martes, 13 de noviembre de 2012

Behobia 2012: I love this race

Ya he corrido la Behobia; me habían hablado mucho y bien de esta carrera y la experiencia no me ha decepcionado, es más, me ha entusiasmado recorrer los 20 kilómetros que separan la localidad fronteriza guipuzcoana con el Boulevar de San Sebastián. Han sido 20 km intensos, con las cunetas llenas de aficionados animando a los 25.000 valientes que nos hemos vestido de corto para afrontar frío, lluvia, viento y cuestas en una carrera inolvidable.
A las 8:15 de la mañana, mi amigo Miguel me acercaba a la estación de Renfe, repleta de corredores para tomar el tren que nos llevaría a Behobia. Un poco apretados, pero con ganas de correr, llegamos a Irún, donde unas lanzaderas nos acercaron un poco más a la salida. Faltaba más de una hora para que salieran los primeros atletas y la zona estaba llena de corredores, pertrechados con paraguas, chubasqueros o lo que hubiera a mano para guarecerse de la pertinaz lluvia que caía sin respiro. Tras cambiarme bajo un puente, dejé mi ropa en el camión correspondiente y me dispuse a esperar más de una hora bajo la lluvia, vestido ya de corredor y con sólo una camiseta vieja como prenda de abrigo. Cualquier marquesina o balcón era propicia para resguardarse de la lluvia, pero era difícil evitar que las zapatillas se humedecieran y que el frío penetrara en el cuerpo.
Cuando faltaban unos 20 minutos para comenzar, di unas carreritas a modo de calentamiento y me coloqué en la línea de salida, empapándome ya del todo, pues cada vez llovía con más fuerza. Por fin comienza la cuenta atrás, me quito la camiseta vieja y me quedo en tirantes, el espectáculo va a comenzar...
Salgo sin forzar, estoy frío y mis piernas no funcionan como es debido, pero no me puedo permitir calentar, así que comienzo a incrementar el ritmo, que pronto se acerca a los 4 min/km. El paso por Irún es muy animado, con mucha gente jaleando a los atletas en las calles, pero mis sensaciones no son del todo buenas, pues me duelen las piernas. Al paso por el kilómetro 5 estoy por encima de los 21 minutos, pero ya empiezo a sentirme bien y la transición hasta el primer puerto de la carrera es bastante rápida.
Comienza el primer puerto, una cuesta larga, pero tendida, en la que hay que mantener el ritmo y no hay que cebarse demasiado para no pagarlo más adelante, pues queda mucha carrera. Corono sin demasiados agobios y la carrera entra en una zona de toboganes que no me resulta demasiado duro, pues los tramos, tanto de subida como de bajada, son largos y es posible mantener ritmos constantes. La lluvia nos da un respiro y  llego al kilómetro 10,  mi parcial marca por debajo de los 21 minutos, la carrera va bien. Los toboganes continúan hasta Lezo, otra con mucho público en la que comienza el descenso hasta Pasajes, donde ya hay una fila continua de entusiastas aficionados que se prolonga hasta la meta. Pasajes es llano, feo, pero muy llano, pero soy cauto y no incremento el ritmo, temeroso de la llegada al alto de Miracruz, la última dificultad importante la a carrera. Así mi parcial por el kilómetro 15 es de 21 minutos y escasos segundos, si paso bien Miracruz, el sub 1h24' está a mi alcance.
Comienza Miracruz, es una rampa dura, hay que mantener bien el ritmo y no permitirse licencias que te puedan hundir; me costó, pero no tanto como pensaba, pues cuando empezaba a pasarlo mal, pude ver el cartel del restaurante "Arzak" al fondo, el punto donde comienza una vertiginosa bajada hacia la meta. Miré el crono y me di cuenta que tenía que correr a 4 min/km hasta el final para conseguir el objetivo; adelante. Me lancé a tumba abierta cuando la lluvia volvía a aparecer arreciando de lo lindo, pero ya no importaba, olía la meta y mis piernas se movían a todo gas. El Boulevar de la capital donostiarra era azotado por el viento y la lluvia, pero el gentío era impresionante y me hizo volar hasta la meta, parando mi crono en 1h23'38'', un buen tiempo para mi debut en la clásica más importante del calendario nacional.
La Behobia no me ha decepcionado, es de esas carreras que enganchan, en las que disfrutas corriendo, por el ambiente, por el excelente trato al corredor y eni mi caso, porque mi marca demuestra que mi preparación funciona y que si todo sigue bien, puedo llegar a Sevilla en condiciones d elograr ese deseado sub 3 horas.  Para eso queda mucho, de momento voy a centrarme en mi próximo objetivo: diez kilómetros vertiginosos en Canillejas. Espero que el próximo lunes os pueda contar que por fin bajé de los 40 minutos.


No hay comentarios: