martes, 23 de agosto de 2011

The road to New York- Semana 3

He acabado fundido mi tercera semana de preparación específica para el maratón de New York; no penséis que me he vuelto "blandito", no es eso, es sólo que el Gran Fondo de Siete Aguas 2011 me ha dejado tocado, como en 2010, pero no hundido, ni mucho menos.
Depa me planificó una semana "normal", con dos días de gimnasio y rodaje, otro sólo de rodaje y unas  series de 1.000, siete repeticiones que completé entre 3'56'' y 3'51''. Tras las series, un día de descanso e inmediatamente después la competición en Siete Aguas. Nunca había competido tras descansar el día previo a la carrera y no me ha gustado la experiencia, pues me costó bastante sentir mis piernas "a tono". Sin embargo, pese al resultado, creo que hice una buena carrera porque ni la he preparado específicamente, ni llegué a ella en buenas condiciones, tras una semana dura de entrenamientos y viajes a Valladolid; de hecho, el día antes de la carrera me fui de Alcazarén a Villalbilla a latas horas, madrugué, me fui a trabajar y al acabar el trabajo otra paliza de coche hasta Valencia; mucha tela para luego ponerse a trepar como las cabras.
Lo que está claro es que recuperar bien va a ser clave, como ya he comentado anteriormente; también estoy siendo más disciplinado en este aspecto, evitando esfuerzos superfluos. Está claro que entrenar duro cansa, pero todo forma parte de una planificación que me tiene que llevar a estar a punto el día 6 de noviembre; hasta entonces importan poco los resultados, aunque es evidente que ayudan a elevar la moral.
Ya ha empezado la cuarta semana, que os resumiré en unos días; vuelvo a competir, un diezmil, o casi, en Laguna de Duero el domingo. Esta vez Depa ha planificado al semana con vistas a la carrera, que espero que sea plana, así que parece que no voy a tener excusas si hago un mal papel. Espero tener buenas sensaciones y hacer los kilómetros a 4' o cerquita; ya veremos, os lo cuento el lunes.


lunes, 22 de agosto de 2011

Gran Fondo Siete Aguas 2011

Con 25º de temperatura y un ligero viento de poniente, se daba la salida en el Gran Fondo Siete Aguas 2011, en que que el que suscribe repetía experiencia tras los gratos recuerdos de 2011. Esta vez, inmerso de lleno en el plan de preparación del maratón de New York, Siete Aguas no sustituye a una de las dos medias previas a  la cita maratoniana, porque aún quedan 11 semanas, pero ha sido un buen test para valorar mi estado de forma, eso si, no tan bueno como esperaba.
Un año después volví a Siete Aguas y enseguida recordé el ambiente festivo y bullicioso que me recibió hace un año y que ha sido la principal razón para volver a disputar esta estupenda prueba. Unos 1.700 atletas que iban a ser de la partida deambulaban por las calles de este pequeño y abarrotado pueblo en el día de ayer; unos calentaban, otros se tomaban un refresco en un bar y los más rezagados, como yo, recogían su dorsal, se colocaban el chip y comenzaban a calentar a falta de 30 minutos del comienzo de la prueba.
Puede que suene a excusa, pero tras un buen calentamiento me coloqué en la línea de salida que ya estaba atestada de runners, de manera que, una vez más, me coloqué en mala posición y eso  fue definitivo en el resultado final.  Y es que, cuando los jueces dieron la salida, los cientos de corredores que tenía por delante se tomaron el comienzo con mucha parsimonia, reservando fuerzas para afrontar una prueba tan dura y tan larga.
Mi ritmo fue muy lento en el primer tramo de subida por las calles del pueblo y sólo pude empezar a "correr" en la primera bajada y posterior viraje izquierda que me llevaba a afrontar las dos primeras rampas duras, en las que la aglomeración de corredores me obligó a reducir de nuevo mi ritmo. Las duras rampas que llevan ala parte alta del pueblo rompieron definitivamente la carrera y fue entonces cuando empecé a disputar la prueba a mi aire, pero con un valioso tiempo perdido, unos 2 minutos y medio por encima de la marca del año anterior en el kilómetro 4.
Tras el primer paso por meta, comenzaba el tramo de la carretera donde regulé bastante bien en las subidas y cogí un buen ritmo en las bajadas, pero recuperar tiempo era complicado, porque imponer un ritmo constante es imposible en esta carrera en la que es fundamental la fuerzas de las que dispongas. Y aquí va la segunda excusa y es que tras haber viajado de Alcazarén a Villalbilla el viernes, dormir poco y haber trabajado el sábado por la mañana, emprendí la marcha hacia Siete Aguas el mismo sábado a las 3 de la tarde y llegué a las 6 tras haber comido a base de sandwichs en el coche; de este modo, cuando se inició la carrera me sentía un poco cansado y eso pudo influir en el resultado final.
Volviendo a la competición, empecé a sentirme mejor cuando llegué al final de la carretera e hice el 180 para afrontar la segunda parte de la prueba. Aceleré el ritmo, sobre todo en las subidas y comencé a adelantar atletas ya fundidos por el esfuerzo. Tras unos cuantos toboganes, se llega de nuevo al pueblo tras un pronunciado descenso que lleva al inicio del segundo y demoledor paso por la parte alta del pueblo. A diferencia del año pasado, no estaba agotado, me sentía con fuerzas y además las calles volvían a estar llenas de gente animando sin parar a todos los héroes que afrontamos esta durísima prueba. Volví a adelantar atletas en la subida y me lancé a tumba abierta para cubrir los dos últimos kilómetros con la convicción que no iba a superar el tiempo del año anterior.
Subí el último repecho y aceleré a tope en el kilómetro final para acabar en 1h 10' 37'' en meta, un minuto por encima de mi tiempo en 2010, pero con la sensación de haber podido hacer más pues había finalizado sin síntomas de agotamiento.
Me dirigí a la salida donde la organización nos volvió a agasajar con bebidas (cerveza incluida) y una riquísima sandía que me supo a gloria mientras analizaba lo ocurrido. Obviamente no estoy en la misma fase de preparación que el año pasado, a lo que hay que sumar la dura semana de entrenamientos que he tenido, sin tener en cuenta la competición; si a esto uno el cansancio acumulado los días previos, el hecho de haber descansado el día antes de la competición (algo que no hago habitualmente, pero que me programó Depa de esa manera) y mi mala colocación en la salida, nos pueden servir para explicar ese minuto de diferencia.
Me hubiera gustado mejorar mi marca, pero no estoy descontento con el resultado ya que he tenido buenas sensaciones y he acabado con la sensación de que podía haber corrido más rápido. No sé si este test servirá, quizás sea más significativo el 10.000 que correré el próximo domingo en Laguna de Duero. Allí, sin cuestas y con una participación menor, me va a ser difícil buscar excusas. Ya veremos


