Esta mañana he realizado mi último entrenamiento serio de cara a la Media Maratón Ciudad de Burgos, que disputaré el próximo domingo en la ciudad castellana. Han sido cuatro series de 1.000+500, en las que me he sentido suelto, rápido y con ganas; todo parece indicar que mi estado de forma es óptimo para afrontar los 21,1 kilómetros que se recorren en un circuito de tres vueltas llano y rápido, según cuentan.

No es una expresión generada por la euforia, es una realidad que demuestran la calidad de mis series, mis ritmos y mis controlados de los últimos meses. Sé que estoy bien, mejor preparado que nunca para afrontar una media y por eso empiezo a tener miedo, porque en Burgos no puedo contemporizar, tengo que salir a cuchillo desde el kilómetro 1 y esperar que vaya todo bien; un planteamiento conservador sólo me llevaría al fracaso, porque mi objetivo no es bajar mi marca en la media, mi objetivo es bajar de 1h27' y si es posible acercarme a 1h25'.
Depa cree que puedo estar en 1h25', pero siendo realistas, creo que bajar de 1h26' es harto complicado, aunque eso no me va a impedir intentarlo; para ello, cuento con un circuito rápido y una temperatura que se prevé fresca,como a mi me gusta. Pero lo más importante es que me funcionen las piernas, que pueda mantener un buen ritmo desde el principio y que pueda acelerar en el último 5.000; si lo consigo, es probable que el lunes leáis un post verdaderamente eufórico. Pero hoy toca ser prudente, consciente de mi buena preparación, pero inteligente para hacer una carrera que espero que me lleve a la gloria a la orilla del río Arlanzón.
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