jueves, 20 de septiembre de 2012

Fin de temporada

El pasado domingo di por concluida la temporada; es cierto que estamos en septiembre y que aún me quedan tres meses para acabar el año corriendo, pero me refiero a mi temporada maratoniana, es decir, después de mejorar mi marca en Barcelona y hace unos días en Moscú, es necesario tomarse un respiro y comenzar a preparar el asalto a las 3 horas en 2013.
Pero antes de hablar del futuro, es preciso comentar lo que pasó en las calles de Valladolid, en un precioso día de primavera, exento de viento y con unas condiciones ideales para intentar lograr una buena marca; pues bien, ni el factor meteorológico, ni el factor emotivo de correr en mi ciudad natal, ni el factor de tener a mi familia animándome, fueron suficientes para contrarrestar el cansancio muscular de mis piernas, que no pudieron aguantar más que 12 kilómetros, rápidos intensos y esperanzadores, pero sólo 12.
Tenía claro que el "experimento" que me propuso Depa allá por el mes de julio era atractivo, intentar mejorar mi marca aprovechando mi estado de forma postmaratoniano, pero a su vez, corría el riesgo de no poder aguantar la dureza de esas dos competiciones tan seguidas. Por eso, decidí salir a por todas en el circuito pucelano, no me valía una buena marca, había que jugar a todo o nada, es decir, o superaba mi marca o me iba a casa.
Comencé rápido la carrera y enseguida me integré en un grupo de unos diez corredores que circulaban a 4'05'' el kilómetro; el ritmo me resultaba cómodo y apropiado a mis objetivos; las piernas iban bien, aunque con ligeras molestias que pensaba que irían remitiendo cuando se fueran calentando. Hasta el kilómetro 5 todo iba sobre ruedas y mi reloj señalaba que estaba en tiempo de bajar de 1h27', quizás algo deprisa, pero me sentía bien y había que arriesgar. Pero los problemas iban a llegar y de golpe a partir del kilómetro 9, porque las piernas comenzaron a dolerme más y mi musculatura empezaba a ponerse rígida, de manera que me costaba mantener el ritmo. Me descolgué un poco y continué siguiendo al grupo a cierta distancia, sin aminorar mucho la marcha, pues seguía rodando a unos 4'08'', es decir, en tiempo de marca. Los dolores iban a más, mis piernas ya no funcionaban tan bien, mi ritmo fue perdiendo velocidad poco a poco y empezaban a adelantarme corredores; no me puse nervioso e intenté mantener un ritmo cercano a los 4'10'', aún válido. Pero a partir del kilómetro 11, mis piernas ya no daban más de si, no podía alargar la zancada y notaba como cuadriceps y gemelos estaban a punto de contracturarse. Aprovechando el paso por la Plaza de Colón, donde me esperaban Marisa y los niños, decidí pararme, pues mi ritmo era ya lentísimo e intentar acabar parecía absurdo, teniendo en cuenta que era inviable conseguir marca y que me estaba jugando una lesión. Mi retirada no me ha supuso desilusión alguna, aunque reconozco que me hubiera gustado seguir para bajar de una hora ventiocho, pero mis piernas no podían después de una temporada tan intensa.
Después de correr maratón en marzo y septiembre, toca descansar y olvidarse un poco de la distancia de Filípedes; ha sido una temporada corta e intensa. He descartado correr en Dubai para preparar mejor mi asalto a las 3 horas y ya de paso correr en un lugar más favorable para hacer marca. Aún no he decidido donde haré la intentona de primavera, aunque Sevilla y Viena son las candidaturas más fuertes. Pero antes de eso, hay que acabar el año, porque aún me queda una gran cita: la Behobia San Sebastián 2012; una carrera que siempre he querido correr, pero nunca he podido por problemas de calendario. Además de la Behobia, mi participación en la San Silvestre 2012 es casi segura y supongo que caerá algún 10.000 más y quién sabe si alguna media. En fin, os iré contando, porque ha finalizado esta temporada, pero en unos días comienza otra.


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