domingo, 7 de diciembre de 2025

Maratón de Florencia (2) - La organización

Organizar un maratón como el de Florencia no es una tarea precisamente fácil, mover a 20000 maratonianos en una ciudad monumental, procurando pasar por los lugares mayor interés, con salida y llegada en el centro neurálgico de la ciudad, tiene un gran mérito.

Eso si, el día que te inscribes por la página de inscripciones más popular de Italia te llevas un "cabreo" cuando descubres que entre la Runcard obligatoria en Italia y el precio de la inscripción, la broma se te va por encima de los 100 euros y aunque sé que esto de correr maratones es cada día más caro, no acabo de comprender la utilidad de la famosa tarjeta para los que no corremos habitualmente en el país transalpino; en resumen, te sacan los cuartos y además sin un razonamiento coherente. Otro aspecto que me gustaría comentar sobre la inscripción es la necesidad de un certificado médico, que no deja de ser un "paripé" que cubre las espaldas a la organización, aunque considero que una descarga de responsabilidad es suficiente, como pasa en otras pruebas. En cuanto a la información suministrada, te mandan los correos necesarios para que no haya problemas de última hora y el perfil de Instagram  dan información muy útil durante los últimos días y también publican vídeos motivadores. Es evidente que Instagram cada vez es más relevante en este tipo de eventos.

El primer contacto no virtual con la carrera llega en la feria del corredor, una pequeña decepción porque las colas para recoger el dorsal eran interminables y me tocó esperar más de media hora recoger mi kit; es cierto que los sábados por la mañana suelen tener una mayor afluencia de público, pero no me parece correcto que no se segregue la recogida del dorsal maratoniano de la carrera de 10 Km y además, tampoco es normal que hay tan pocos puestos para repartir los dorsales; además, la información a la entrada de la feria es mala y no te enteras de que la fila es solo para recoger el dorsal hasta llegar a la puerta principal, por lo que la fila se engrosa con el público que sólo acude a ver la feria.

La feria es céntrica, no es demasiado grande, tiene muchos expositores locales, pero pocas marcas deportivas de renombre, además de anunciarse bastantes maratones locales y europeos; pero afortunadamente tiene una zona de merchandising donde se pueden comprar camisetas, gorras y demás productos. Es una feria correcta, pero le vendría bien ampliar un poco el espacio.

La zona de salida está perfectamente organizada la mañana de la carrera, se accede a cada cajón por calles diferentes y se controla que lleves el dorsal adecuado a tu zona de salida; aunque la salida está en pleno centro, se puede calentar bien en las calles aledañas al Duomo, no hay aglomeraciones, ni atascos para entrar en el cajón. Tampoco hay aglomeración en la recta de salida, se puede estar bien sin necesidad de que den un empujón. Por eso, la salida es cómoda, se puede correr bien desde el principio, a tu ritmo, sin parones y sin agobios.

El recorrido es bastante plano, rápido hasta cierto punto, porque las calles empedradas del centro no son la mejor superficie para correr, aún así, la primera parte por el parque es rápida y tras completar ese recorrido por el parque y entrar en la ciudad, el público y el entorno dan alas a los corredores; especialmente espectacular es el paso por el Ponte Vecchio o la Santa Croce, aunque los últimos kilómetros pasando por el Duomo varias veces, son especialmente emotivos, aunque con un notable exceso de giros. Entre medias, unos kilómetros hacia el estadio Artemio Franchi, al que se da una vuelta antes de volver a las calles de la ciudad; en resumen, un buen circuito tanto para correr como para admirar la ciudad.

La señalización del recorrido es excelente, con muchos voluntarios señalando los puntos críticos y hasta  los baches; el avituallamiento se ofrece a ambos lados de la calle, aunque, en mi opinión, las mesas son cortas  y a veces tuve que coger uno de los últimos vasos. Es un avituallamiento correcto, agua, sales, frutas y yo no vi geles, pero puede que hubiera. Tampoco había demasiados voluntarios ofreciendo vasos y cogerlos de la mesa ralentiza un poco la marcha.

La llegada al Duomo es espectacular, los últimos metros por la alfombra azul son realmente emotivos y una vez cruzas la línea de meta, está bien organizada, te dan la medalla, agua, bebida isotónica y fruta, un poco escaso, pero suficiente; la recogida de la ropa de los camiones (que no utilicé) también parecía ágil y bien organizada.

El maratón de Florencia es un buen maratón y su organización está a la altura, algo que usual en Italia, donde he corrido tres veces y en todas ellas he salido con un buen sabor de boca.



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