Este año, mi familia y yo decidimos pasar nuestras vacaciones en Sudáfrica, un gran país donde se puede disfrutar de hermosos paisajes, excelentes vinos, animales salvajes, un legado histórico reciente apasionante y por supuesto, también se puede correr. Y es que, a dos meses vista del Maratón de Chicago, no me podía plantear unas vacaciones sin salir a machacarme, aunque el tipo de viaje (mucho tiempo en el coche, excursiones, vida salvaje...) no parecía muy propicio para la práctica de la carrera a pie, a priori, a pesar de que la temperatura se ajustaba a mis preferencias, pues en el hemisferio sur es invierno y así evitaba los rigores de las temperaturas en la Península Ibérica.
Había que preparar bien todo, así que escribí a todos los hoteles para pedir información sobre las condiciones para correr y aunque con algunas restricciones (no correr por la noche), todos me aseguraron que era posible, excepto en el parque Kruger, donde no está permitido, pues correr entre animales salvajes no parece una idea muy atinada. Luego hablé con Depa, le comenté el esquema de mi viaje y los días en los que podía correr y me programó los entrenamientos en función a mi disponibilidad; el resultado fue una programación de 4 a 5 días semanales, pero todos duros, dejando al margen los entrenamientos que sólo suman kilómetros a la preparación.
Y como he hecho en otras ocasiones, os voy a contar, de manera sucinta, los lugares por donde corrí, por si alguien viaja por esas tierras y también se anima a correr.
Ciudad del Cabo es una de las ciudades más bonitas que he conocido y cuenta con un espectacular paseo marítimo en la zona de Greenpoint, junto al famoso estadio construido para el Mundial de Fútbol 2010. En el paseo puedes encontrar infinidad de runners y ciclistas practicando deporte desde primeras horas de la mañana. Correr al lado del encabritado océano Atlántico es una gran experiencia, que puedes completar si continuas hasta el espectacular Watarfront, donde incluso hay una ruta exclusiva para corredores.
Suazilandia es un pequeño país integrado en el territorio sudafricano; pasamos una noche en el coqueto hotel Forrester Arms, situado a pocos kilómetros de la capital, Mbabane. Estuve rodando en las inmediaciones del hotel, disfrutando de caminos que cruzan un campo de golf, bosques de explotación madereros e incluso un poblado del cual salieron varios niños a saludarme mientras corría; en un entorno realmente bonito, siempre recordaré ese rodaje realizado en pleno corazón de territorio zulú.
Parque Kruger; peligro, leones sueltos
Johannesburgo me sorprendió, pues esperaba una ciudad menos dinámica y moderna; no pude comprobar si era tan insegura como dicen algunas, aunque a mi no me pareció cuando hice la visita turística de rigor. Sin embargo, decidí correr en la cinta del hotel, eso si, con vistas al lujoso barrio de Sandton.
He disfrutado corriendo en Sudáfrica y por supuesto, visitando ese gran país; ya de vuelta en España, hay que centrarse en las últimas semanas de preparación, hacer más kilómetros y esperar que la chispa que tienen aún mis piernas no se apague. El domingo, en la media de Valladolid, tendré un importante test.
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