ajusté el chip y a calentar.
No estaba nerviosos, al fin y al cabo Depa me había pedido que fuera a ritmo de maratón, es decir, a 4'16'' el kilómetro y pensaba que me iba a resultar relativamente sencillo, a pesar del cansancio acumulado durante la semana. Por eso mismo, me coloqué un poco retrasado en la salida, por eso y porque la organización había colocado unos carteles en los que distribuía a los atletas de acuerdo a la marca que querían realizar, obviamente, esperando que el sentido común y la buena fe de los competidores. Pues bien, tanto la organización como yo pecamos de ingenuos y cada uno se colocó donde quiso, de manera que cuando empezó la prueba me tocó esquivar atletas lentos durante los dos primeros kilómetros.
Iba cómodo en los primeros compases de la prueba, a unos 4'15'' el kilómetro, sin esforzarme, pero con las piernas un tanto rígidas debido al cansancio; iban pasando los kilómetros y el reloj me indicaba que iba cumpliendo el objetivo, aunque dentro de mi, algo me decía que sería más divertido correr más. Las piernas fueron poniéndose a tono y aunque el paso por el kilómetro 5 fue de 21'30'', cuando llegué al km 7, el crono marcaba 29'42'', es decir, por debajo de la hora y media y eso sin forzar nada. Como las piernas ya estaban mejor, decidí acelerar el paso, de manera que hice mi primer diez mil en 42'15'', pero  notaba que tenía cuerda para más y empecé a forzar la marcha.
Empezaba la segunda vuelta del circuito y el tercer cinco mil, más duro que el último debido al viento ya que pica más hacia arriba, pero eso no me asustaba, sobre todo porque seguía adelantando atletas sin forzar y a mi paso por el km 15 las cosas marchaban muy bien, pues había vuelto a mejorar el anterior 5.000, parando el crono en 21'09''. Eché cuentas de cabeza y deduje que si ponía la directa peligraba mi marca personal en la media, así que como tenía el día tonto, me dije "¿por qué no?, apreté los dientes y puse un ritmo fuerte para afrontar los últimos cinco kilómetros, muy favorables por causa del viento y el perfil, picando hacia abajo.
Mi último cinco mil cayó en 20'30'', es decir a 4'06''/kilómetro y me dejaba a las puertas de superar mi marca con comodidad, pero decidí rematar con un último kilómetro en 3'50'' y un último cien esprintando, parando el crono en 1h28'15''. Era par estar contento, pero debo reconocer que me sentí un poco decepcionado, porque hoy podía haber hecho un auténtico marcón, claro que eso lo dejo para Sevilla.
Faltan cuatro semanas, supongo que muy duras para llegar a punto a la primera cita en la que voy a intentar asaltar el sub 3horas. Las sensaciones son buenas, voy como una bala y la carrera de hoy me ha inyectado una buena dosis de moral, pero no se baten las marcas sin bajarse del autobús, ni se consiguen grandes gestas sin esfuerzo. Hay que seguir entrenando, seguir luchando, seguir sufriendo y el 24 de febrero, en Sevilla, espero poder contar que he conseguido el objetivo.


miércoles, 23 de enero de 2013

Y el domingo... Getafe

Faltan poco menos de cinco semanas para que dispute mi decimocuarto maratón en Sevilla. Después del buen sabor de boca que me dejó la San Silvestre Vallecana, ha comenzado un periodo de duros entrenamientos, con un aumento considerable del volumen de kilómetros y una lógica vuelta a las series y tiradas largas, aderezadas por las bajas temperaturas y las lluvias que acaban de aparecer. No es el momento de arrugarse, sino de incrementar el esfuerzo, porque la carrera está a la vuelta de la esquina y no hay margen de tiempo para descuidarse.
Pero antes de la cita sevillana, volveré a disputar la media de Getafe, en la que será mi cuarta participación; Getafe es, probablemente, la media más rápida de las que se disputan en la Comunidad de Madrid y por ello es una cita casi obligada para muchos runners madrileños. En esta prueba he logrado rebajar mi marca en dos ocasiones, pero a pesar de mi buen estado de forma, no creo que en 2013 pueda conseguir ese reto, pues Depa ha planteado la carrera como un test de cara al maratón, después de una semana muy cargada de entrenamientos fuertes. En definitiva, que voy a llegar con poco descanso y con el objetivo de hacer una marca inferior a los 90 minutos, es decir, simular el ritmo de maratón que voy a tener que poner en Sevilla si quiero lograr mi objetivo.
Sin embargo, no es conveniente tirar la toalla antes de comenzar una prueba y si mis sensaciones son buenas, intentaré poner un ritmo más fuerte que me acerque a mi mejor marca personal, que tampoco está tan por debajo de la hora y treinta. Sea como sea, mi objetivo prioritario es llegar bien a Sevilla y aunque una buena marca el domingo me motivaría, un resultado no tan bueno no sería problema, porque no estoy en las mejores condiciones para afrontar el asalto a mi marca. Lo más seguro, es que después de Sevilla busque una buena carrera para pulverizar una marca que ya empieza a ser demasiado antigua.


domingo, 6 de enero de 2013

Ya vienen los reyes...

