sábado, 21 de agosto de 2010

La cintilla iliotibial

El viernes acudí a mi cita con el fisio. Crisitna me recibió con su sonrisa habitual, pero torció el gesto cuando le indiqué que tenía unas molestias en la parte externa de la rodilla derecha. Tras examinar la zona, me dijo que tenía cargada la cintilla iliotibial. Un achaque más, pensé, que se suman a mis clásicas molestias en los gemelos y en el psoas. Claro, que no puedo esperar otra cosa, teniendo en cuenta el volumen de kilómetros que me meto entre pecho y espalda, como bien me indicó Cristina. No es un gran consuelo, pero es verdad.
A partir de ahora, a mis estiramientos específicos se amplían y tendré que mimar no sólo el psoas y los gemelos, sino también la cintilla, lo que unido a los ejercicios para mantener un buen core (parte interna del tronco), hace que cada vez me ocupen más tiempo las actividades complementarias a la carrera. 
Ni que decir tiene, que las manos de Cristina han disipado las molestias que no serían muy recomendables para competir en el Gran Fondo de Siete Aguas, esta misma tarde. Es una carrera de montaña de 15 kilómetros que he sustituido por la media de Villanueva de la Serena por el cambio de fechas de ésta última. Es una carrera clásica en el calendario nacional y espero dar un buen nivel y no acabar muy tocado, sobre todo de las rodillas.
Quedan dos meses para el maratón y hoy empezaré a evaluar mi estado de forma. Tengo que seguir cuidando mis piernas, procurar que las molestias no se conviertan en un problema y seguir escuchando mi cuerpo, como dice el reclamo publicitario de una marca de zapatillas. Sólo así conseguiré estar completamente a punto el día D en Amsterdam. Hasta entonces, toca cuidarse, esforzarse y como no, disfrutar de los entrenamientos

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