miércoles, 24 de abril de 2024

En tierra de fondistas

 El 12 de agosto de 1984, el portugués Carlos Lopes se colgaba la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles contra todo pronóstico, al superar a los grandes favoritos, Alberto Salazar y Robert de Castela; Lopes no sólo venció, sino que logró tres hitos, ser el primer atleta portugués en conseguir un oro, el récord olímpico de maratón y el convertirse en el atleta más veterano en conseguir el título olímpico de la distancia, contaba con 37 años. Lopes un corredor tardío que logró sus mayores éxitos a una edad avanzada, se imponía a pesar de su edad, un claro ejemplo de la longevidad de los maratonianos que se puede comprobar con muchos más casos, como el de los grandes Gebreselassi y Bekele.

En Los Ángeles, una tal Rosa Mota, también lusa, lograba la medalla de bronce en la prueba de Filípedes, pero su gran momento llegó cuatro años después al imponerse en la final olímpica de Seúl. Mota, fue una de las mejores maratonianas de la historia, ganó 14 de los 21 maratones que disputó y es sin duda la mejora atleta de la historia de Portugal, además de una de las mejores fondistas mundiales. Peor no queda ahí la cosa, el atletismo de fono luso ha dado otros grandes nombres como los hermanos Castro o el gran Fernando Mamede.

Tuve la oportunidad de ver los últimos kilómetros de la prueba en la que se impuso Lopes y aunque yo era muy joven, ya entonces empezaba a pensar en el maratón y en las hazañas de hombres como el portugués, Abebe Bikila o Dorando Pietri, vencedor en 1908; pero como Lopes, mi afición a esta prueba fue tardía, debuté con 40 años y 18 años después sigo con la misma ilusión acudiendo a citas maratonianas, aunque la del próximo domingo en  Aveiro va a ser especial, porque si termino, habré llegado a completar 50 maratones, una cifra redonda muy resultona.

La elección de la Maratona de Europa para celebrar el evento ha sido casual, simplemente el quincuagésimo maratón va a caer allí y aunque me hace ilusión llegar a esa cifra, lo que realmente debo celebrar es que sigo corriendo y espero seguir haciéndolo durante bastantes años, si es posible, con la compañía de familia y amigos, como hasta ahora. Hablando de familia, en Aveiro volveré a correr junto a mi sobrino Rubén, que disputará la media, como ya hizo en Murcia en 2020; será especial volver a correr junto a el en esta ocasión.

Lógicamente no voy a estar solo en Aveiro, pues volveré a tener un nutrido grupo de animadores, dirigido, como siempre, por Marisa; Rafa, Camilo, Encho, Toli, Carlos y Myriam estarán animando en las calles de la "Venecia Portuguesa" y espero que celebrando la consecución de una nueva medalla de "finisher".

Aveiro, una ciudad costera, famosa por sus canales, por sus edificios art noveau, por su playa  y por su industria pesquera, será la sede de mi primer maratón en el país vecino en una ocasión muy especial. He entrenado bien y con ganas para llegar en las mejores condiciones posibles, no me importa la marca, pero si disfrutar la carrera con intensidad y cruzar la meta con energía Después de conseguirlo, llegará el momento de pensar en muchas personas, pero eso ya os lo contaré máss adelante.


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