miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sube la participación, baja el respeto al corredor

Hace unos días me he inscrito para la San Silvestre Popular 2015, que este año contará con una participación de 40.000 atletas; han pasado 10 años desde mi primera participación en el año 2005 y desde entonces ésta y otras carreras han cambiado mucho, tanto que podrían morir de éxito si algún día los participantes nos pusiéramos de acuerdo en exigir más respeto por el elemento fundamental de cualquier carrera: el corredor.
No pretendo hablar de aquellos tiempos en los que unos cuantos "locos" de este deporte organizaban carreras populares de verdad, en la que la participación no pasaba de un puñado de entusiastas deportistas vestidos de manera extravagante ante la mirada atónita de los viandantes; como reza el título de mi blog, yo soy un corredor tardío, que se incorporó hace diez años a las competiciones populares, no hace demasiado tiempo, pero el suficiente para poder comparar esa época con el boom que se ha producido en los últimos tres años.
En el caso de la última carrera del año, el aumento de participación ha sido espectacular y es normal porque es una carrera especial, con un ambiente insuperable y con la magia de correr por la noche en un Madrid iluminado para Navidad. Pero no es oro todo lo que reluce, porque con una participación tan masiva aumenta los riesgos de los competidores, pues se está más expuesto a caídas, aparte del agobio que supone correr practicante codo con codo con el de al lado. Parece que a los organizadores no les preocupa eso, pues cada año aumenta la participación, se agotan antes los dorsales y es más complicado inscribirse. Este año, las inscripciones se han agotado en menos de dos días y eso que la organización jugó al despiste anunciando solamente el día de apertura de las inscripciones, pero no la hora, de manera que muchos, entre los que me incluyo, pasamos horas delante del ordenador hasta que nos "permitieron" pagar los 20 euros de la inscripción. Es obvio que no me puedo quejar mucho, pues yo mismo he entrado por el aro.
Un caso diferente es el de la famosa Carrera Popular de Aranjuez, considerado uno de los 10k más rápidos de la Comunidad de Madrid y que agota sus dorsales cada año en tiempo récord. Supongo que animados por esta circunstancia, los organizadores han decidido que el dorsal debe ser recogido viernes o sábado en su particular feria del corredor y que no entregan dorsales el día de la carrera; este sistema es también utilizado por otras carreras, pero la diferencia fundamental es que Aranjuez está a unos 60 km de Madrid y si hablo de mi casa, la cosa se va a 75; eso quiere decir, que para correr en esa carrera tan guay y tan rápida, tengo que hacerme 150 km un día o dos antes de la competición. Lógicamente, he descartado ir, como muchos otros corredores, pero a la organización le da igual faltar al respeto a los corredores, porque agotan los dorsales. Una vez más, entramos por el aro.
No me entendáis mal, el respeto al corredor no se ha perdido sólo en España, hay casos más sangrantes fuera de nuestras fronteras, como el archifamoso maratón de New York que todo "runner" quiere hacer, al menos, una vez en su vida; conscientes de la elevada demanda, la organización cobra 7 dólares sólo por el hecho de apuntarse al sorteo y como os podéis imaginar, ese dinero no se devuelve si no eres agraciado en la lotería. Entiendo que se quiera hacer negocio, pero esa práctica roza lo inmoral, como también lo roza el viaje de más de dos horas que normalmente hacen los corredores para llegar a la zona de salida, la espera de más de una hora en los cajones o la supresión del punto de encuentro con los familiares en la llegada, donde también han quitado los roperos; en definitiva, te tratan como ha ganado, pero cada año, aumenta el número de peticiones.
Que el atletismo popular se haya convertido en un negocio boyante y que muchos organizadores se hayan echado en manos de los grandes almacenes más importantes de España para que les consigan participantes o tan sólo para que les presten un espacio para organizar la recogida de dorsales en vez de hacerlo horas antes de comenzar la prueba, parece inevitable; no creo que sea negativo que haya algunos que hacen negocio, pero lo es, que el aumento de participantes no redunde en un mejor servicio al corredor, sobre todo porque los precios de las carreras han subido, a pesar de la disparatada idea que ha pergeñado el Ayuntamiento de Madrid para reducir el importe y ya de paso  el número de carreras. Sinceramente, creo que si alguien quiere meter las narices en este deporte, debe estar mínimamente informado de como va y procurar que la gente disfrute de las competiciones sen las mejores condiciones posibles.