domingo, 14 de agosto de 2011

The road to New York- Semanas 1 y 2

Como ya sabéis, la preparación específica para el maratón de NYC empezó tras el trofeo de San Lorenzo, o sea, el lunes pasado. La primera semana no parecía muy fuerte sobre el papel, pero el rodaje con Depa y las series de 2.000 de día siguiente cambiaron el panorama. Pero la semana que hoy termina, ya prometía desde el principio, pues aparte de dos días de pesas y un rodaje cómodo de 50 minutos, he tenido dos días de series, uno con 6 miles y ayer  un tresmil y dos dosmiles; para rematar, esta mañana he hecho un rodaje de 90 minutos por Alcazarén a buen ritmo y eso que he subido al páramo que lleva a Megeces a fin de practicar cuestas para la cita de Siete Aguas.
Obviamente estoy cansado, pero espero recuperar bien para afrontar la tercera semana, en la cual volveré a disputar el Gran Fondo de Siete Aguas. A primera vista, el plan de Depa va a ser bastante más duro de lo que hacía con Javier, por eso en esta ocasión voy a poner más empeño en descansar bien, recuperar y no fundirme antes de tiempo. 
Hasta ahora, parece que todo va viento en popa, pues mi ritmo de rodaje es cada vez más cómodo y más rápido, las series me están saliendo bastante bien y los ritmos en competición han sido buenos hasta ahora; pero claro, quedan muchos días, muchos entrenamientos y sin duda, lo más duro de la preparación. Esta sábado llega un test en el que espero que todo salga bien y me ayude a seguir entrenando con la misma motivación. Pero tengo que ser cauto, Siete Aguas puede ser una buen test, pero su dureza me puede llevar al fracaso. La solución, en unos días.

