lunes, 25 de enero de 2010

Getafe 2010: por fin bajé de hora y media


Han sido varias las medias en las que me he quedado con la miel en los labios. Sabía que Getafe era un circuito propicio, que mi estado de forma era bueno y para rematar, las condiciones atmosféricas eran óptimas justo antes de empezar la prueba. Tenía las piernas un poco cargadas en el calentamiento, pues el día anterior me había hecho un viajecito de ida y vuelta a Valladolid a ver al Pucela. Pero sabía que eso no era determinante y en mi cabeza sólo rondaba la posibilidad de volver a fallar, de volver a quedarme a las puertas de uno de mis sueños atléticos. Así que, mientras calentaba me preguntaba si por fin iba a poder dar el salto y ser uno más de la "élite" de los sub90'.
Me coloqué bien en la salida para evitar problemas y comencé a buen ritmo, sin parones y acelerones, pues en Getafe se empieza por una zona suficientemente amplia. El ritmo era vivo, me dolían las piernas, pero sabía que era cuestión de tiempo hasta que se calentaran. En el kilómetro 2, ya estaba integrado en un grupo de atletas que iban a ritmo de hora y media; iba cómodo, aunque atento para no bajar mi rendimiento. Pasé el primer cinco mil en menos de 21 minutos; muy rápido, pensé, pero no pensaba en aminorar la marcha, porque eso suponía acabar con mis esperanzas. El segundo cinco mil es un poco más duro, se pasa por el centro de la ciudad e incluso hay una parte adoquinada. Pero por entonces mis piernas ya funcionaban a pleno rendimiento, no había dolor y eso me permitió pasar el diez mil por debajo de 42 minutos.
Empezaba la segunda vuelta del circuito, iba bien, en tiempo, animado y concentrado en no bajar mi rendimiento del 10 al 15, como me paso en Vitoria. Las variaciones eran mínimas entre los atletas de mi grupo, alguno hacía la goma, poco se hundían y otros pocos se iban para adelante. Tenía que aguantar en el grupo, pasar la fase más dura de la carrera para mi sin hundirme. No fue mi mejor 5.000 pero aguanté el tirón y empecé a vislumbrar una gran marca en la meta. Faltaba la última parte de la carrera, la fase en el que algunos se van descaradamente para arriba y otros se hunden; no era mi caso, yo seguía manteniendo el ritmo, sin cegarme en nadie, sin perder la moral.
A falta de dos kilómetros, me di cuenta que lo iba a lograr, estaba claro que iba a bajar de la hora y media, sólo faltaba saber cual iba a ser mi marca. Apreté los dientes para hacer el último esfuerzo y poder cruzar la línea de meta por debajo de 1 hora 29 minutos. Mi marca, 1h 28'45'', me mete de lleno en la élite de los sub90, he entrado por la puerta grande en el grupo, fruto del gran esfuerzo que he realizado desde que terminé el maratón de Berlín.
Estoy haciendo bien las cosas, lo sabía y ahora lo he corroborado con mi marca. Pero mi objetivo es llegar bien a Tokio, el día 28 de febrero. Tras la media de Getafe, bajar de 3 h 10' en Tokio no me parece una misión imposible, más bien me parece factible. Pero quedan 5 semanas y sería muy osado pensar que el trabajo está hecho. Ahora tocar seguir entrenando, seguir mejorando, seguir sufriendo... y esperar que mi objetivo se cumpla.

jueves, 21 de enero de 2010

La media más difícil


La historia de mis medias previas a un maratón es de lo más irregular. Normalmente, como preparación, he corrido dos, en los dos meses previos a la gran cita. La teoría dice que en la primera hay que correr menos que en la segunda, pero eso no se ha cumplido siempre, en mi caso. Por unas u otras razones, he pinchado en medias como las de Villalba, debido a su dureza o la de Lisboa, a causa del incidente de la salida. No obstante, no parece que los pinchazos tengan relación directa con el rendimiento del maratón, pues precisamente después de Villalba, corrí en París y realicé mi mejor marca hasta el momento en la distancia de Filípedes.
El domingo corro en Getafe. Parece que mi estado de forma es óptimo, pero eso tampoco es sinónimo de éxito, aunque obviamente es mejor estar bien que mal. Después de mi buena actuación en Vitoria, tengo esperanzas de bajar, por fin, de 1h 30'. Pero después de varios intentos decepcionantes, no las tengo todas conmigo. El viento, la lluvia o el frío pueden ser determinantes para que pueda unirme a la élite de los sub 90'. Mi ilusión y mis piernas me dicen que puedo, ahora toca correr.

viernes, 15 de enero de 2010

Correr, mejorar, tal vez sufrir...


