jueves, 18 de marzo de 2010

TOKYO MARATHON 2010 (2) - LA ORGANIZACIÓN

El Maratón de Tokio es, sin duda, el más importante de Asia y eso implica que cada año miles de runners intenten conseguir plaza para correr en la capital de Japón. La organización ha establecido un sistema de sorteo para asignar las plazas disponibles, por lo que es bastante difícil conseguir un dorsal, así que decidí acudir vía agencia de viajes, más concretamente, con mis buenos amigos de Marathinez Tours, que organizan cada año este evento.
Cuento esto, porque mi análisis de la organización de esta prueba, no incluye la fase previa de inscripción, que fue gestionada por la agencia. Así que, nos trasladamos a Tokio y , en concreto, al día en el que me acerco a la feria del corredor para recoger mi dorsal y a partir de entonces comienzo mi análisis.
La feria del corredor del Tokyo Marathon 2010, estaba situada en un pabellón ferial, estilo IFEMA. El recinto es enorme, con una zona exclusiva para runners y otra común.  La recogida del dorsal está muy organizada y es muy rápida, a pesar de que las japonesas que me atendieron no hablaban inglés. Luego recoges la camiseta ya pasas a la zona común. 
La zona "mixta" es enorme". El merchandaising del maratón está situado al principio y dispone de muchas cajas para evitar las colas. El patrocinador del maratón, Asics, ofrece infinidad de productos para el runner y para regalo. Y una vez completada esa parte, hay una gran cantidad de expositores, por supuesto los de ropa deportiva, pero también  los de alimentos para el deportista, té y otros productos japoneses, transporte y obviamente, stands de  maratones, especialemente de EE.UU. y Australia.
Una vez fuera, revisé la bolsa del corredor, que contiene lo básico: dorsal, chip, imperdibles, bolsa para la ropa; pero además en la zona mixta daban guantes y muñequeras a todos los runners.
Mi hotel estaba situado justo al lado de la salida, así que cuando me levanté el día de la carrera, pude ver por la ventana que todo estaba listo para la gran prueba. Hay que entrar con tiempo en la zona de salida, reservada para corredores. Es una zona enorme, un poco agobiante , a veces, pero bien ordenada. Allí dentro hay infinidad de voluntarios, zonas de calentamiento y un montón de cabinas para hacer tus necesidades de última hora y además ¡limpias! No hay mucha cola además, así que tras hacer todo lo preciso me encaminé a la zona de salida, que estaba organizada por cajones. Estaba lloviendo, pero la gente estaba en la línea de salida en hora, bien ordenados, sin aglomeraciones, colocados cada uno en su cajón. La salida era un poco estrecha y con un bordillo central que molestaba. a partir de lo primeros 500 metros el recorrido siempre era ancho, cómodo, vallado, casi perfecto. Había varios "giros en U" bastante amplios que no entrañaban problemas; las mesas de hidratación eran muy largas y accesibles, con voluntarios atendiéndolas, para que la recogida del agua o de la bebida isotónica fuera lo más rápido posible; había baños cada 2 Km; en general, la organización del recorrido también raya la perfección. Además, es un recorrido bonito, que pasa por lugares emblemáticos como el Palacio Imperial, el Templo Medji, el teatro Kabuki...
 La meta está situada en la misma zona de la feria. Está un poco despoblada, pero hay gente animando hasta el final. Una vez cruzada la línea de meta, hay asistentes para todo: para quitarte el chip, para colocarte la toalla, para darte agua, comida, la medalla... pero lo mejor, es que una vez pasado todo eso, te meten en unas naves enormes donde puedes cambiarte tranquilamente sin pasar frío, algo que se agradece en un día como el que vivimos. En las naves, la recogida de la bolsa de la ropa es muy rápida e incluso hay vestuarios, masajes y una especie de piscinas para meter los pies. Cuando sales de allí, tienes la sensación de haber sido mimado por todas las atenciones recibidas y por todas las sonrisas y reverencias recibidas por parte de el ejército de voluntarios, siempre sonrientes y atentos a tus necesidades.
En resumen, en Tokio saben organizar muy bien un maratón y tratar como se merece a los principales protagonistas, los runners.Obviamente, recomiendo encarecidamente correr aquí, es una gran experiencia  que merece la pena a pesar de la distancia. Casi todo fue perfecto, solo faltó que acompañara la meteo...

viernes, 12 de marzo de 2010

TOKYO MARATHON 2010 (1)- EL AMBIENTE

Japón es un país con una relación especial con los maratonianos. Todas las grandes ciudades tienen su maratón, pero realmente significativos son los que se disputan el el Lago Biwa, sólo para corredores de élite y el maratón femenino de Osaka. Al corredor se le trata con el respeto que se merece, ese respeto que desprende toda la cultura japonesa en cuanto a las relaciones personales. Mi decisión de correr en Tokio responde, fundamentalmente, al deseo de completar un maratón por continente, pero elegí Tokio porque su maratón no es una carrera más.
Como pasaba en Boston, en el mismo aeropuerto ya pude ver algún cartel que anunciaba el evento. Mi hotel estaba situado en las inmediaciones de la salida y por esa zona también colgaban carteles anunciando el gran acontecimiento del domingo en la ciudad. además, en mi hotel se alojaban los atletas de élite y muchos populares, por lo que el ambiente maratoniano era evidente.
El día previo a la carrera, ya estaba en marcha el montaje de la salida, pertaba atestao no se notaba nada especial, salvo los carteles anunciadores. Sin embargo, el día de la carrera todo iba a cambiar. En el desayuno, el salón estaba lleno de runners y de aficionados y eran ¡las 6 de la mañana!. Un poco más tarde, el hall estaba atestado de gente: runners, familiares, amigos... la fiesta estaba a punto de empezar.
Era un día lluvioso,la grada de invitados en la salida estaba llena de autoridades disfrutando del espectáculo. Pero lo más sorprendete vino después del pistoletazo de salida, con las calles llenas de aficionados aguantando el chaparrón, animando, dando el aliento necesario a los, esta vez, muy esforzados runners corriendo bajo la lluvia. Practicamente todo el recorrido estaba lleno de gente animando, no aplaudían  demasiado porque tenían las manos ocupadas con los paraguas, pero sus gritos y su calor eran suficiente.
La parte final del recorrido era una zona más desierta, sin edificios y con menos gente. Ya importaba poco, la zona de meta volvía a estar llena de gente, de gritos y de ánimos que te llevan en volandas al final.
Tokio ha supuesto una experiencia fantástica para mi. Aficionados y voluntarios  se vuelcan con los corredores, especialmente con los occidentales. El trato al corredor es excelente, las sonrisas son permanentes, la atención esmerada. Quizás sea la idiosincrasi japonesa, o quizás su esmarada educación, pero, en cualquier caso,  adoro correr en este pais.