La noche más mágica del año pone el punto final a las fiestas navideñas cada año; a estas horas, los niños ya están en su cama durmiendo, más bien soñando, porque esta noche los Reyes Magos llegarán a todos los hogares españoles para dejar sus regalos. No son buenos tiempos para muchos españoles, pero espero que mañana todos los niños encuentren algún regalo, más o menos valioso económicamente, pero igualmente válido para hacerles felices.
Pero ya sabéis que esto va de atletismo y por eso quiero hablar de las cosas que voy a pedir este año a los Reyes, no son cosas materiales, sino metas, objetivos y sueños de conseguir grandes triunfos personales.
En primer lugar, cualquier runner que se precie, debe pedir a los Reyes que en el año que comienza no tenga lesiones; desde que corro, me he lesionado pocas veces y os aseguro que la experiencia no es agradable, no sólo por los dolores que pueda generar el daño en cuestión, sino por la impotencia de no poder salir a correr y tener que esperar durante interminables días para volver a hacer lo que más nos gusta.
Una vez que tengo inmunidad para las lesiones, empiezo con mis objetivos para 2013; tengo dos claros objetivos, los maratones de Sevilla en primavera y el de Munich en otoño. No puedo ocultar que mi reto es bajar de una vez por todas de las 3 horas en la distancia de Filípedes, pero  el objetivo no es tan sencillo como parece, pues tengo que mejorar mi marca actual en cinco minutos y eso es correr mucho más de lo que lo hago actualmente. Sin embargo, el gran final realizado en Moscú y la San Silvestre de la pasada nochevieja me ha subido mucho la moral y considero que estoy en mi mejor forma de siempre. Por eso creo que puedo conseguirlo, pero cabe la posibilidad que la cosa se de mal el día indicado o que incluso dándose bien, me quede con la miel en los labios. Obviamente, para solucionar esas posibles eventualidades, toca trabajar, entrenar duro y sufrir.
Ya os he contado que quiero de premio gordo, vamos con los premios menores, o no tanto. Me gustaría batir mi marca en la media, marca que tiene ya bastante solera, pues aún no me entrenaba Depa; creo que no lo tengo difícil y estoy convencido que puede caer en Getafe en tres semanas, pero no debo confiarme, porque siempre he corrido las medias como preparación al maratón y eso supone no llegar en las condiciones más óptimas de descanso. Si no lo consiguiera en Getafe, me plantearía preparar aluna específicamente los meses siguientes. ¿Objetivo? Estar entre 1h26' y 1h27'
Y me queda el diez mil, en el que acabo de superar una barrera que se me resistía, pero que no supone que vaya a descuidarlo; mi próximo objetivo es bajar de 39 minutos, una marca que hoy por hoy ya no me asusta, pues sé que lo tengo en las piernas y ahora ya no voy a tener esa presión que me ha hecho fallar tanto.
Por supuesto, en mi carta incluyo lo más importante para mi: disfrutar cada rodaje, cada sesión de pesas, de intervalos, cada fartlek, cada tirada larga... Si no disfrutara cada momento que corro, no tendría sentido el esforzarse tanto. Por eso os aconsejo que disfrutéis de vuestras aficiones, ya sea correr o cualquier otra, pues os permitirán liberar la mente y fantasear acerca de vuestros objetivos, de vuestros retos, como me pasa cuando corro y me veo cruzando la línea de meta mientras el marcador señala 2h:XX:XX. A veces los sueños se cumplen, pero para que se cumplan hay que esforzarse, porque si no los Reyes te dejarán carbón.
Feliz noche de Reyes a todos.