Decía Sebastian Coe, que si disfrutas en todos tus entrenamientos, debes plantearte si estás entrenando bien. Me quedan seis semanas para correr en Tokio y ya está empezando la fase más importante del entrenamiento, las sesiones largas, las series más duras. En estas semanas que restan, debo poner a punto las piernas y sobre todo mi mente. Toca aguantar y no sólo el duro entrenamiento, sino las condiciones climatológicas adversas que se están dando este invierno. Desde finales de diciembre hasta ahora, he corrido con lluvia, sobre la nieve, con temperaturas muy por debajo de cero y, lo más molesto, con un viento que provoca que el esfuerzo tenga que ser mucho mayor.
En la vida, la mejora se consigue con esfuerzo; el violinista repite infinidad de veces las mismas notas, las bailarinas repiten una y otra vez sus movimientos y el atleta recorre cada día muchos kilómetros, prepara su corazón a base de series y curte su carácter antes las condiciones adversas. Hay que entrenar a diario, te guste o no, haga frío o calor, viento o lluvia; el atleta debe aprender a sufrir, porque si no sufres no mejoras, porque sabes que esos segundos que necesitas no son regalados, porque eres consciente que el día de la competición te va a tocar apretar los dientes y olvidarte del dolor de tus piernas, de tus espalda, de tus brazos, de tu corazón...
En las últimas semanas, algunos amigo me han pedido consejo para empezar a correr. Me gusta aconsejar a mis amigos y meterles el gusanillo de este deporte; a todos ellos les recomiendo que empiecen con calma, que la mejora siempre llega, pero esa mejora no es gratuita, ni en la vida, ni en el atletismo. así que, para acabar, citaré una frase de otra persona, no tan célebre como Coe, pero mucho más importante para mi, como es mi hermano Viry; el siempre me ha dicho: sin sufrimiento, no hay mejora. Ahí queda eso.