Pero no quiero acabar sin pedir respeto a los corredores por parte de los propios corredores; os comenté en mi ultimo post que los participantes del Derbi de las Aficiones hicieron caso omiso a los cajones de salida, que no estaban controlados por la organización, es cierto, pero considero que cualquier participante debe saber que una mala ubicación en la salida perjudica a otros e incluso puede ser peligroso. Más peligroso aún es el caradura que se cuela en los primeros metros de carrera porque no ha conseguido dorsal o quizás no quiere pagar por ello y además se permite el lujo de pedir la bolsa del corredor en la llegada. Y para remate, está la afición creciente a correr carreras de 10k con niños menores de 16 años, una actividad contraindicada por los profesionales sanitarios y que cada vez es más frecuente; los niños tienen que correr distancias cortas, carreras de niños, no de adultos y hay que fomentar que se celebren de manera paralela a la de los mayores, como desde hace más de 20 años lleva haciendo el ejemplar Trofeo José Cano, la Canillejas de toda la vida.
En fin, aunque este blog no tiene mucha difusión, espero que mis reflexiones sirvan para algo y que nadie se moleste; cuando corres debes respetar al que corre a tu lado, dejarle pasar si es más rápido, echarte a un lado si te paras, no cruzarte cuando tienes que avituallarte con agua y no aprovisionarte de cuatro o cinco botellines de agua o plátanos en la llegada porque son gratis, ya que hay otros que van a llegar mas tarde y los van a necesitar también. Estas y otras normas básicas, nos ayudarán a ser más felices en nuestras próximas competiciones.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El derbi de las aficiones

Hasta este año nunca había contemplado correr esta carrera, pues me parecía un tanto insulsa, ya que no veo la gracia de una competición entre dos aficiones futboleras en una carrera atlética y menos aún, cuando todos sabemos que el Rayo Vallecano también existe. Sin embargo, su recorrido me tentaba, pues al ser casi todo el rato cuesta abajo, era una buena oportunidad para intentar hacer un marcón, así que recapacité y pensé que podría ser interesante comprobar si era capaz de volver a bajar de 40 minutos y para que Marisa debutara en la distancia de los 10 kilómetros.
Quizás porque estoy mayor y más gruñón de lo normal o quizás porque nunca me ha gustado el espíritu de esta carrera, pronto empecé a arrepentirme de mi decisión, pues la recogida del dorsal requería peregrinar al Corte Inglés de Castellana los días previos; no es que me moleste este centro comercial, ni que piense que me hacen ir hasta allí para que compre algo, sino que me parece absurdo que todos los atletas tengan desplazarse a un lugar específico, independientemente de donde viva; yo lo considero una falta de respeto a los atletas. 
El día de la prueba nos convocan en las afueras del Estadio Bernabeu y aunque la participación es muy numerosa, se habilita sólo la mitad del Paseo de Concha Espina, de manera que se preveían problemas en la salida; pero me equivoqué, los problemas empezaron antes porque la cola para dejar la ropa era enorme y excesivamente lenta debido a la escasez de voluntarios y eso que fui con tiempo suficiente. Al terminar la larga espera, me sobraron cinco minutos para calentar y meterme en la zona de salida correspondiente a mi tiempo. Y aunque soy un gran defensor del auge del atletismo y de que gente nueva se incorpore a este bonito deporte, me da la impresión que carreras tan "festivas" como estas, son caldo de cultivo para que atletas novatos con muy poco respeto a los demás, se cuelen en las primeras filas de la salida a pesar de no tener intención alguna de salir a la velocidad que indican los carteles de cada zona; es decir, que cuando comencé, los lentísimos corredores que se encontraban delante de mi, impidieron que pudiera correr sin problema y pasé un buen rato haciendo quiebros, giros, choques y paradas que lógicamente, se reflejan en el crono.
