jueves, 11 de diciembre de 2008

Running by Central Park


New York, 6:30 am, suena el despertador, Marisa y los niños duermen mientras me preparo para salir a correr. Mallas largas de las gorditas, camiseta térmica interior, otra exterior, buff, guantes y gorro. Bajo a la calle desde el piso 28, hace un frío que pela, pero comienzo a corretear por la tercera avenida, donde se ubica mi hotel. Subo hasta la calle 59 y a partir de ahí cruzo Lexington, Park Avenue, Madison... y a lo lejos diviso el Plaza, está en la quinta y frente al parque. Cuando por fin llegué a la quinta sentí un cosquilleo en el estómago; ahí estaba, el parque más famoso del mundo, por el que cada día hacen deporte miles de neoyorkinos, en el que finaliza el maratón más espectacular del mundo, el auténtico pulmón de Manhattan.
Accedí por una puerta lateral, en principio corría solo, escuchando mis pisadas sobre las hojas caídas de los árboles que aún conservan tonos ocres y verdes. Enseguida llegué a la carretera central y allí un rosario innumerable de runners surcaban el parque a primera hora de la mañana. Me coloqué en el "jogger path" y formé parte de la fiesta. El recorrido no es fácil, hay bastantes repechos, pero no llega a la categoría de duro. El ambiente es excelente, muchos runners, algunos ciclistas y pocos perros. Algo que me resultó muy positivo fue la cantidad de chicas que había corriendo, un porcentaje que es impensable hoy por hoy en España. Más o menos en el centro hay un pequeño lago, alrededor del cual discurre una senda de tierra que recorrí para hacer un entrenamiento de series. Es un buen recorrido, con las distancias marcadas en millas y totalmente plano. Es la senda por la que corría Dustin Hoffmann en Marathon Man.
Correr por central Park es una auténtica delicia,porque está aislado del bullicio de Manhattan, porque hay multitud de sendas bien marcadas para runners, porque el ambiente es inmejorable y porque esta es la verdadera catedral del running mundial.
Fueron cuatro entrenamientos y en todos disfruté a pesar del intenso frío. Se ha cumplido otro de mis sueños, correr por este mítico parque donde espero volver en unos años para finalizar el maratón más famoso del mundo. Hasta entonces me quedará el imborrable recuerdo de haber disfrutado de este maravilloso entorno de una manera tan particular. Así que sólo puedo decir: Thanks god, I 'm a runner.




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