martes, 5 de enero de 2010

Cross de ls Doce Uvas y San Silvestre de Alcazarén

No pensaba correr ninguna carrera el día 31, pero sorprendentemente mi entrenador me lo sugirió, así que me inscribí en el Cross de las Doce Uvas, que se celebra en Valladolid en horario de mañana. La carrera se prevía difícil, pues es un cross, o sea, una carrera que discurre por un circuito de tierra y no por asfalto. Las lluvias caídas durante la parte final de diciembre me hicieron prever una carrera entre barro y agua, pero cuando llegué mis malos augurios se quedaron cortos, pues las competiciones previas destinadas a categorías inferiores, había convertido el circuito en un terreno fandangoso y bien pisado, apto para caídas, resbalones y salpicaduras de barro en los ojos, todo ello aderezo por enormes charcos en los que las zapatillas quedaban invisibles por momentos. Claro, yo no me iba a arrugar por rebozarme un poco en el barro, así que con buen ánimo recogí mi dorsal donde me informaron que la carrera se adelantaba 15 minutos. Es curioso, cuando no lamentable, que una carrera cambie su horario sobre la marcha y encima adelantando la hora, de manera que varios runners, entre los que me incluyo, llegamos justo cuando sonaba el pistoletazo de salida, corto de calentamiento y con un cabreo monumental.
Pensando acerca de mi episodio en Lisboa el pasado mes de marzo, decidí tranquilizarme y correr, disfrutando del circuito sito en el Parque de la Ribera de Castilla, un bonito espacio verde que se ubica al lado del mi río, el Pisuerga. Lo de disfrutar del circuito no es ironía y es que correr con barro, entre árboles, con subidas, charcos, bajadas, etc es toda una experiencia, húmeda y fría, pero experiencia. Tras finalizar la primera vuelta (eran 3), me di cuenta que estaba bien de forma, pero nunca me cegué, de hecho, marqué casi idéntico tiempo en cada vuelva, pero mi ritmo constante me permitió adelantar durante toda la carrera. Al final, un tiempo de 42'03'' en un recorrido de casi 9.000 metros, que no está nada mal, teniendo en cuenta el circuito. Un aquarius y una libreta formaban el regalo, que no bolsa del corredor, suficiente para una carrera gratuita.
Satisfecho y frío, regresé a Alcazarén donde me dispuse a preparar la nochevieja junto a mi familia. Había acabado bien el año, pero esa misma noche y después de las uvas me esperaba otro reto ¿atlético?. Ese reto, se puede denominar San Silvestre de Alcazarén, evento organizado pro la Peña La Barraca y que se viene celebrando desde hace unos años. Básicamente consiste en correr unos 400 metros, con la particularidad que hay que hacerlo en calzoncillos. Alonso quería correr e insistió en que fuéramos juntos, así que me tiré a la piscina y aunque llegamos tarde a la salida, nos incorporamos al grupo para correr unos 300 metros en calzoncillos a una temperatura que no superaba los 2º. Superada la ardua prueba, nos vestimos y seguimos disfrutando de la noche.
Quiero agradecer a la Peña La Barraca que nos permitiera correr y en particular a mi cuñada Trini por recoger nuestra ropa, porque con las prisas empezamos a correr en calzoncillos pero con jersey. Como veis, el fin de año no ha podido ser mejor, así que os animo a que algún día os vengáis a Alcazarén a correr conmigo y con Alonso.
Ahora, sólo me resta desearos un feliz año a todos.

Feliz 2010

Están a punto de llegar los reyes magos, pero no es tarde para felicitaros el año a todos y desearos un feliz 2010 en todos los aspectos.
Es el momento de analizar lo ocurrido en 2009, en el que he competido en 2 maratones, 6 medias y varios diezmiles. He corrido poco más de 2.600 Km, empleando unos 10 días completos en el empeño. En el terreno de las marcas, he mejorado la de Media Maratón, aunque en los maratones de Boston y Berlín han sido inferiores a las conseguidas anteriormente. No está nada mal hacer 3h 18' y 3h 21', pero ambas marcas quedan lejos de lo conseguido en 2008. Analizando las dos carreras más importantes de la temporada, creo que a Boston llegue cansado y a Berlín muy bajo de forma después de la lesión de junio. La última fase del año ha ido bastante mejor y así ha quedado corroborado en la marca que conseguí en Vitoria hace dos semanas (1h 30' 32''). Pero lejos de marcas y estadísticas, el año 2009 ha sido un buen año atlético, he vuelto a disfrutar mis entrenamientos, mis carreras, he conocido a algún runner más y he vivido experiencias inolvidables. También he pasado por el mal trago de la lesión que me provoqué al jugar un torneo de fútbol, hecho que me ha reafirmado aún más en mi intención de retirarme de ese deporte que tantas alegrías me han dado. Supongo que cuando vuelva a ver jugar a mis amigos, me asaltará el gusanillo futbolistico e incluso puede que vuelvar a dar unas patadas, pero creo que lo mejor va a ser no prodigarme y vivir intensamente el deporte rey siguiendo a mi Pucela y a la selección española en este año mundialista.
El año que comienza,comienza con un gran reto, el maratón de Tokio el día 28 de febrero. Será mi octavo maratón y el tercer continente donde corro. Veremos como me afecta el jet lag, pero me estoy preparando para bajar de 3h 10' y así conseguir la inscripción directa en el maratón de New York. Si no lo consigo, lo intentaré en otoño, probablemente en Amsterdam, una prueba que siempre me ha llamado la atención.
Otros retos que me planteo son bajar de la hora trienta en la media y de 41' en el diezmil, pero ya se verá como planifico esto y si me conviene.
Veremos como va el año, os mantendré informados y espero que no falteis a la cita. Me motiva que leáis esto y que podáis entender que para mi lo importante no es llegar primero ni superar mis marcas, aunque sea gratificante. Lo importante es disfrutar de este bello deporte.