miércoles, 2 de enero de 2013

La mejor manera de acabar 2012

Lo conseguí; prácticamente sobre la bocina que marcaba el final de 2012, he logrado bajar de la barrera de los cuarenta minutos en una carrera de diez kilómetros; la San Silvestre Vallecana, ha vuelto a ser una prueba propicia para batir una marca que se me ha atragantado varios años. Me he quitado un gran peso de encima, no sólo por el tiempo conseguido, sino por la manera de lograrla.
Cuando decidí inscribirme en la San Silvestre de este año, lo hice sin ánimo alguno de competir por una buena marca, entre otras cosas porque preveía que iba a bajar de los 40 minutos en alguno de los diezmiles que había programado en los meses de octubre y noviembre. Pero como bien sabéis, fracasé estrepitosamente en todos los intentos, de manera que la última carrera del año iba a ser la encargada de poner la guinda a este buen año atlético o quizás añadir una decepción más. 
Nadie de mi entorno atlético se explicaba porqué no era capaz de bajar esa barrera de los cuarenta minutos teniendo en cuenta mis entrenamientos y mis marcas en otras pruebas; palabras como obsesión, miedo psicológico, bloqueo etc, me venían a la mente constantemente; ni siquiera Depa se explicaba el porqué e intentaba variar mi preparación para dar con la tecla adecuada que me condujera a la marca que merecen mis piernas. Visto desde la distancia, es obvio que el responsable he sido yo, que no he sabido competir de una manera adecuada en las ocasiones que he tenido, atenazado por la presión de conseguir mi objetivo.
Había entrenado muy bien las dos semanas previas a la carrera de ayer, pero Depa y yo apenas habíamos hablado de la carrera; supongo que él no quería presionarme y yo no quería pensar en lo que pudiera pasar, pues mi objetivo prioritario es el maratón de Sevilla y me resistía a que otra decepción me afectara más de la cuenta. Además yo sabía que no es tan fácil correr la vallecana popular, pues la salida es tan caótica que te puede arruinar la carrera, como estuvo a punto de pasar ayer.
Pero vamos al grano; como es habitual acudí a la última carrera del año junto a mis hermanos, después de comer un plato de pasta a horas intempestivas; llegamos con tiempo a la salida y nos dispusimos a calentar un rato hasta dirigirnos a los cajones de salida, con tiempo suficiente para evitar problemas. Me coloqué bien, pero teniendo en cuenta que mi cajón era el sub42, era evidente  que tenía muchos atletas por delante y muchas oportunidades de encontrar problemas en la salida, como me ocurrió.
Un poco más tarde de la hora prevista se dio el pistoletazo de salida, pero desde donde yo estaba hasta la línea de salida me tocó andar un buen rato para, por fin, salir como un rayo hacia la cuesta de Concha Espina; me encontraba bien, no quería forzar pero iba suelto, pero el problema no era ni la cuesta ni mis piernas, sino la cantidad de gente que se había colado de nuevo y que vagaban a un ritmo tan lento que obstruían el paso de los corredores cada momento. Traté de no enfadarme y de seguir a lo mío, a correr, pero la frustración me iba invadiendo a cada metro, porque era incapaz de alcanzar al globo de lo 40 minutos, pero no porque no pudiera, sino porque la gente me lo impedía.
Ni me enteré del paso del primer kilómetro, pero en el segundo iba por encima de lo 4 min/km y empezaba a preocuparme; la calle Serrano iba ensanchando y pude remontar, adelantar al globo y psar el km 3 en 12 minutos pelados, es decir, un tiempo razonable, pero insuficiente, porque debía asegurarme un margen de tiempo que me permitiera afrontar la subida de la Albufera. Así que aceleré, pero reservando fuerzas, simplemente poniendo un buen ritmo que me permitió pasar el kilómetro 5 en 19'33".
Estaba bien, lo sabía, pero tenía que aprovechar la Avenida Ciudad de Barcelona para rascar algún segunda más antes de afrontar las subidas finales; las piernas seguían frescas y cuando crucé la M30 y comencé la subida, me dije que ya no podía reservarme más y había que tirar a saco. Empecé fuerte la subida y al paso por el kilómetro 8, calculé que tenía un margen de más de 45 segundos; fácil, pero no tanto, así que apreté los dientes, seguí a lo mío y al paso del 9 y ya con la Albufera superada, mi margen se había reducido a 35 segundos; "chupao", pensé, pero no podía dormirme en los laureles y apreté todo lo que pude para cruzar eufórico la línea de meta en 39'37''.
Cuando crucé la meta pensé en mucha gente, sobre todo en mis seres queridos, pero también en todas esas personas que me han animado tanto para conseguir esto; en mis amigos del foro, que me han dado tan buenos consejos, en mis compañeros de Running Bajo Control, en mis seguidores del blog y como no, en Depa, al que le  debía esta marca.
Creo que tengo bastante margen de mejora, pues la marca podría haber sido un poco mejor en otras condiciones, pero lo importante es que ya está conseguido el reto; ahora me voy a olvidar de los diezmil hasta marzo y con la moral por las nubes, voy a ponerme a trabajar duro para intentar superar otro reto, ser sub3h en Sevilla.