martes, 7 de abril de 2009

Y van 43

El pasado 1 de abril cumplí 43 años. Lo celebré corriendo unas series de 1.000 metros en Castelldefels, donde estaba por trabajo, sin ver a mi familia. No fue el mejor cumpleaños de mi vida, pero las celebraciones anterior y posterior fueron muy bonitas. El número 43 es un número primo, es el número del famoso licor y es uno más que la distancia del maratón. No me parece un número bonito, pero con él voy a convivir los próximos doce meses. En estos doce meses correré en Boston, en Berlín y quizás en Tokio, además de medias y diezmiles por definir. Va a ser un año intenso, pero también lleno de las satisfacciones que me da el atletismo ya con 43 años. Es una clara demostración que los proyectos y los objetivos no tienen edad. Correr los cinco grandes y en los cinco continentes es algo que hay que planear a largo plazo, cuidando todos los detalles para que todo salga bien. Es necesario tener la paciencia del fondista, una paciencia que he adquirido con la edad, lo que demuestra que cumplir años es positivo.
Como suele pasar, muchos amigos me llamaron o me enviaron un sms de felicitación. Desde aquí agradezco a todos la felicitación, así como el apoyo que me brindan cada día en mi preparación para el maratón de Boston. Una carrera en la que intentaré superar mi marca, pero sobre todo disfrutar de la maratón más antigua del mundo, una carrera realmente apasionante para cualquier maratoniano. A Boston me acompañan unos amigos y Marisa. Mi esfuerzo de estos meses y mi carrera del día 20 va a estar dedicado a ellos, a todos mis amigos y a vosotros que leeis mi blog. Pero de esa dedicatoria hablaré otro día

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