Pero no quiero echar la culpa al empedrado, porque yo tampoco tenía mi día, por un lado porque he llegado corto de entrenamientos y por otro, porque tuve molestias en ambas piernas los días previos y por eso, no tiraba ni para atrás y eso no me permitió recuperar el tiempo que había perdido en el primer kilómetro, en el que hice 4'20''. Después, cayeron kilómetros  ligeramente por encima de cuatro minutos, insuficientes para aspirar a un sub40, a pesar de hacer os dos últimos kilómetros muy rápidos.
Al final 40'57'', un crono discreto visto el recorrido, pero que me puede ser un buen punto de partida para conseguir una buena marca en mis próximas citas con los 10.000 metros. Pero para eso, hay que esperar hasta diciembre.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

I´m a believer

Ha pasado ya un mes de la agridulce experiencia de Chicago y he tenido tiempo suficiente para digerir lo que pasó y pensar en como encarar el futuro. Es evidente que mis registros han sido muy discretos en 2015 y que mis intentos por acercarme a las 3 horas han sido claros fracasos, así que se podría pensar que el objetivo por el que he peleado tanto en estos últimos años, está ya fuera de mi alcance, pues a mi edad, mejorar es francamente difícil, aunque no imposible. Pero como bien decían los Monkees en su famosa canción, me ha bastado pensar en el maratón para volver a ser un "believer", es decir, un ferviente creyente en mis posibilidades. 
Analizando lo ocurrido este año, no puedo negar que llegué mal de forma a Marrakech, sin entrenar a tope en Viena y corto de preparación en Chicago, a lo que se unió el cansancio del viaje. Algunos me aconsejan correr menos maratones, pero a mi me no me gusta la solución, porque me encanta descubrir nuevas carreras; de hecho, ya he planificado dos en 2016, Hong Kong en enero y Estocolmo en junio y aún me queda por decidir un tercero en otoño. Está claro que no puedo pretender estar a tope en las tres citas y mucho menos en la carrera de China, pues quedan dos meses y no da tiempo a preparar nada; Estocolmo podría haber sido una buena opción, pero no me han hablado muy bien del recorrido y además se corre a una hora extraña y puede que haga más calor del deseado. Por todo esto, parece que la mejor opción para volver a intentar el sub3h tiene que ser el maratón de otoño, para el cual tendré más tiempo de preparación y quizás me pueda garantizar una temperatura acorde a mis preferencias.
En resumen, he decidido que a partir de ahora, sólo voy a preparar a conciencia un maratón al año y si corro más, el objetivo será simplemente llegar a meta; esto no significa que hacer un maratón sub3h vaya a ser fácil, pero creo que aún tengo posibilidades si lo hago de esta manera. El lograrlo, dependerá de muchos factores, sobre todo de conseguir entrenar bien y con constancia, algo que me parece que está dentro de mi alcance si me organizo, pues estoy convencido que aún tengo esa marca en las piernas.
De momento he vuelto a los entrenamientos, con el objetivo de hacer un buen papel el próximo domingo en el "Derbi de las Aficiones", correr algún 10k más en diciembre y rematar con la San Silvestre el último día del año. Dos semanas después correré en Hong Kong y a partir de ahí empezaré mi preparación para Estocolmo, combinando algún objetivo intermedio. Y después el verano y tras el calor, el otoño; os preguntaréis, ¿pero que maratón vas a correr en otoño? Sinceramente, no está decidido, pero hay sólo dos candidatos: Valencia y Frankfurt. 
Valencia es el maratón más llano de Europa, con un recorrido espectacular y además está al lado de casa; sin embargo, el viento y el calor pueden aparecer y arruinar mi marca, por lo que he pensado que Frankfurt puede ser una buena alternativa, pues también es completamente llano, está relativamente cerca y además el clima es más apropiado a mis gustos.
Os contaré mi decisión; por el momento, toca seguir entrenando, seguir compitiendo y seguir disfrutando de la carrera a pie y quién sabe, quizás dentro de un año esté celebrando mi entrada en el club de los sub3h; me conocéis, yo no me rindo y además sigo creyendo en mis posibilidades, sin duda, I´m a believer.