jueves, 11 de agosto de 2011

Corriendo con Depa

El pasado sábado, aprovechando mis escasos días libres, quedé con Depa en Valladolid a fin de conocerle y hacer un entrenamiento juntos. Llegué con un poco de retraso a la tienda SOLO RUNNERS, punto de encuentro de Depa con sus discípulos, entre los que me encuentro. 
Fui bien recibido por todos los componentes del grupo, de distintos niveles, pero con idénticas ganas de correr y mejorar. Aunque Depa me había programado unas series de 2.000, lo cambiamos por el rodaje largo de la semana, 80 minutos que me dispuse a hacer junto con el propio Depa y con Moisés, otro atleta con un nivel mayor que el mío.
Aunque el comenzamos todos juntos, pronto nos separamos del grupo, pues nuestro ritmo era más alto; tan alto, que en poco tiempo estábamos rodando a 4'20'', un ritmo demasiado alto para mi, pero que tenía que mantener para no perder de vista a mis compañeros. El entrenamiento discurría por el Pinar de Antequera, un auténtico lujo de recorrido, en el que, además, podía recordar tiempos pasados, aquellos en los que jugaba al fútbol en mi ciudad natal.
Depa y Moisés me animaban a mantener el ritmo, pero poco a poco fui perdiendo fuelle hasta que se fueron distanciando poco a poco. Estaba fundido y los últimos kilómetros me resultaron bastante duros, pues el calor ya apretaba. Llegué finalmente con retraso, pero después de haber mantenido 4'35'' por kilómetro en una tirada de 80 minutos, no está mal, aunque creo que si hubiera corrido de menos a más, podría haber llegado con mayor comodidad.
Al acabar, estiramos un rato en un parque, donde Depa nos enseño varios estiramientos interesantes. Después, una bebida energética y una animada charla en la tienda, donde tuve la oportunidad de conocer a Juan Carlos Granados, socio de Depa y uno de los mejores entrenadores del panorama atlético actual. Un bonito colofón para una buena mañana atlética.
En resumen, un entrenamiento productivo y que me anima a seguir con lo que me espera a partir de ahora, pues ya estoy realizando trabajo específico para el maratón. Muchos kilómetros, muchas series y más gimnasio, que espero realizar en los próximos meses para llegar mejor que nunca a la cita neoyorquina. Es evidente que van a ser entrenamientos más duros de lo que venía haciendo hasta ahora, por lo que es precisa un cumplimiento  del plan a rajatabla y no descuidar la recuperación, elemento que puede ser básico para conseguir mi objetivo.




lunes, 1 de agosto de 2011

Los veranos de la villa

Madrid, esa ciudad "invivible, pero insustituible" de a la que cantaba Sabina, se transforma en un lugar mucho más habitable en el mes de agosto, cuando la mayor parte de los madrileños emprenden camino hacia la playa en busca del merecido descanso estival. Para los que trabajamos en agosto, la Villa y Corte deja de ser ese lugar molesto, ruidoso, lleno de atascos y escaso de plazas de aparcamiento, para convertirse en un lugar habitable en el que se pueden llevar a cabo sin problemas muchas actividades de ocio.
Quizás sea esa la razón por la que la Agrupación Deportiva Argumosa celebra una bonita carrera justo el fin de semana en el que comienzan las vacaciones estivales para millones de madrileños. Una carrera que ya va por su 29º edición, pero que he descubierto este año y menudo descubrimiento, porque el recorrido discurre integramente por el centro de Madrid y a pesar de su dureza, correr por el Madrid de los Austrias es todo un lujo.
El populoso barrio de Lavapiés es inicio y final de la prueba. Es una carrera modesta, pero bien organizada, aunque sería interesante mejorar la recogida de dorsales y la señalización de los kilómetros.  Sin embargo hay que considerar la dificultad que conlleva organizar a 1.000 corredores atravesando la Puerta de Toledo, subiendo la calle Bailén, pasando frente al Palacio Real, cruzando La Latina, Sol y tras descender por la Carrera de San Jerónimo, acabar cruzando Atocha para finalizar en la calle Argumosa. Sin duda el recorrido es espectacular y por eso se pueden pasar por encima algunas deficiencias que responden más a las exigencias de las autoridades locales que al empeño de los organizadores.
Centrándonos en mi actuación, salí con precaución, temeroso del sinuoso recorrido que me esperaba. Los primeros kilómetros son cuesta abajo y no me quise cebar, porque pronto llega la subida por la calle Bailén, larga y mantenida hasta llegar al Palacio Real donde los turistas japoneses nos miraban con incredulidad. A partir de ahí, subidas y bajadas en el recorrido por el centro de la capital en las que pude mantener bien el ritmo sin pasar apuros. Poco más tarde, en Sol, se iniciaba la bajada final, en la que aproveché para acelerar un poco ya que no me sentía nada castigado  por el recorrido completado.  Al final, 44'02'' en meta, a una media de 4'09'' que no esta nada mal teniendo en cuenta el recorrido.
A partir de ahora comienza la preparación especifica para el maraton de New York, aunque antes de afrontar las medias, volveré a correr en Siete Aguas, después de la bonita experiencia del año pasado. Todos los detalles estarán aquí y espero que con mas frecuencia a pesar e de las fechas.